"No pensar ni equivocado…para qué si igual se vive?
Sentarse en las piedras, a orillas del mar, embrujados por el claro de luna y decirse palabras de amor...es ser humanos, vivir la vida disfrutando de la riqueza espiritual que la hace humana. Sin embargo, para poder disfrutar del amor, se precisa cierto estado de ánimo, de tranquilidad de espíritu, despreocupación, nada de ansiedades ni angustