miércoles, 17 de marzo de 2010

Pilatos

Audio del mensaje a los milicos


Tampoco Poncio Pilatos había sido elegido para juez, simplemente se lavó las manos y dejó que los judíos crucificaran a Jesús...claro que con el “222” romano.

...."sentimos gente que -con razón o sin ella- reclama que hay que dar vuelta la página y, al mismo tiempo, gente de nuestro pueblo, tan válida como la otra, que grita por justicia, también con razón o sin ella. Unos y otros son parte de nuestro pueblo. Yo no juzgo. No soy juez, soy presidente, constato. No me eligieron para juez".

Con todo respeto...no hay dos bandos, hay uno sólo, el de los terroristas que utilizaron el poder del Estado para desaparecer, asesinar y torturar, en esta causa no se puede ser “neutral” o “imparcial”... hay que tomar partido por la Verdad y la Justicia o por lo asesinos y torturadores.


http://www.ejercito.mil.uy/armas/caballeria/unidades/rc9/index.htm



martes, 16 de marzo de 2010

Tupamaros, Uruguay, Jorge Zabalza reportaje MLN Botnia Orientales Sendic Artigas





REPORTAJE A JORGE ZABALZA por Susana Viau -
Pág.. 12 (-18-11-07)-

"¿Para qué sobrevivimos? ¿Para ocupar una banca?"

Es una de las figuras históricas de la izquierda uruguaya, compañero de prisión de Sendic, fugado de Punta Carretas, rehén de la dictadura.

Su biografía, Un cero a la izquierda, acaba de conmover a su país por sus cuestionamientos de fondo a un gobierno por el que luchó.

"Mentiroso","atrevido","
asesino","oligarca puto". Ese fue el preludio a las trompadas que enfrentaron en el Parlamento uruguayo a Juan José Domínguez, diputado por el MPP (Movimiento de Participación Popular, del ex tupamaro y actual ministro José "Pepe" Mujica), y a Luis Lacalle Pou. Lo que hacía crujir el statu quo y la sobreactuada convivencia pacífica de oficialismo y oposición era una cuña llamada Cero a la izquierda, la biografía de Jorge Zabalza, uno de los dirigentes históricos del MLN, hijo de un senador
del Partido Nacional y hermano de Ricardo Zabalza, muerto durante el copamiento de la ciudad de Pando, de innegables similitudes con la novela Funeral en Berlín.
Jorge Zabalza tiene en su haber, además, ser uno de los 111 protagonistas de "el abuso", la fuga masiva del penal de Punta Carretas, y uno de los nueve rehenes de la dictadura, habitante durante once años de una celda de aislamiento, al igual que Mujica, Raúl Sendic, Eleuterio Fernández Huidobro, Julio Marenales, Jorge Manera, Henry Engler, Mauricio Rosencoff, Adolfo Wassen.

Este descendiente de hacendados y políticos tradicionales tiene una carnicería en El Cerro, territorio de obreros y frigoríficos, y viene con frecuencia a Buenos Aires.
Este mes, "el tambero" volvió a cruzar el río para presentar el libro que levantó ampollas en Montevideo y agotó casi en horas la primera edición.
Abierto opositor a la línea que, como miembros del gobierno de Tabaré Vázquez sustentan sus viejos camaradas del MLN(T), Zabalza se hace una pregunta que, en ciertas circunstancias, martilla en la cabeza de muchos hombres y mujeres de su generación
:
"¿Para esto sobrevivimos?". La respuesta también puede hallarse en esta entrevista.

-¿Cuántos años tiene?

-Sesenta y cuatro.
-¿No es poco para una biografía?

-Puede haber una segunda parte. La idea del libro la tuvo un periodista joven, Federico Leich. Me hizo un reportaje y hablamos de esta historia. Después investigó, buscó en archivos y creo que salió un perfil bastante semejante a la realidad. Yo me siento reflejado en el libro.

-¿Y por qué Cero a la izquierda?

-Esa es la visión de Leich. No entiende cómo es posible que los que mantuvieron sus ideales sean en Uruguay "un cero a la izquierda".
Yo no lo comparto del todo.
Creo que los que estuvieron en la toma de tierras en Bella Unión incidieron sobre el sistema sin necesidad de estar integrados a estructuras partidarias.
Eran los cañeros de UTAA, asalariados rurales. La presencia de compañeros como Washington Rodríguez Belletti y Nicolás Estévez tiene que ver con las raíces históricas; los que participaron de esa lucha son los hijos de los cañeros que marchaban "por la tierra y con Sendic".
También tuvo incidencia la última movilización de la Federación de Cooperativas, de Ancap, reivindicando la inversión nacional
o la inversión de Pedevesa en la cementera en lugar de Camargo Correa, que es el dueño de Loma Negra. O la reivindicación por el agua desde el sindicato de la empresa estatal del agua.
El fracaso del gobierno progresista consiste en no poder solucionar los problemas de las mayorías populares.

-¿No puede?

-Poder, puede. No lo hace. Está comprometido con otro modelo, fondomonetarista, con las multinacionales, con las clases dominantes del Uruguay.
En esas condiciones no se pueden dar soluciones para el 85 por ciento de los jubilados y el 65 por ciento de asalariados, que ganan menos de ocho mil pesos, que son unos 1100 pesos argentinos.
Con eso en Uruguay no se puede vivir porque la canasta familiar está en 32 mil pesos y 8 mil es la cuarta parte de lo que se necesita. El día del triunfo electoral había un millón de uruguayos en la calle
... Aun dentro de un proyecto parlamentario, con un triunfo electoral por mayoría absoluta, Tabaré podía haber hecho otras cosas, como Evo Morales.
Pero en el Uruguay fue a la uruguaya
... En el momento mismo del fervor y el entusiasmo la cuestión fue la moderación, lo políticamente correcto, festejar pero no demasiado, alegrarse pero no tanto.
Ese fue el mensaje que dejó el gobierno:
"Vamos a ver qué es posible", "es lo que hay, valor".
En lugar de sumarse a los pueblos latinoamericanos se asocia con George Bush. En estos dos años de gobierno progresista vinieron 21 misiones norteamericanas: diplomáticas, comerciales, de ayuda social, militares. Es muy doloroso. Nosotros planteamos una lucha de ideas, un debate de ideas...

-¿De quiénes habla cuando dice "nosotros"?

-Y... una serie de viejos militantes vinculados históricamente al MLN que mantenemos afinidades ideológicas. Cuando digo "nosotros" me refiero a eso.

-¿Cuál es la línea divisoria entre tupamaros de fuera y de dentro del gobierno?

-En el análisis no hay que dejar de lado la forma en que Uruguay sale de la dictadura, con el Pacto del Club Naval y los acuerdos entre el Partido Colorado, el general Líber Seregni y las fuerzas armadas y que tuvo como un punto esencial la impunidad para los militares.
Nosotros al salir de la cárcel y durante los diez años posteriores mantuvimos un horizonte insurreccional.
Nos movíamos en la legalidad pero con un mensaje que apuntaba a la rebelión y a la crítica y la denuncia del sistema democrático burgués, a su insuficiencia, a desnudar la dominación de clase y el papel de los partidos políticos y las fuerzas armadas.
La crisis empezó en 1994, con los episodios de Jacinto Vera, en las cercanías del Hospital Filtro donde cuatro ciudadanos vascos hacían una huelga de hambre.
Nosotros pedíamos para ellos el derecho de asilo, el gobierno reprimió y hubo una masacre. De ahí en adelante se produjo un viraje.
Ese año el Frente Amplio perdió las elecciones por muy poquito.
Dijeron que había sido nuestra responsabilidad por los sucesos del Hospital Filtro. La acusación pegó fuerte en la dirección de los tupas y a partir de ese momento empezaron a asumirse opciones que tendían a convertir un movimiento de viejos guerrilleros con un horizonte insurreccional en un movimiento electoral con un horizonte parlamentario. La llegada de la izquierda al gobierno departamental de Montevideo fue un ensayo de esto que vivimos hoy:
se privatizaron el casino, los estacionamientos, partes de la rambla de Montevideo. José Mujica Cordano llegó a decir:
"¡Ojalá tuviéramos en Uruguay un capitalismo en serio!".
Y lo tenemos. Botnia es un ejemplo de la seriedad de ese capitalismo. Toda esta farsa, este sainete entre presidentes y el estímulo al chauvinismo por parte de los medios de comunicación esconden la realidad de las inversiones transnacionales y las razones del traslado de la industria celulósica al Cono Sur, fundada en una relación de costos
y precio tremenda. El costo promedio de una tonelada de celulosa en Brasil es de 300 dólares, en Estados Unidos de 380 y en Canadá de 420.
A eso hay que agregarle impuestos que en Uruguay no se pagan por la ley de zonas francas.
La tonelada se vende a un precio 700, 730 dólares. Los economistas de izquierda calcularon que produciendo un millón de toneladas por año, Botnia obtiene limpios
320 millones.

-Ese es el negocio de Botnia. ¿El de los uruguayos cuál es?

-Ninguno. Al Uruguay le deben quedar 200 puestos de trabajo.

-¿Y el negocio del gobierno?

-El negocio de los gobernantes habría que preguntarse. Cuál es el negocio de personajes que permiten la implantación del capital multinacional en estos términos.
Cuál es su compromiso y con quién.

-Usted habló del viraje y lo ubicó en 1994. ¿No hubo señales previas de semejantes diferencias políticas e ideológicas?

-Durante los años de cárcel y de exilio hubo un fraccionamiento muy grande, como le pasó al PRT o al MIR chileno, porque el exilio y la cárcel obligan ineludiblemente a hacer el análisis crítico de lo que ocurrió. Te dan palos y tenés que pensar por qué te duele tanto.
Un politólogo uruguayo, Adolfo Garcé, escribió sobre el movimiento de guerrilleros que se transforma en movimiento electoral e hizo notar la predisposición que había en un sector de la dirección del MLN, por su tolerancia y su flexibilidad con las ideas nacionalistas. De ahí al populismo hay un paso.
La liberación nacional se transforma en nacionalismo y deja de ser un camino hacia el socialismo. El fin deja de ser Cuba o Vietnam para ser el "capitalismo en serio".
Aparecen personajes como el ministro de Industria, ex gerente de la Texaco en el Uruguay y ex presidente de la Cámara de Comercio uruguayo-norteamericana
... O como el ministro de Economía Danilo Astori, impuesto desde Washington.

-¿La muerte de Sendic precipitó la crisis de los tupamaros?

-Sí, yo creo que la presencia de Sendic era un ancla con la revolución. Hay un intento de deformar su imagen y mostrarlo como un viejito bonachón, amplio, tolerante, a él que era un revolucionario con un absoluto compromiso de clase. Sendic hacía alianzas pero no para transar con el gobierno ni para transar con los que transan.
El fue uno de los nueve compañeros del Comité Central que votó contra del pedido de ingreso al Frente Amplio. Era el ancla. Nadie puede decir que Sendic hubiera ido a abrazarse con Bush, a conversar con militares comprometidos con el terrorismo de Estado, que hubiera terminado sus días en una banca del Senado o como ministro de este gobierno.
Sobre esas cuatro cosas no puede haber dudas. Con La Tablada muchos compañeros quisieron tomar distancia. Sendic dijo:
"Están asesinando, están torturando. Primero la solidaridad". Sin Sendic creo que el MLN no hubiera tenido una postura tan digna como la que tuvo en relación a esos hechos.

-¿Lo decepciona el presente?

-Sí, claro que me decepciona, pero el presente es como es.

-Alguna vez contó que estando en aislamiento y para ponerle un cable a tierra a su cabeza hacía cálculos en la pared de la celda.

-Sí y Marenales también. Siete mil cálculos del Manual de Cálculo Infinitesimal de la Unión Soviética. Los hice dos veces. Los milicos los veían y decían: "este está loco".
Y, sin embargo, esos cálculos eran los que nos salvaban de la locura. Bueno, ahora es algo parecido.
La visión que viene del marxismo, de la lectura del Che es lo que salva de la frustración
y del pesimismo.
Lo que uno íntimamente se pregunta es ¿para qué sobrevivimos? ¿Para ocupar una banca y hacer payasadas peleando a trompadas con los representantes de la oligarquía?
Eso es una estupidez. Se sobrevive para mantener el mensaje. Ese debería ser nuestro destino.

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Repercusiones de la PRESENTACIONES del LIBRO "CERO A LA IZQUIERDA Una biografía de Jorge Zabalza,"
de Federico Leicht. (editorial Letraeñe) EN Buenos Aires

No entendemos nada. .

¿Los Tupamaros en el gobierno? ¿A favor del capitalismo?

¿Defendiendo a las empresas multinacionales?

¿Promoviendo el perdón para los militares asesinos del pueblo uruguayo?

Es cierto. Lo reconocemos Nos cuesta entender pero si lo intentamos y con bastantes resultados

Estas son algunos de los interrogantes surgidos en las dos presentaciones que se realizaron en Bs. As, donde Jorge Zabalza (el Tambero), dirigente tupamaro
líder histórico del MLN-T, reclama debate y revolución y presentó su biografía en Buenos Aires.
Junto al escritor Federico Leicht y Cecilia Duffaut de Letraeñe.Habla de sus orígenes, su participación en la guerrilla, su encarcelamiento y de la actualidad política del país.

Se presentó en Avellaneda con una concurrencia de 60 personas, en el marco de un reportaje en un canal de TV alternativo "Darío y Maxi".
Y en Capital en el hotel Bauen,recuperado por sus trabajadores, donde se acercaron, casi 200 personas.

Lo que sigue son parte de las reflexiones y preguntas que surgieron entre los participantes

Lo primero que surgió era saber que finalidad apunta al contar la historia de los Tupamaros "no como un cuento de hadas", tal cual el lo plantea.
El cuentito de hadas es en parte, dijo -" que somos unos chicos buenos que vamos a participar en las elecciones, que nuestras ideas son siempre lograr algunas reformas en la sociedad y gobernar en función de acuerdos sociales con empresarios, trabajadores, que somos los intermediarios entre trabajadores y patrones, que somos los intermediarios entre la sociedad civil y la sociedad militar"-

y antes de entrar en el debate con el público aclaró -"Que las cosas, cuando mañana las juzgue la historia, las juzgue mucho más claro."-

Con su polémica,se propone denunciar e impugnar la adaptación del MLN y de la dirigencia histórica de Tupamaros al orden capitalista y dependiente de Uruguay y
a la lógica institucional del Frente Amplio (FA).

Zabalza muestra con hechos concretos, hasta ahora desconocidos, que en el MLN-Tupamaros convivían dos perspectivas de fondo: la revolucionaria e institucional y la "pragmática" y posibilista que terminó predominando con dirigentes políticos renombrados como Fernández Huidobro o Mujica.

¿Cuál es el vínculo con el FA?

Ninguno, dijo -"fui un votante más en las últimas elecciones, las de 2004, planteando la necesidad de que el FA llegara al gobierno para que el discurso y el imaginario que tenía la gente sobre el FA quedaran cotejados con las medidas que sabíamos que iba a tomar, la realidad, y eso produjera un desarrollo en la comprensión política de la gente, que entendiera que el FA no era muy diferente de otros partidos políticos-"

Ante la pregunta ¿para vos José Mujica quiere ser candidato a la Presidencia? dijo .:

-"Ya hace dos años y medio o tres dije que el Pepe iba a ser candidato a la Presidencia.. Y va a ser, creo que está bien. El Pepe como candidato a la Presidencia tiene que ser integrado en todos los valores; me interesa que sea presidente, pero que integre como lo que fue, que fue un revolucionario, no hasta antes de caer preso, sino un revolucionario, el tipo que tiene una idea de que a este sistema hay que cambiarlo. Lo que quiero es eso: José Mujica Cordano, presidente de la República, se mueve, como se mueve hoy en día, porque quiere cambiar el sistema también. O no? Que me lo diga....!-"

¿Cómo los dirigentes guerrilleros, rehenes de la dictadura militar uruguaya, no se volvieron locos?

no duda un segundo en responder: "¡ Lo que sucede es que sí, efectivamente, nos volvimos locos! ¡Estábamos locos!"." Y sin embargo, luego de años y años de aislamiento, tortura y tormentos, el volver a estar entre compañeros y compañeras, el reencontrarse en el seno del pueblo, la recuperación de los afectos, los hijos, los amores, los amigos, los compañeros sobrevivientes permite superar ese estado de locura al que los represores y torturadores militares quisieron llevar para siempre a los dirigentes revolucionarios.-"

"Ellos, los perros guardianes del poder, jamás nos tuvieron lástima ni clemencia. ¿Vamos a tenerla nosotros con ellos?". No resulta casual que el Che Guevara, quien algo sabía de estas cuestiones, luego de meditar mucho escribió " Un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal"

...Otra, ante el planteo de, ya que el dice ser revolucionario"; entonces, ¿Cuándo vas a salir a tirar tiros?

Dijo :-" No es así la vida. Soy revolucionario, sigo pensando en hacer una revolución, sigo sintiendo la necesidad de cambiar el sistema, pero me tengo que adecuar a la realidad. . Habría sido mucho más fácil quedarme de carnicero o jubilado y no hacer nada y vivir la vida tranquilo-"

-" No empuñamos las armas para defender la democracia. Empuñábamos las armas para voltear el régimen político y para instaurar otro sistema político con una democracia totalmente diferente, que no es la que tiene la clase dominante hoy en día.-"

Sin confundir los setenta con el 85, ni mucho menos con el 2007; sostiene que al salir de las cárceles y reencontrarse con la gente en las conocidas mateadas, que era una cuestión muy abierta y muy pública, donde se preguntaba de todo, y no se decía:- "Nunca más vamos a empuñar las armas". Sería bueno saberlo. Decíamos: "Si el pueblo uruguayo empuña las armas, si el pueblo uruguayo vuelve a desarrollar una situación como las que se han desarrollado en otros países, vamos a apoyar a ese pueblo"-.

Por otro lado a la juventud, a las nuevas camadas de revolucionarios que comienzan a foguearse hoy en la lucha callejera, el mundo estudiantil, la militancia sindical y territorial. Zabalza les dice algo sencillo, transparente y sin ambigüedades: Rebelarse es legítimo y vale la pena.
¿No era ese, precisamente, el corazón del pensamiento marxista que tanta vida institucional termina triturando en el mundo contemporáneo?

¿No era ese, justamente, el núcleo de rebeldía radical que enseñaron tanto Lenin como el Che Guevara y que tantos posmodernos hoy intentan desprestigiar y ensuciar?

-"¡Sí!, se puede vivir de otra manera. La rebelión es posible, es deseable, es necesaria. La creación de mujeres y hombres nuevos no es una locura.
Ni la tortura, ni las jaulas, ni el aislamiento podrán aplastar ese sueño cotidiano.-"

De eso, tan sencillo, tan simple, tan terrenal y sin embargo poético, habla este libro

Y finalizando sostuvo que -"seguimos sin estar en un camino fácil. Pero además porque no es sencillo entender que lo que queremos es un debate.-"
Se repreguntó, entre la gente ¿Y habrá debate?

- "No sé, está sobre la mesa-"

En Buenos Aires, los que compartimos estas noches damos fe que el debate esta marchando...recién comienza....PERO SE DA ! (el porteño)

jueves, 11 de marzo de 2010

Viejo y sabido



El de 1959 es el primer primero de marzo que deseo traer a colación. Ese día mi padre juró como Consejero Nacional de Gobierno –había nueve presidentes al mismo tiempo-, las barras abarrotadas de blancos eufóricos. Parado detrás suyo, con mis quince primeras primaveras, lo ví pasar revista al batallón de blandengues. Ya detestaba el autoritarismo y los milicos, por muy civilistas que se dijeran, prefería los “barbudos” que dos meses antes habían entrado a La Habana, ejército montonero, pueblo organizado y armado, memoria del artiguismo y el saravismo.

El de 1985 es el segundo primero de marzo que hoy quiero recordar. Ocho rehenes quedábamos en el Penal de Libertad, pues ya lo habían dejado morir a Adolfo Wasen, sabíamos que Julio María Sanguinetti estaba pasando revista a los torturadores y asesinos en la Plaza Independencia, los ocho pensábamos continuar la lucha apenas se abrieran las rejas, sin cartas en la manga como escribió Sendic, practicando el arte de lo posible, pero siempre tras lo imposible, la emancipación del pueblo asalariado, como era nuestro ideario, nuestra meta, el único sentido de nuestra vida. Con cuarenta años bastante bien vividos, no dudé en desechar el regreso de la oveja descarriada, de echarme arrepentido en los brazos de mi padre y companía, opté por abrazarme con los míos, renovar las credenciales de mi juventud y tomar las banderas de las manos de los caídos.

El del 2010 es el tercero, este primero de marzo de hoy, a cuatro de los setenta, me encuentra escribiendo esta portada de “zurdatupa” y recreando la opción de vida, afirmado en los cambios que el amor trajo a mi vida se reafirman las convicciones revolucionarias. No quiero saber nada de transas ni renuncies de ningún tipo. Claro, los mandobles duelen ... la fraternidad hace rato que rompió, en ciertas ocasiones uno se siente “ladiao” y asombran las miradas elusivas de algunos, el corazón no siempre permanece indemne...¿no seré yo el equivocado? ¿no estaré pasado de rosca? ¿no habrá que adecuarse a los nuevos tiempos de socialiberalismo?. Pero no, las convicciones son tozudas porque los hechos son tozudos, es esa realidad que me atropella a cada rato, con nombre y apellido de niñxs sin futuro, hijxs de los nombres y apellidos que transitan su vía crucis diario sin perspectivas de resurrección.

Respuesta vieja y sabida: para emancipar sus víctimas es necesario transformar revolucionariamente la sociedad, crear un mundo de mujeres y hombres libres del salario, productores y productoras libres, no la obligación forzosa de trabajar sino la creación conciente y voluntaria; un mundo de seres humanos iguales, de asambleas gestionando la producción y la distribución de bienes, sin hombres sobre mujeres ni adultos sobre niños, sin hombres blancos sobre hombres de piel oscura, sin imperios sobre países pobres, el poder trasladado del Estado al individuo, a la persona, todos poderosos, nadie sometido, todos filósofos, todos poetas, todos artistas. Es largo y prolongado el camino hacia ese horizonte difuso...pero navegante sin norte se pierde sin remedio.

Es viejo y sabido: las burguesías se han hartado de demostrar que no interés en compartir ganancias y riquezas con nadie, a las criollas, como la nuestra, les resulta más lucrativo subordinarse al proyecto del capital transnacional que promover un proyecto nacional, independiente del imperialismo. Los pueblos asalariados, en particular el nuestro, desearían de alma que el mundo se revolucionara por sí sólo, prefieren la línea del menor esfuerzo, que otros hagan las cosas mientras ellos toman mate en la cocina.

En aras de la comodidad se han equivocado muchas veces en la historia, han confiado en fórmulas “salvadoras” vestidas de uniforme, han apoyado promesas demagógicas de cambios “profundos” o “estructurales”, han apostado a obtener “en paz” la anuencia de la clase propietaria para achicar la brecha entre pobres y ricos. Es la película “deja vu”: un gobierno de unidad popular apenas roza el monopolio privado sobre la propiedad de tierras, industrias y bancos, los demonios se despertaron y fue traicionado por aquellos en quienes no debían haber confiado y terminan pagando el error con miles de asesinados y desaparecidos. Remember la Chile de Allende o, en condiciones históricas muy diferentes, póngase las propias en remojo al ver cómo arden las barbas del pueblo hondureño.

La ciega aritmética de la máxima ganancia impulsa a invertir en la especulación financiera (cero mano de obra) o en trasladar sus inversiones productivas a los países del tercer mundo ( mano de obra prácticamente esclava) pero, esa ceguera, al volver burbuja y ruleta al capitalismo, le cercena su base de sustentación y lo condena a vivir de crisis en crisis, la última dejó por el suelo a EEUU y Europa, pero no ha sido la peor de todas, la peor será la próxima, sin embargo, las crisis no acaban con el capitalismo, hiperconcentran la propiedad, hipercentralizan las decisones, lo reacomodan, el desastre de los EEUU y Europa abre las puertas a experiencias más esclavizantes, como la china y la india, cuya producción se basa en salarios tan bajos que hace imposible que otros capitales compitan con ellos, lo sabido desde la más remota antigüedad es que los imperios no caen solos...se precisa bárbaros que volteen sus muros.

También es viejo y sabido que esa lógica insana de reducción del capital variable expulsa asalariadxs hacia los márgenes del trabajo precario y mal pago, que se territorializa la división en clases, ahonda y ensancha el corte que escinde la sociedad, que el capitalismo no puede evitar hacerlo por mucho que planifique “políticas sociales” desde los organismos financieros internacionales. Ahí en esos territorios del hambre y la miseria se va conformando el ejército, hasta hoy informe, de los condenados al hambre y la miseria por el capitalismo que serán los sepultureros del sistema aunque todavía no lo sepan, la igualdad y la justicia social sólo serán posibles si el poder económico pasa a ser poder de pueblo, de los asalariados empobrecidos de las villas miserias, las favelas y los asentamientos.

Es viejo y sabido que seguimos siendo el patio trasero de América La Rica, la locura del poder económico precisa de la locura del poder armado imperialista, más allá de las sonrisas “producidas” que exhiben la Hillary y el último premio nóbel de la paz, acechan la IV Flota, los diez mil marines en el portaviones Haití, las bases en Colombia y las estrechas relaciones del Comando Sur con todas las Fuerzas Armadas de América Latina, por delante o por detrás de los gobernantes de turno. Hay más halcones y cóndores volando sobre el horizonte...

América La Rica aplica sabiamente la antigua estrategia “divide et impera”, ahora, al ver cuestionada su hegemonía mundial, inicia una ofensiva político-militar con el objetivo de enfrentar entre sí a los pueblos de América La Pobre. Para cercar y aniquilar cualquier posible resistencia a sus intereses, el imperio interviene violentamente en Colombia, Honduras y Haití, estrecha alianzas con Méjico, Perú, Chile, Paraguay y Uruguay.

La transformación revolucionaria de la sociedad necesita irremediablemente la derrota del imperialismo, como ayer, como siempre, la lucha en cada país de América la Pobre es un episodio de la gran historia que enfrenta al poder económico transnacional con todos los pueblos, los descendientes de las víctimas de la conquista y el genocidio, los descendientes de los africanos esclavizados y nosotros, los criollos que descendemos de los invasores europeos. Enemigo común, historias emparentadas en una sola gran lucha, el destino de América La Pobre es constituirse como una única nación libre de todo poder, desde el Río Bravo de Pancho Villa a la Patagonia Rebelde de los trabajadores anarquistas.

Este primero de marzo del 2010 suena a reinicio de la lucha por Verdad y Justicia, la causa apoyada por el 48% de los uruguayos que desoyeron el discurso de olvido y perdón y la orfandad partidaria, la causa más legítima y justa de todas las causas...¿porqué el parlamento no anula la ley de caducidad ahora?, ¿porqué los parlamentarios desoyen el clamor internacional que reclama la anulación de la ley de caducidad?, ¿porqué sostienen la vigencia de una ley declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia? que la declara inco, ¿qué compromisos tan fuertes han contraído y con quiénes?.

La publicación de este blog con algunos materiales de diferentes autores, obedece al convencimiento de la necesidad de impulsar y ordenar ideas, no presupuestos dogmáticos sino ideas surgidas de la práctica social y política, conclusiones extraídas de determinada experiencia histórica, no para cerrar el período de la epopeya revolucionaria de los tupamaros, sino para sembrar y abonar...las tareas de acumulación política tienen diversas características –movilización y lucha, organización y agitación- pero no se puede dejar de lado, ya lo hicimos y así nos fué, el trabajo teórico de explorar posibles rumbos, entre ellos la visión de la sociedad sin clases y sin Estado a la cual queremos llegar, pero también las estrategias concretas que conduzcan a la insurrección de un pueblo armado y organizado como en los tiempos de Artigas.

Sólo pueden ser libres quienes comprenden la necesidad de serlo, pero tampoco nada de alucinaciones autocomplacientes, los caminos de salida parten de la condición más ingrata para proponerse hacer una revolución en Uruguay, la conciencia de ser una minoría muy minoritaria que busca hacerse aguacero en medio de la sequía, sin embargo, al mismo tiempo, la esencia de esa propuesta es lo más real que existe en las sociedad de clases, la necesidad impostergable de la emancipación de los asalariados.

En octubre de 1987, después de varias charlas sobre Ernesto Ché Guevara, en el vigésimo aniversario de su asesinato, Raúl Sendic escribió en su columna de MATE AMARGO:
“... es necesario que también nosotros nos preguntemos en esta hora qué hacer. Qué hacer con un proletariado que pierde sus derechos día a día. Es la médula de toda revolución, ¿cómo lo vamos a sacar adelante? Qué hacer con los marginados que ya hoy son más y más pobres que los proletarios en muchos países. Qué hacer con el capital especulativo y con la deuda que nos reclaman. Y otra vez la visión del guerrillero caído en Bolivia tal vez nos dé una mano. Diciéndonos que no tenemos que esperar que teorías y prácticas nos vengan de otros, sino que tenemos que hacerlas nosotros mismos. Diciéndonos que sin hombre austero, sin hombre solidario, sin hombre nuevo, no se puede construir el socialismo”.





Reacciones

Los nicas me han enseñado el uso de esa palabra HERMANO,
exclusivo para los que han estado en la bronca, no es
más ni menos que otras formas, COMPAÑERO, por ejemplo
pero esa significa eso: compañero a la hora de la hora.

Me siento casi feliz al comprobar que "arrancaste",
que como dicen aquí comenzaste a "marcar la cancha",
ahora se empezará a visualizar quién está y quién
no está, y ese es el comienzo, no importa el número
hoy, importa el rumbo, y esa proclama aúna
el compromiso individual con el colectivo.

Bien la referencia al Bebe, más allá de nuestras
diferencias con él, se deben rescatar los acuerdos,
y el Ché, al Ché aún nadie lo ha sacado se su soledad
en ñancahuazo, y hay que hacerlo, más allá de homenajes
de palabras, de camisetas y posters, su esencia
de construcción del hombre nuevo no aparece en discursos
ni reflexiones, y su imágen es cada vez más sólo un "ícono"
como se dice ahora, pero nosotros nos hemos ganado el derecho
a darle vida en la lucha.

Entonces hermano un abrazo entrañable en esta hora.

Chacal.

Entrevista en El Espectador año 2007

1. (Emitido a las 8.49)
EMILIANO COTELO:
Por estos días, Jorge Zabalza se ha propuesto sacudir la historia oficial del Moviimiento de Liberación Nacional (MLN) y el Movimiento de Participación Popular (MPP). El libro “Un cero a la izquierda”, escrito por el periodista Federico Leicht, es, sí, una biografía de Zabalza, como dice la tapa, pero además es un verdadero cóctel molotov que busca destruir el “cuentito de hadas” que, según el dirigente radical, se habría construido en torno al accionar del MLN después de la dictadura.
Así, por ejemplo, Zabalza revela en el libro que hasta comienzos de los noventa los tupamaros mantuvieron vigente la estrategia insurreccional, realizaban entrenamiento militar básico y financiaban sus actividades recurriendo a expropiaciones y aportes de organizaciones clandestinas de otros países, como la ETA, el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) y el Movimiento Todos Por la Patria (MTPP), de Argentina.
¿Por qué Zabalza hace esta jugada en este momento? ¿Qué impacto procura en el gobierno del Frente Amplio (FA)? ¿Qué cuentas quiere saldar con sus ex compañeros José Mujica y Eleuterio Fernández Huidobro?
Vamos a averiguarlo en diálogo con Jorge Zabalza.

***
Además, le he pedido que me acompañe en esta entrevista a Adolfo Garcé, politólogo, integrante de la tertulia de los martes. Recordemos que Garcé publicó el año pasado el libro “Donde hubo fuego”, en el que se incluían algunas revelaciones que ahora adquieren otra dimensión en el libro sobre la vida de Zabalza. “Fito” me va a dar una mano comentando el contexto y también agregando algunas preguntas.
ADOLFO GARCÉ:
Espero poder aportar algo. No sé si soy un experto, pero he hecho un esfuerzo por entender la historia reciente del MLN.

***
EC - Jorge Zabalza fue uno de los dirigentes históricos del MLN-Tupamaros, al que se incorporó en setiembre de 1968. Durante la dictadura, integró el grupo de los llamados “rehenes” de las Fuerzas Armadas: junto con Raúl Sendic, Jorge Manera, Julio Marenales, Adolfo Wassen, Mauricio Rosencof, José Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro y Henry Engler, fue sometido durante 11 años a las más duras condiciones de reclusión y tortura.

Luego de su salida de la cárcel formó parte del núcleo duro de dirección del MLN, del cual se apartó alrededor de 1995.
Desde entonces permaneció en el MPP pero fuera del MLN y en 1999, se fue del MPP cuando se escindió la Corriente de Izquierda (CI).
JORGE ZABALZA:
Sí, ahí prácticamente nos dejaron fuera a Helios Sarthou y a mí. Y a una cantidad enorme de compañeros.
EC - Después incluso se alejó de la CI. Hoy, a los 63 años, ¿dónde está ubicado políticamente?
JZ - ¡En Santa Catalina! (Risas) Hay un proceso que es muy común acá y en otros lados, que es de outsider de la política a presidente de la República. A lo largo de varios años se dio ese proceso, durante mucho tiempo ser outsider de la política era una cosa que producía un beneplácito, era considerado como una virtud. Yo hice el camino al revés, de estar bien metido en lo más hondo de la partidocracia, de los sistemas partidarios, terminé siendo un outsider.
EC - Hoy no está en ninguna organización partidaria.
JZ - No estoy en ninguna organización partidaria.
EC - ¿Cuál es el vínculo con el FA?
JZ - Ninguno, fui un votante más en las últimas elecciones, las de 2004, planteando la necesidad de que el FA llegara al gobierno para que el discurso y el imaginario que tenía la gente sobre el FA quedaran cotejados con las medidas que sabíamos que iba a tomar, la realidad, y eso produjera un desarrollo en la comprensión política de la gente, que entendiera que el FA no era muy diferente de otros partidos políticos.
EC - ¿Se siente comprometido con el gobierno del FA hoy?
JZ - No, para nada.
EC - Usted ha dicho que con este libro, “Un cero a la izquierda”, quiere provocar un debate. ¿Sobre qué exactamente? Ha dicho sobre la historia del MLN a partir del regreso a la democracia que es una historia con distintas “interpretaciones” y que lo que “se está contando” es un “cuentito de hadas”.
JZ - Algunas veces lo hemos hablado con Fito. Lo que más me importaría en este momento es pensar hacia delante, hacia el futuro. Decir: nosotros que sobrevivimos a esas condiciones, que sobrevivimos a un genocidio que hubo en toda América Latina, y que tuvimos la fortuna, tal vez por casualidad o tal vez no, de sobrevivir, qué pensamos hacia el futuro. ¿Sostenemos todavía la necesidad de cambiar las bases de la sociedad, de alcanzar una sociedad sin explotados y sin oprimidos? ¿Seguimos pensando en eso? Yo sí, entonces me interesaría dar el debate en esos términos, hacia delante. ¿Qué pensamos, qué piensan los compañeros? Para plantearlo públicamente, para que ese debate trabaje, llegue a la opinión pública, que la gente lo entienda, tenga información, sepa a qué atenerse. Para eso hay que ir a las distintas etapas de la historia, porque salimos de las cárceles con el mismo horizonte revolucionario con el cual habíamos entrado.
EC - ¿Qué quiere decir que salieron de la cárcel con el mismo horizonte revolucionario con el que habían entrado? Decodifiquemos, hay términos que son de una jerga muy propia de ustedes.
JZ - Seguíamos pensando, sintiendo, imaginando un cambio en la sociedad. Un cambio del capitalismo al socialismo. Ese cambio implica el desarrollo de muchas conciencias, el desarrollo del entendimiento político de mucha gente, de los que van a ser protagonistas del cambio. Salimos de la cárcel pensando en mantener ese mensaje. De hecho, lo mantuvimos durante años, y ahora quiero discutir si se mantiene o no se mantiene.
EC - ¿Cuál es el “cuentito de hadas” que se ha construido en torno a la etapa del MLN posterior a la dictadura?
JZ - Hay varios cuentitos de hadas. Hay un cuentito de hadas histórico, el MLN nace planteándose tomar el poder para cambiar toda la estructura de la sociedad, nace planteándose cosas importantes como las que ocurrieron en otros países en el mundo. Y hoy en día, a partir de una perspectiva de que hay compañeros muy importantes, muy referentes del MLN, como Fernández Huidobro y Mujica, que están en el gobierno, la mirada hacia atrás es: nosotros nos organizamos porque éramos defensores de la democracia y contra un posible golpe militar.
EC - ¿Usted dice que a propósito de los orígenes del MLN hoy hay dirigentes que están falseando la verdad, lo que fue efectivamente, lo que se buscó?
JZ - Hay una mirada distinta de ellos, no digo ni falsa ni nada, digo que están interpretando de una manera muy diferente la historia tal y cual la sentimos la mayoría de los tupamaros. Esa es otra cosa, el movimiento Tupamaros se escindió, algunos están en el gobierno, algunos están en el MLN. Yo me refiero a los que participamos, pasamos por la cárcel, estuvimos en el exilio; la mayoría estamos fuera de esas estructuras.
EC - Usted dice que la mayoría de quienes integraban el MLN en los años sesenta no empuñaba las armas para defender la democracia.
JZ - No empuñamos las armas para defender la democracia. Empuñábamos las armas para voltear el régimen político y para instaurar otro sistema político con una democracia totalmente diferente, que no es la que tiene la clase dominante hoy en día.
EC - ¿Cuál es el cuentito de hadas del MLN después de la dictadura?
JZ - El cuentito de hadas es que somos unos chicos buenos que vamos a participar en las elecciones, que nuestras ideas son siempre lograr algunas reformas en la sociedad y gobernar en función de acuerdos sociales con empresarios, trabajadores, que somos los intermediarios entre trabajadores y patrones, que somos los intermediarios entre la sociedad civil y la sociedad militar. Yo digo que salimos con el mismo horizonte, el mismo imaginario. Digo horizonte e imaginario porque no teníamos una teoría acabada de lo que íbamos a hacer. En primer lugar, muy sencillo, porque salíamos de pozos. Pero saliendo de ese pozo, Raúl Sendic planteó no pago de la deuda, reforma agraria, estatización de la banca, aumento salarial, planteó un cambio, una cuestión muy profunda. Raúl decía: “Vamos a ponernos de acuerdo en tres o cuatro puntitos”. Y esos tres o cuatro puntitos eran esos.
AG - Pero también es cierto que Sendic fue, de los dirigentes importantes del MLN, el único que dijo que no había que reorganizarse, que el MLN no tenía que reorganizarse. Y sin embargo tú le has concedido el título de ancla revolucionaria, una vez charlando me dijiste eso: “Cuando murió el Bebe perdimos el ancla revolucionaria”. Y Sendic decía: “No reorganizar el MLN”. Entonces, ¿estaban realmente todos los tupamaros a favor de mantener el horizonte revolucionario? Lo que ha venido gestándose en el MLN recientemente, la evolución reciente de Mujica y Fernández Huidobro, ¿no ratificaría la visión de Sendic de que la democracia uruguaya generaba otras condiciones para mejorar el bienestar de la gente en el corto plazo?
JZ - Sí, claro, todos coincidíamos. En el libro me refiero a lo que se llamaba el grupo de los 17, que nos encontrábamos y elaborábamos una política que abarcaba los distintos aspectos. No podíamos ser tan ciegos ni tan irresponsables en esa época de no darnos cuenta de que la situación del 85 no era ni parecida a la de los setenta. Como hoy la situación es muy diferente de la del 85. En lo que estábamos de acuerdo, y tal vez fuera una de las lecciones de la historia, una de las cosas que aprendimos, es en que no íbamos a forzar de ninguna manera ninguna situación con una actitud vanguardista, con una actitud como la que siempre se nos achaca, de elite, de “ustedes resuelven las cosas”. No, por el contrario, pensábamos mantenernos con ese horizonte, comunicando, haciendo pública la voluntad. Yo ahora estoy escribiendo un libro para la editorial Oceano Sur, ordenando un poco los artículos de Raúl Sendic, y ahí surge bien claro que en su mensaje, en su prédica diaria, hablando de cualquier cosa, estaba siempre el mensaje revolucionario. Siempre está el contenido. Eso es lo que no perdíamos, íbamos a la mateada, que era una cuestión muy abierta y muy pública, donde nos preguntaban de todo, y no decíamos: “Nunca más vamos a empuñar las armas”. Sería bueno saberlo. Decíamos: “Si el pueblo uruguayo empuña las armas, si el pueblo uruguayo vuelve a desarrollar una situación como las que se han desarrollado en otros países, vamos a apoyar a ese pueblo”.
EC - ¿En qué hipótesis iban a apoyar al pueblo uruguayo en una insurrección violenta?
JZ - Eso parte de un análisis de este modelo económico y social, que se continúa llevando adelante con distintos desarrollos, distintas particularidades, y que tiene una consecuencia bien clara, el agravamiento de la brecha social entre las mayorías y una pequeña elite que se lleva la mayor parte en el reparto de la riqueza. Ocurre ahora en Chile que hay gente que sale a la calle violentamente, porque un modelo social implementado con tanta violencia, que te obliga a la exclusión, despierta reacciones en la gente.
EC - Para una hipótesis como esa ustedes estaban preparados.
JZ - Preparados mentalmente.
EC - En el libro habla de que estaban preparados logísticamente, materialmente.
JZ - En determinado momento estuvimos preparados materialmente, logísticamente.
EC - ¿En qué sentido? ¿Qué pasaba con armamento, con entrenamiento militar?
JZ - Nos propusimos siempre tener entrenamiento, no alcanzamos a recibirlo nunca pero siempre nos propusimos y estuvimos dispuestos a recibir entrenamiento militar. Hay un relato que está en el libro de Garcé y en el libro de Leich sobre el viaje a Libia a entrenarnos, pero no hubo entrenamiento.
AG - Pero tú en Brecha dijiste que sí, que se había concretado en setiembre del 89, y en el libro a Leich también. El viaje a Libia.
JZ - El viaje a Libia se concretó, pero no hubo entrenamiento.
AG - En Brecha dijiste otra cosa.
JZ - No. ¿Que hubo entrenamiento?
AG - Que ustedes hicieron un viaje previo un año antes, establecieron los contactos y que después de que eso se concretó, en setiembre del 89 viajó un grupo de militantes del MLN.
JZ - Viajó un grupo de militantes que lo único que hicieron –porque Libia los llevó para eso, yo no fui– fue participar en un desfile de un aniversario de la asunción de Gadafi.
EC - ¿Y la posibilidad de entrenamiento militar dentro del país?
JZ - No, dentro del país no. Lo que podemos hacer dentro del país es muy limitado, estamos totalmente vigilados, yo sé que no puedo usar el teléfono, sé que se pasan informes sobre la gente que me visita, sé quién los pasa. Acá estamos totalmente vigilados. De vez en cuanto aparecen esas informaciones. Por eso lo importante es el ancla, por eso yo digo que Raúl Sendic era el ancla, y creo que sigue siendo. Porque el tema, fundamentalmente, no es si se aprende a tirar o se deja de aprender, si se dan cursos de seguridad o no, el problema es la mentalidad, es el saber la necesidad de la revolución, el ancla ideológica. Esa es la importancia y esa es la orientación del libro, el porqué de esa biografía, por qué me enfrenté a esa biografía, porque creo que hay que seguir manteniendo ese mensaje.
EC - Pero el libro y las declaraciones en Brecha incluyen en algunos casos afirmaciones muy contundentes y en otros frases ambiguas a propósito de la existencia de armamento.
JZ - Salvo que vos llames armamento a los miguelitos y a los cócteles molotov…
EC - Sobre los miguelitos y los cócteles molotov es muy explícito.
JZ - Es así. En la evolución nuestra ya no pensábamos, ni pensamos, en una revolución con un aparato armado enfrentado a un ejército.
EC - Además menciona episodios concretos de acciones violentas. Fines de 1986 –leo textual–: “Zabalza y uno de los veteranos históricos, munidos de una barreta y varios litros de nafta le prendieron fuego a un ómnibus en medio de la noche con la finalidad de incidir sobre la actitud de los carneros en un conflicto sindical del transporte”.
JZ - ¿Te molesta mucho eso?
EC - No, estoy constatando hechos que no eran públicos.
JZ - Claro, no eran públicos.
EC - Que usted y otro veterano histórico del MLN le hubieran prendido fuego a un ómnibus en aquel conflicto del transporte no era algo público.
JZ - No era algo público, lo digo porque quiero mostrar que tampoco era simplemente decir: “Hagan las cosas, esto es la revolución, la revolución hay que hacerla”. Nosotros apoyamos lo que era en ese momento un conflicto muy duro que fue el de transporte, con los de ONDA, con trabajadores echados a la calle sin más miramiento.
EC - También ha provocado bastante impacto la revelación que usted hace a propósito de cómo se dieron los hechos del Hospital Filtro en el año 94, durante los cuales ustedes tenían pronto un ómnibus repleto de cócteles molotov y miguelitos.
JZ - Claro, el señor Ángel Gianola había planteado que iba a dar mucho palo para que aprendieran, había hecho un discurso en la Guardia de Coraceros arengando. Porque de la misma manera que nos vigilan a nosotros, nosotros recibimos información siempre de lo que ocurría en las filas policiales. Y si como consecuencia de la asunción del gobierno blanco se estaba preparando un momento de represión, estábamos en la orientación de que teníamos que tomar medidas de autodefensa, por supuesto.
EC - Además, “una banda de jóvenes radicales deseosos de entrar en acción”.
JZ - Sí, claro. ¿Y no tiene usted en los cuarteles y en la Policía una banda de jóvenes radicales deseosos de entrar en acción? ¿Por qué hay tanto sarampión cuando las fuerzas populares o cuando por ejemplo en un conflicto algún trabajador tiene que reaccionar de una manera violenta, cuando todos los días estamos sometidos a violencia, cuando todos los días estamos sometidos a vigilancia, cuando ahora en el INAU aparece esa carcelita de desafío donde se tortura a los jóvenes, se los viola, se los somete? Aparecen delitos tremendos. Es que la sociedad es así, si no entendemos que este sistema y este régimen son así y engendran la violencia, que el régimen engendra la violencia, que el régimen es violento de por sí, después todo lo otro nos parece horrible. ¡Pará!
EC - Concretamente, en los episodios del Filtro, ¿qué se buscaba? ¿Frustrar la extradición de los tres vascos?
JZ - Sí, que después no fueron ni procesados.
EC - Se procuraba frustrar la concreción de una resolución de la Justicia.
JZ - No era frustrar, era el derecho de asilo, era sostener y defender el derecho de asilo. Ahí hubo hasta un par del PIT-CNT, estuvo la Mesa Política del FA con Tabaré Vázquez y el general Seregni a la cabeza.
EC - Pero esas eran actitudes pacíficas. Las que usted detalla acá son actitudes violentas. Hay una diferencia.
JZ - ¡Ay, qué horrible!
EC - Simplemente marco la distinción entre una cosa y la otra.
JZ - Cuando vimos –lo relato ahí– que aquello se transformaba en una manifestación popular, convocada con la participación de gente que venía a otra cosa, sacamos el ómnibus. Yo desarmé compañeros, porque de ninguna manera íbamos a ser tan irresponsables de dejar que una cuestión que podía ser lo que ustedes ven en la televisión o lo que puede ocurrir en determinado momento entre militantes y policías, se transformara en una situación de violencia general. En cambio, como el sistema es así, como es tan violento, el ministro se dio el lujo de dar la orden de reprimir, y hubo automóviles tirando sobre la gente que estaba desarmada, que corría por las calles. Mataron a Fernando Morroni, y después dos autos policiales mataron a Roberto Facal. Todo es así. Y no pasó nada, está impune. Porque la Justicia se puede preocupar ahora por lo que yo digo acá, puede tomar medidas de por sí, pero cuando es en defensa del sistema queda quietita.
***
EC - Fito, ¿alguna precisión?
AG - El famoso asunto del entrenamiento militar. Nos juega una mala pasada la carga semántica de las palabras, qué quiere decir entrenamiento militar para Zabalza y qué quiere decir entrenamiento militar para Garcé, para la gente común y silvestre. Para vos, Jorge, entrenamiento militar quiere decir lo que hiciste en Cuba antes, incluso, de ingresar al MLN. En ese largo viaje de nueve meses, que cuenta Leich en tu biografía, que fue un entrenamiento militar impresionante, el relato es muy impactante, de lo duro que fue ese entrenamiento militar.
JZ - Era para ir a Bolivia con el Che.
AG - Cuando se habla de entrenamiento militar en el MLN del 85 para adelante, en la democracia, y cuando se habla de entrenamiento militar en Libia no uso la expresión en el sentido del entrenamiento militar que hiciste en Cuba. Para mí, estar alojado en un cuartel, levantarse temprano en la mañana, ponerse un uniforme militar y tirar algunos tiros, aprender a manejar armas, para mí eso es entrenamiento militar, desde mi ignorancia en temas militares.
JZ - Claro, en Semana de Turismo salen 400 grupos de caza y tiran muchas más balas, muchísimas más que las que pueden haber tirado los compañeros allá. Y saben de armas muchísimo más que cualquiera de los que volvieron de Libia. Quedó aclarado, lo que digo en Brecha es que fuimos a obtener entrenamiento militar y se viajó en setiembre de…
EC - El libro incluye otros destapes, algunos de ellos han generado mucha controversia, mucho impacto. Por ejemplo el hecho de que después de la dictadura, ya en democracia, el MLN haya financiado una parte de su presupuesto con “expropiaciones” y aportes de organizaciones clandestinas de otros países, la ETA de España, el MRTA de Perú y el MTPP de Argentina. Una precisión, ¿qué quiere decir expropiaciones? ¿Quiere decir robos, asaltos?
JZ - No, son expropiaciones. Si usted quiere saber lo que es un robo tiene que leer la historia, y si lee la historia todos los estancieros son unos ladrones, porque la tierra no era de ellos. Para utilizar los términos groseros de robo o asalto vamos a hablar de lo que ocurre todos los días en la Bolsa de Valores, por ejemplo. O lo que ocurre en el sistema financiero. O de lo que ocurre con el lavado de dinero, que esto parece las Bahamas. Vamos a no utilizar una moral para un lado y otra para el otro.
EC - Está bien, pero usted entiende lo que le estoy preguntando.
JZ - Sí, vinieron de expropiaciones, porque las contribuciones que podían hacer Gorriarán o los compañeros del MRTA venían de expropiaciones. Es eso.
EC - ¿Las contribuciones que venían de fuera surgían de expropiaciones, o había dinero que ustedes obtenían acá también por la vía de expropiaciones?
JZ - Eso significa antes que nada una cosa: que es precisamente –acá vamos a ser bien precisos– cómo salimos nosotros. Salimos igual y pensábamos en la misma solidaridad con el movimiento revolucionario en América Latina. Y mantuvimos desde el principio vinculaciones con los salvadoreños, con los nicaragüenses, con los cubanos, con mexicanos, con los peruanos. Lo digo en el libro y lo quiero recalcar para que no quede ninguna duda: yo me siento amigo de Néstor Serpa Cartolini, al que asesinaron en la toma de la embajada de Japón en Perú, en Lima, cuando quisieron secuestrar a Fujimori, nada más ni nada menos.
EC - Usted mismo estuvo a punto de participar en ese operativo, según cuenta en el libro.
JZ - Porque manteníamos el mismo espíritu, todos.
EC - Pero yo le preguntaba por acá, las acciones desarrolladas acá.
JZ - No, acá no, me he cansado de decirlo, no hemos expropiado a nadie.
AG - Pará un poquito, porque, si no, vas a hacer vos un cuento de hadas también. Porque en el propio libro está el famoso episodio de abril de 1991 que involucra a Ricardo Perdomo cuando un grupo de gente…
JZ - Eso no es un cuento de hadas, está bien claro en el libro.
AG - Por eso. Y tú decís que hay responsabilidades políticas y das a entender –y te lo quiero preguntar porque vos eras el jefe de Ricardo Perdomo…
EC - Estamos hablando de un asalto a la distribuidora de diarios y revistas de Eddie Espert.
AG - Abril de 1991, en general, de acuerdo con la tradición tupa, después de la muerte de Sendic lo que ocurre en abril de cada año algo que ver con el espíritu revolucionario tiene. Lo que ocurre en abril o lo que ocurre en octubre, en el aniversario de la muerte del Che. En abril del 91 un grupo asalta una distribuidora con el objetivo de hacer finanzas.
JZ - Claro.
AG - Ricardo Perdomo, que es un símbolo del MLN.
JZ - Es emblemático en el MLN.
AG - Es emblemático en el MLN porque era uno de los que integraban el comando el día que murieron los cuatro soldados que fueron ametrallados en el jeep, 18 de mayo del 72.
JZ - Que murieron en combate, porque ellos tiraron también. Como vos querés ser preciso, yo quiero ser preciso.
AG - Ricardo Perdomo fue una figura emblemática porque participó en ese operativo y después fue muy torturado, muy acosado por los policías y los militares.
JZ - Y por su entereza y porque es un compañero de una honestidad ímproba.
AG - Yo no he tenido la chance de hablar con él.
JZ - Muy solidario.
EC - El libro dice textualmente, página 177: “Zabalza veía un grave problema en todo este asunto, por las reacciones que hubo con respecto a Perdomo dentro del propio MLN; lo de Perdomo no era una iniciativa individual, lo expropiado no sería utilizado para resolver problemas personales”.
AG - Además hay otra cosa, Perdomo integraba la dirección del zonal 4, como me explicaste en su momento, con Freddy Arduso, con Washington…
JZ - Freddy Arduso no.
AG - Con Ronny Scarcela. Ese episodio tiene todas las características, porque además así se lo reconoce en el libro de Leich, de una operación de finanzas, pero además de una operación política, porque “casualmente” queda un documento de Ricardo Perdomo en la escena del asalto. Entonces te pregunto: esa ¿era o no era una operación de finanzas? Segundo, ¿cuál era el contenido político, el objetivo político de que quedara un documento de Ricardo Perdomo, símbolo del MLN, en la escena de ese delito?
JZ - Podés pensar lo que quieras, forma parte de una interpretación. Eso de que el documento quedó no, el documento cayó.
AG - Pero es un revolucionario profesional…
JZ - Entonces no habríamos caído nunca presos, ninguno. Más errores de los que cometimos todos… Entonces Raúl Sendic nunca habría entrado a la calle Almería cuando estaba cercado por la Policía, y no se dio cuenta.
AG - El documento cayó.
JZ - El documento se le cayó, fue un accidente. De ninguna manera habría pensado en una cosa por el estilo. Fue un accidente de él.
Y quiero decir algo, porque cuando hiciste la presentación dijiste si esto era un ajuste de cuentas.
EC - A eso iba, hay quienes entienden que usted, más que generar un debate, estaría buscando desacreditar a figuras importantes del MLN, hoy en el MPP, que resultan fundamentales en el equilibrio de poder del gobierno del FA. Pienso en Fernández Huidobro, pienso nada menos que en Mujica, que se maneja nada menos que como posible candidato presidencial.
JZ - Lo que nosotros venimos discutiendo desde hace ya 20 años son estos temas. Por supuesto, van a decir que esto es un palo en la rueda. Se ocupa un terreno y es un palo en la rueda, se hace una marcha contra Bush y es un palo en la rueda. El gobierno sostiene, o sus personeros, que cada cosa que se hace es en su contra. Lo cual es: “llamate a silencio, llamate a la inmovilidad total”. Ese es el mensaje. Lo que estamos haciendo, como dijo el propio Fernández Huidobro, es decir las cosas que siempre han sido discutidas en el entorno del MLN y del MPP…
EC - …Pero no discutidas públicamente en estos términos, no volcando públicamente este tipo de información.
JZ - No, este tipo de información está, lo de la ETA, todo eso está recogido en distintos períodos de la historia actual, en distintos libros, en distintos reportajes. Lo que no está, de repente, es contextualizado en un proyecto revolucionario.
Segundo, esto es totalmente por fuera del gobierno, no tiene nada que ver con el gobierno. Por mí, que sigan gobernando y sigan adelante con ese modelo, que por supuesto va a tener sus consecuencias. De repente no, de repente nos equivocamos, repito lo que digo en Brecha, cuando pensábamos en lo que iba a ocurrir estuvimos muy cerca, porque el proceso de los carapintadas se dio en Argentina, si acá hubiera ganado el voto verde no sé qué habría pasado. Nadie puede asegurarlo. En Argentina el proceso de 2001 y 2002 tuvo una característica, no tenía un amortiguador como el FA, y por lo tanto el proceso de la crisis que hubo en esos años tuvo características distintas. Sigo pensando que hay un gran amortiguador y que ese gran amortiguador trabaja.
EC - Puede pensarse que con este libro, además de generar un debate, usted está tratando de pinchar ese amortiguador, de debilitar ese amortiguador, como califica al FA, pegándoles en la línea de flotación a algunas figuras que son muy importantes para el funcionamiento de ese partido que hoy está en el gobierno.
AG - Sí, y en la misma línea, es obvio que mucha gente puede interpretar este libro como un tiro en el ala de una precandidatura presidencial cantada, que es la de José Mujica. Cómo va a manejar José Mujica algunas de las cosas que han salido a luz estos días y hasta dónde lo pueden afectar, si es que está pensando en ser presidente, es una pregunta que se está haciendo todo el mundo. Entonces, ¿has pensado en las consecuencias desde este punto de vista, en cómo puede afectar a José Mujica? Y te agregaría: ¿para vos José Mujica quiere ser candidato a la Presidencia?
JZ - Cuando hace dos años y medio o tres te dije que el Pepe iba a ser candidato a la Presidencia, me dijiste: “¡Noooo!”. Y sos un cientista político, de la Facultad de Ciencias Políticas.
AG - Los politólogos también nos equivocamos.
JZ - Te dije: “El Pepe va a ser candidato”. Y va a ser, creo que está bien. El Pepe como candidato a la Presidencia tiene que ser integrado en todos los valores, me interesa que sea presidente, pero que integre como lo que fue, que fue un revolucionario, no hasta antes de caer preso, sino un revolucionario, el tipo que tiene una idea de que a este sistema hay que cambiarlo. Lo que quiero es eso: José Mujica Cordano, presidente de la República, se mueve, como se mueve hoy en día, porque quiere cambiar el sistema también. O no. Que me lo diga.
EC - Pero la pregunta de Fito Garcé va a algo que es bastante obvio. Con algunas de las informaciones que usted larga en este libro, a Mujica, suponiendo que sea candidato presidencial, se le complica la campaña electoral.
JZ - Su vida es muy complicada, su vida ha sido muy complicada.
EC - Blancos y colorados tienen acá para hacerse un festín. Usted pone en duda la trayectoria de Mujica y su vinculación con la democracia, no antes de la dictadura, después de la dictadura, ya en el año 1985 y en adelante.
JZ - Por supuesto. Es que él tiene que hacer una declaración de fe democrática ahora, decir: “Fue así, yo creo en la democracia burguesa, creo que este sistema es bueno, creo en las elecciones, creo que hay que cambiar las cosas desde el gobierno progresista”. Que lo diga, creo que de alguna manera lo dice pero no totalmente.
AG - ¿No lo ha venido diciendo?
JZ - De alguna manera sí, pero no totalmente. “Creo en el Estado de derecho” dice a veces. Este es el debate.
AG - Vos te fuiste del MLN porque ya sentías que el escenario insurreccional estaba muriendo. Pero estaba muriendo desde el 91.
JZ - No, no solo el imaginario insurreccional. Porque todas estas separaciones que han pasado están ocurriendo. Y a mí no me interesa tanto desde el punto de vista práctico electoral, estamos en un debate de ideas, y me interesa desde el punto de vista, primero, de la interpretación histórica, pero sustancialmente, como lo planteo en el libro, como lo planteo cada vez que puedo salir, desde el punto de vista de la interpretación histórica y hacia el futuro. Que las cosas, cuando mañana las juzgue la historia, las juzgue mucho más claro.
EC - Pero mire las reacciones…
JZ - Sí, yo sé, sobre todo en la audiencia de En Perspectiva. Vos sabés que yo te escucho, yo sé cuáles van a ser las reacciones. Pero hay otras reacciones que son las que me interesan.
EC - Yo le hablo de reacciones de frenteamplistas. Por ejemplo de Teresa, que manda este correo electrónico titulado “En mi nombre no”, y dice: “Señor Zabalza, parece que se olvidó de una regla básica, no ya de la revolución que usted dice querer hacer, sino del barrio, la regla de no ser buchón. Si usted tiene cuentas pendientes con sus ex compañeros, sáldelas en silencio y mano a mano, como se hacía antes. No use los medios del enemigo para frustrar las ilusiones de tantos y tantas que trabajamos muchos años para tener este gobierno, de repente sin la heroicidad suya pero dando horas de descanso a la militancia chiquita, pero la que fue ganando voto a voto, lo que hoy tenemos”. Y sigue, es muy largo.
JZ - Yo sé que ella se sienta así, pero que Teresa tenga bien claro que lo que estamos haciendo es sostener un mensaje que siempre sostuvimos. Y sostener un mensaje, además, que tiene una carga tremenda desde el punto de vista afectivo para todos nosotros porque ha dejado compañeros en la calle, y ha dejado compañeros desaparecidos. Lo que de ninguna manera queremos es que se nos cambie la pisada, la historia de todos nosotros. Que Teresa lo tenga. Además eso de buchón es medio grosero, que ella lo sienta como lo sienta. Hay varios evangelios, apenas hemos dicho el Evangelio según San Marcos, que es el más inocente de todos.
EC - Sobre el final del libro, Zabalza reafirma su “indeclinable decisión de continuar haciendo la revolución social”. Es textual.
JZ - Sí, lo he dicho mil veces.
EC - Entonces, ¿a qué conduce eso, en términos prácticos, en un momento en que gobierna la izquierda por primera vez en la historia del país?
JZ - Es que uno no es tonto. Lo que siempre está es: “Yo soy revolucionario”; entonces, “¿Cuándo vas a salir a tirar tiros?”. No es así la vida. Soy revolucionario, sigo pensando en hacer una revolución, sigo sintiendo la necesidad de cambiar el sistema, pero me tengo que adecuar a la realidad. Por supuesto, en un determinado momento dije: “Me voy a Lima”. Pero estoy acá anclado en Uruguay. Habría sido mucho más fácil quedarme de carnicero y no hacer nada y vivir la vida tranquilo.
AG - Habría sido mucho más fácil, para decir la verdad y como cuenta tu biografía, seguir siendo el hijo de Pedro Zabalza, ser escribano, dedicarte a hacer plata.
JZ - Habría sido mucho más fácil. Y Teresa estaría contenta.
AG - No creo. Todo el país te lo reconoce, a vos y a todos los revolucionarios de este país. No elegiste el camino fácil, eso lo sabemos.
JZ - Y seguimos sin estar en un camino fácil. Pero además porque no es sencillo entender que lo que queremos es un debate.
AG - ¿Y habrá debate?
JZ - No sé, está sobre la mesa.
AG - Por lo que dijo Fernández Huidobro, parece que no…
JZ - Porque seguimos pensando que hay que construir miles de mujeres y hombres que tengan un pensamiento revolucionario. Porque sin esos miles de hombres y mujeres no existe cambio en la base material de la sociedad. Somos guevaristas en ese sentido, nos seguimos planteando que es un problema de conciencia. La revolución no es un hecho de armas, no es un hecho de cambio de estructura, es un hecho de cambio en la conciencia. Y la única forma de obrar sobre la conciencia de los hombres es, precisamente, debatiendo, planteando las cosas. Fernández Huidobro dice que yo soy –por eso le dará la razón a Teresa– muy bruto y que me dejo usar por la Policía. Soy bruto pero no soy burro, Fernández Huidobro. No soy burro.
AG - Algunos integrantes actuales del MLN suscribirían tus palabras. Por ejemplo, Julio Marenales, ese sí fundador del MLN, y con el que trillaste tantos años, se debe de seguir sintiendo un revolucionario, y debe de estar pensando ahora mismo –lo ha manifestado en algún reportaje– que el gobierno del FA puede ser no sé si un atajo, pero un paso más en el camino de creación de conciencia. ¿Vos pensás que Julio Marenales sigue siendo un revolucionario?
JZ - Por supuesto, sigue siendo un revolucionario. En este momento debe de decir: “En qué lío se metió el Tambero”. Pero alguien tiene que mantener la llamita encendida.

37 años de luces y sombras

UNO: En 1971 el Frente Amplio nació con una imagen de transformador revolucionario de la sociedad. Claro, por supuesto, esa apariencia no condecía con los acuerdos entre partidos y personalidades políticas que le dieron origen, cuyo propósito se limitaba a la búsqueda de una salida pacífica a la guerra civil que se veía venir, a canalizarla hacia la contienda electoral

En cambio, en el imaginario popular el Frente Amplio era otra cosa. La gente lo sintió como un tránsito hacia un país socialista. Esa fue la imagen revolucionaria que arraigó en el corazón del pueblo y la base espiritual que permitió sobrevivir las persecuciones, las cárceles y el silencio forzoso durante la dictadura militar.

El Frente, entonces, nació pautado por las contradicciones entre esas dos visiones bien diferentes que desde 1971 coexistieron más o menos pacíficamente. El vértice proponiendo un canal electoral a la lucha social y a sus expresiones armadas, y en las bases que organizaron los Comités, predominio del sentimiento “revolución a la vuelta de la esquina”. Ambas estrategias tal vez tuvieron su choque más evidente cuando Seregni y el PDC se opusieron a la realización del Encuentro de Comités de Base en 1972.

Al final de la dictadura, el imaginario revolucionario de las bases populares se concretó en la reorganización del Frente Amplio, y en una acción política decisiva para que los militares se retiraran a los cuarteles. La enorme mayoría de la militancia frenteamplista de los 80 imaginaba estar participando en un proceso que caminaba hacia el Uruguay Socialista. Nadie se hubiera atrevido a sostener la necesidad de recrear aquel Uruguay Batllista que el pachecato desplomó en los ’70.

DOS: El inesperado NO del 30 de noviembre del 80, la reorganización del movimiento sindical, la movilización del FUCVAM y los inicios de la lucha por los Derechos Humanos, fueron los primeros síntomas que presagiaban la radicalización de la lucha contra los militares de la tiranía. El Primero de Mayo de 1983, el paro cívico del 18 de enero y la represión de la Plaza de los Bomberos volvieron certeza el presagio. La resistencia del abajo comenzaba a hinchar el lomo.

Esa rebelión en ciernes acompañó la marcha triunfal de las revoluciones populares en Centroamérica y el crecimiento de la izquierda electoral en el resto del continente. Como al parecer las dictaduras favorecían el surgimiento de resistencias populares sonó la alarma en Washington. Los EEUU decidieron sacarlas de la troya antes que las rebeldías se hicieran movimientos revolucionarios.

Por otra parte, la dictadura ya había cumplido su objetivo principal. En doce años la participación del pueblo trabajador en la “torta” (Producto Bruto Interno) había sido reducida del 40 al 20%. Un atropello muy violento protegido por los militares. El robo escandaloso al bolsillo del trabajo fue la razón profunda de las desapariciones, asesinatos y torturas bestiales.

El poder económico y político consintió en la reconstrucción de los vértices partidarios y el sistema democrático republicano como reemplazo pacífico de la dictadura violenta. Bajo ese alero se da la “salida a la uruguaya”, pactada en el Club Naval entre Seregni, Sanguinetti y los militares. Garantía política de la impunidad del terrorismo de Estado y de los buenos negocios.

El movimiento prácticamente espontáneo de masas, base social de la victoria sobre la dictadura, fue encorsetado en un movimiento electoral. Así comenzó en los ‘80 el proceso de metamorfosis que transforma la izquierda frenteamplista de ayer en el batllismo progresista de hoy.

La izquierda electoral creó expectativas desmedidas en la primaveral democracia parlamentaria. Parecía la panacea que todo lo resolvería. Sin embargo, el imperio y la clase dominante la utilizaron para aplicar sin piedad el mismo modelo de la dictadura, exclusión social y control de la resistencia. La legalidad que permitieron, en realidad, apenas sirvió como consuelo de las víctimas del robo y de los crímenes. No era para restituir las libertades esenciales sino para tutelarlas.

Pacto del Club Naval, Concertación Nacional Programática y gobernabilidad, las primeras sombras oscureciendo los cielos tricolores.

TRES: La democracia tutelada no vino acompañada de la redistribución del ingreso que caracterizó al Uruguay Batllista. Los demagogos blancos y colorados solamente repartieron sonrisas y abrazos. Con ello les bastó. No necesitaron represiones feroces para imponer el modelo neoliberal y la tutela militar..

La clave de su éxito se respaldó en el nuevo papel de amortiguador asumido por la conducción del Frente Amplio, única fuerza política capaz de hacer que el pueblo trabajador confiara en el sistema democrático burgués.

Al abandonar las filas de los partidos tradicionales, la gente fue dando pasos adelante, pero al mismo tiempo, insensiblemente, por afuera de lo consciente, fue desapareciendo el imaginario que hacía del Frente Amplio una herramienta anticapitalista y antiimperialista.

Este retroceso, el “centrazo” como lo denominaba el Senador Huidobro, fue especialmente notorio en el cambio de subjetividad de la militancia comunista, socialista y tupamara, hasta hacerla aceptar totalmente las reglas de juego y la cultura de la democracia burguesa.

Toda la ganancia en consciencia del ciclo de rebelión y dictadura de los ’70, comenzó a perderse en los pasillos del parlamento y de las instituciones. La movilización combativa de la generación del ’83 fue siendo sepultada en hielo y sus fuegos fueron apagados por bomberos hasta ese momento insospechados de tales.

Con el tiempo, los principales referentes del comunismo y la guerrilla tupamara se hicieron propagandistas de las ideas de transa y pacto social. Se perdió claridad en la identificación del enemigo de clase.

No al neoliberalismo fue la consigna electoral de los ‘90, pero se hizo desaparecer del escenario a la oligarquía y el imperialismo que son su sustento social y, por consiguiente, se abrieron puertas a todo tipo de acuerdos, conciliaciones o pactos sociales. La idea fuerza es desarrollar un “capitalismo en serio”, con burgueses más solidarios y fraternales, como vía hacia la sociedad socialista. Esta mosqueta ideológica es el colmo de los contrasentidos.

En el Frente se instaló una ideología muy diferente a la que cobijó su fundación. Aquella era la cosmovisión de los condenados de la tierra, una óptica en rojo y negro, mientras que ésta es la fantasía rosadita de creyentes en un “mundo feliz”, donde no existen la dependencia ni la explotación imperialista, ni los antagonismos entre el pueblo y la oligarquía, ni la violencia escondida en cuarteles y comisarías, ni la patria financiera especulando en la Ciudad Vieja.

De hecho fundaron un nuevo Frente Amplio, un instrumento político que, en los hechos, termina siendo herramienta política de los dueños de todo.

CUATRO: Cifras plagiadas de un artículo del economista tupamaro William Yohai y que ayudan a pensar: A) En el quinquenio 2003-2007 creció un 37% el ingreso que correspondería a cada uruguayo si se repartiera equitativamente lo producido por este país ya productivo. Pero los promedios suelen esconder injusticias: en realidad el poder adquisitivo de los asalariados (salario real) se mantuvo sin cambios durante el quinquenio y los trabajadores no vieron nada de ese 37% que le corresponde según las estadísticas del gobierno.

B) Recordemos que la dictadura redujo violentamente al 20% esa parte del pueblo y que, cuando arrancó el nuevo siglo (1999/2000) la lucha de los trabajadores había logrado que su pedacito de torta creciera a un 30% del PBI. Pero, paradójicamente, en el 2005 la parte del pueblo trabajador en el reparto de la torta disminuyó 1.600 millones de dólares. En el 2006, volvió a decrecer en 1.860 millones de dólares y en el 2007 bajó todavía más: 2.160 millones de dólares. O sea que, en tres años de Astori, Mujica y Vázquez el pueblo volvió a perder torta. Se regresó al 20% de la dictadura militar.

¿Adónde va lo que se roba de la mesa del trabajador? Seguramente se lo llevó el 20% más rico de uruguayos, que Gargano estima en unas 2.500 familias después del cambio producido en su discurso por el patadón recibido.

¿Cómo se calibra esto a la hora de valorar la gestión del gobierno? Y la preguntita inquietante… ¿el progresismo está protegiendo el robo que los ladrones dueños del poder económico hacen al pueblo trabajador?

CINCO: El Frente Amplio nacido de las entrañas del pueblo con un imaginario revolucionario es la luz que ilumina sus 37 años de historia y su voluntad de cambio, expresada en las elecciones del 2004, define la coyuntura.

El Frente Amplio de las sombras, de los que oponían a la multiplicación de los comités de base en 1971, de los que firmaron con sangre ajena el pacto del Club Naval, está prohijando un gobierno que tolera (para ser prudente en el calificativo) que el capital robe al pueblo trabajador.

37 años de luces y sombras

UNO: En 1971 el Frente Amplio nació con una imagen de transformador revolucionario de la sociedad. Claro, por supuesto, esa apariencia no condecía con los acuerdos entre partidos y personalidades políticas que le dieron origen, cuyo propósito se limitaba a la búsqueda de una salida pacífica a la guerra civil que se veía venir, a canalizarla hacia la contienda electoral

En cambio, en el imaginario popular el Frente Amplio era otra cosa. La gente lo sintió como un tránsito hacia un país socialista. Esa fue la imagen revolucionaria que arraigó en el corazón del pueblo y la base espiritual que permitió sobrevivir las persecuciones, las cárceles y el silencio forzoso durante la dictadura militar.

El Frente, entonces, nació pautado por las contradicciones entre esas dos visiones bien diferentes que desde 1971 coexistieron más o menos pacíficamente. El vértice proponiendo un canal electoral a la lucha social y a sus expresiones armadas, y en las bases que organizaron los Comités, predominio del sentimiento “revolución a la vuelta de la esquina”. Ambas estrategias tal vez tuvieron su choque más evidente cuando Seregni y el PDC se opusieron a la realización del Encuentro de Comités de Base en 1972.

Al final de la dictadura, el imaginario revolucionario de las bases populares se concretó en la reorganización del Frente Amplio, y en una acción política decisiva para que los militares se retiraran a los cuarteles. La enorme mayoría de la militancia frenteamplista de los 80 imaginaba estar participando en un proceso que caminaba hacia el Uruguay Socialista. Nadie se hubiera atrevido a sostener la necesidad de recrear aquel Uruguay Batllista que el pachecato desplomó en los ’70.

DOS: El inesperado NO del 30 de noviembre del 80, la reorganización del movimiento sindical, la movilización del FUCVAM y los inicios de la lucha por los Derechos Humanos, fueron los primeros síntomas que presagiaban la radicalización de la lucha contra los militares de la tiranía. El Primero de Mayo de 1983, el paro cívico del 18 de enero y la represión de la Plaza de los Bomberos volvieron certeza el presagio. La resistencia del abajo comenzaba a hinchar el lomo.

Esa rebelión en ciernes acompañó la marcha triunfal de las revoluciones populares en Centroamérica y el crecimiento de la izquierda electoral en el resto del continente. Como al parecer las dictaduras favorecían el surgimiento de resistencias populares sonó la alarma en Washington. Los EEUU decidieron sacarlas de la troya antes que las rebeldías se hicieran movimientos revolucionarios.

Por otra parte, la dictadura ya había cumplido su objetivo principal. En doce años la participación del pueblo trabajador en la “torta” (Producto Bruto Interno) había sido reducida del 40 al 20%. Un atropello muy violento protegido por los militares. El robo escandaloso al bolsillo del trabajo fue la razón profunda de las desapariciones, asesinatos y torturas bestiales.

El poder económico y político consintió en la reconstrucción de los vértices partidarios y el sistema democrático republicano como reemplazo pacífico de la dictadura violenta. Bajo ese alero se da la “salida a la uruguaya”, pactada en el Club Naval entre Seregni, Sanguinetti y los militares. Garantía política de la impunidad del terrorismo de Estado y de los buenos negocios.

El movimiento prácticamente espontáneo de masas, base social de la victoria sobre la dictadura, fue encorsetado en un movimiento electoral. Así comenzó en los ‘80 el proceso de metamorfosis que transforma la izquierda frenteamplista de ayer en el batllismo progresista de hoy.

La izquierda electoral creó expectativas desmedidas en la primaveral democracia parlamentaria. Parecía la panacea que todo lo resolvería. Sin embargo, el imperio y la clase dominante la utilizaron para aplicar sin piedad el mismo modelo de la dictadura, exclusión social y control de la resistencia. La legalidad que permitieron, en realidad, apenas sirvió como consuelo de las víctimas del robo y de los crímenes. No era para restituir las libertades esenciales sino para tutelarlas.

Pacto del Club Naval, Concertación Nacional Programática y gobernabilidad, las primeras sombras oscureciendo los cielos tricolores.

TRES: La democracia tutelada no vino acompañada de la redistribución del ingreso que caracterizó al Uruguay Batllista. Los demagogos blancos y colorados solamente repartieron sonrisas y abrazos. Con ello les bastó. No necesitaron represiones feroces para imponer el modelo neoliberal y la tutela militar..

La clave de su éxito se respaldó en el nuevo papel de amortiguador asumido por la conducción del Frente Amplio, única fuerza política capaz de hacer que el pueblo trabajador confiara en el sistema democrático burgués.

Al abandonar las filas de los partidos tradicionales, la gente fue dando pasos adelante, pero al mismo tiempo, insensiblemente, por afuera de lo consciente, fue desapareciendo el imaginario que hacía del Frente Amplio una herramienta anticapitalista y antiimperialista.

Este retroceso, el “centrazo” como lo denominaba el Senador Huidobro, fue especialmente notorio en el cambio de subjetividad de la militancia comunista, socialista y tupamara, hasta hacerla aceptar totalmente las reglas de juego y la cultura de la democracia burguesa.

Toda la ganancia en consciencia del ciclo de rebelión y dictadura de los ’70, comenzó a perderse en los pasillos del parlamento y de las instituciones. La movilización combativa de la generación del ’83 fue siendo sepultada en hielo y sus fuegos fueron apagados por bomberos hasta ese momento insospechados de tales.

Con el tiempo, los principales referentes del comunismo y la guerrilla tupamara se hicieron propagandistas de las ideas de transa y pacto social. Se perdió claridad en la identificación del enemigo de clase.

No al neoliberalismo fue la consigna electoral de los ‘90, pero se hizo desaparecer del escenario a la oligarquía y el imperialismo que son su sustento social y, por consiguiente, se abrieron puertas a todo tipo de acuerdos, conciliaciones o pactos sociales. La idea fuerza es desarrollar un “capitalismo en serio”, con burgueses más solidarios y fraternales, como vía hacia la sociedad socialista. Esta mosqueta ideológica es el colmo de los contrasentidos.

En el Frente se instaló una ideología muy diferente a la que cobijó su fundación. Aquella era la cosmovisión de los condenados de la tierra, una óptica en rojo y negro, mientras que ésta es la fantasía rosadita de creyentes en un “mundo feliz”, donde no existen la dependencia ni la explotación imperialista, ni los antagonismos entre el pueblo y la oligarquía, ni la violencia escondida en cuarteles y comisarías, ni la patria financiera especulando en la Ciudad Vieja.

De hecho fundaron un nuevo Frente Amplio, un instrumento político que, en los hechos, termina siendo herramienta política de los dueños de todo.

CUATRO: Cifras plagiadas de un artículo del economista tupamaro William Yohai y que ayudan a pensar: A) En el quinquenio 2003-2007 creció un 37% el ingreso que correspondería a cada uruguayo si se repartiera equitativamente lo producido por este país ya productivo. Pero los promedios suelen esconder injusticias: en realidad el poder adquisitivo de los asalariados (salario real) se mantuvo sin cambios durante el quinquenio y los trabajadores no vieron nada de ese 37% que le corresponde según las estadísticas del gobierno.

B) Recordemos que la dictadura redujo violentamente al 20% esa parte del pueblo y que, cuando arrancó el nuevo siglo (1999/2000) la lucha de los trabajadores había logrado que su pedacito de torta creciera a un 30% del PBI. Pero, paradójicamente, en el 2005 la parte del pueblo trabajador en el reparto de la torta disminuyó 1.600 millones de dólares. En el 2006, volvió a decrecer en 1.860 millones de dólares y en el 2007 bajó todavía más: 2.160 millones de dólares. O sea que, en tres años de Astori, Mujica y Vázquez el pueblo volvió a perder torta. Se regresó al 20% de la dictadura militar.

¿Adónde va lo que se roba de la mesa del trabajador? Seguramente se lo llevó el 20% más rico de uruguayos, que Gargano estima en unas 2.500 familias después del cambio producido en su discurso por el patadón recibido.

¿Cómo se calibra esto a la hora de valorar la gestión del gobierno? Y la preguntita inquietante… ¿el progresismo está protegiendo el robo que los ladrones dueños del poder económico hacen al pueblo trabajador?

CINCO: El Frente Amplio nacido de las entrañas del pueblo con un imaginario revolucionario es la luz que ilumina sus 37 años de historia y su voluntad de cambio, expresada en las elecciones del 2004, define la coyuntura.

El Frente Amplio de las sombras, de los que oponían a la multiplicación de los comités de base en 1971, de los que firmaron con sangre ajena el pacto del Club Naval, está prohijando un gobierno que tolera (para ser prudente en el calificativo) que el capital robe al pueblo trabajador.

La senda sigue trazada

Volante repartido en Cerro,Teja,Belvedere, Paso etc


Aborrecer de la lucha armada es uno de los diez mandamientos pregonados desde siempre por las clases dominantes. Satanizan como “terrorismo” la contra violencia revolucionaria, las luchas con que se defienden los condenados a la pobreza y la exclusión social.

Condenan como violentos a los pueblos que se levantan en armas. Ellos condenan, precisamente ellos se atreven a condenar, los dueños de las armas, las tierras y el capital, los que ejercen el terrorismo cotidiano sobre cada familia a la que ellos condenan a protegerse del frío entre cuatro paredes precarias de bloques sin revocar. Ellos condenan, los hipócritas que señalan con índice acusador a las víctimas de su violencia, para justificar genocidio que es el pan suyo de todos los días.

Demonizan a los que luchan por la liberación de sus pueblos (Palestina, Afganistán, Irak, Euzkadi) y los que luchan por la emancipación social (movimientos revolucionarias que se dan en los pueblos mejicano, colombiano, venezolano, boliviano, ecuatoriano). Condenan y demonizan en su batalla ideológica por imponer un pensamiento único.



En el ochenta aniversario del nacimiento del guerrillero asesinado en La Higuerita, está bueno recordar su mensaje humanista, el de la búsqueda de mujeres y hombres dotados con los valores y la filosofía de la revolución. La lucha por transformar al ser humano, esclavo del individualismo más feroz y de la competencia más encarnizada, en un creador libre. Libre de la religión del consumismo, del aura fetichista de la mercancía y el dinero, libre del trabajo forzoso, de su esclavitud asalariada en regímenes capitalistas o los llamados “socialismo reales”

Está bueno recordar el pensamiento crítico del Ché Guevara hoy que cumple ochenta años. Sus críticas agudas y profundas al sistema estatal asalariado que era la naturaleza real del “socialismo real”, su pronóstico de que en una sociedad donde se mantienen las “armas melladas del capitalismo” no se transita hacia el comunismo, sino que se marcha inevitablemente por un camino sin salida.

Su apuesta a que mujeres y hombres, los pilares humanos que construirán el socialismo, se sintieran motivados para trabajar en la producción por idénticos estímulos morales y el mismo espíritu revolucionario que lleva a dar la vida a los combatientes de las guerrillas en selvas, montañas y ciudades.

Está muy bueno recordar la ternura del Ché, a quién la lucha denodada endureció sin impedirle derramar lágrimas en la despedida a sus hijos, porque amaba los suyos en la mejilla izquierda de los niños del mundo, en esas flacas mejillas ofendidas sin piedad alguna por los golpes de la desnutrición, el raquitismo y la pérdida de capacidades intelectuales.

Esta muy, pero muy bueno, recordar a ese Ernesto Guevara que hoy tendría ochenta años, como el ser humano único que fue, la personalidad impresionante que supo conmover la humanidad entera, porque millones de personas se sienten reflejadas, representadas, identificadas con el Ché que entregó la vida para emancipar a los esclavos, los excluidos, los discriminados, los condenados, los pobres de la tierra, las víctimas de la tasa de ganancia y del afán de lucro.



Pero hoy, quiero recordar al Ernesto Guevara guerrillero, la imagen nunca envejecida del brazo que empuña la carabina M-2, la mirada brillante iluminando el horizonte revolucionario, la decisión inquebrantable de vencer o morir en su revolución verdadera, la fuerza de su odio al imperialismo y a todos los explotadores de las vidas ajenas.

Quiero recordar al Ché caminando por las quebradas y los senderos de la sierra Maestra, del Congo y de Bolivia, quiero recordar ese mensaje, el suyo, la síntesis de carne y hueso de todo su pensamiento revolucionario.

Al Ché guerrillero, al Ché de la lucha armada, al que venció la satanización a que lo condenaban los medios masivos de lucha ideológica con que está armado el imperialismo, Al Ché de la lucha armada, al que venció los brazos cruzados de Rodney Arismendi, la condena de los burócratas de Nikita Kruschov y la traición del Partido Comunista de Bolivia.

Quiero recordar ese gigante guerrillero, sombra que pervive amenazante sobre las oligarquías de América Latina, ejemplo guerrillero de vida que obliga a adormecer con alcohol las conciencias de ex guerrilleros arrepentidos y renunciantes, senda trazada para las actuales generaciones revolucionarias que niegan a postergar la lucha por la liberación social de los oprimidos.

Quiero recordar al guerrillero Ernesto Guevara, de la estrategia antiimperialista con “dos, tres…muchos Vietnam” y de las ráfagas de ametralladora grabando su mensaje insurrecto en oídos receptivos e espíritus insurgentes. Al Ché Guevara que convocó a tres gurises tupamaros a dar la vida homenajeándolo en la toma de la ciudad de Pando, al Ché Guevara que fue el grito de guerra de las compañeras y compañeros asesinados, desaparecidos y torturados cuyo ejemplo de vida y entrega jamás se olvidará ni nos permitirá perdonar a los criminales del terrorismo de estado.



La senda sigue trazada. ¡Salud, Comandante! ¡Hasta la Victoria Siempre!




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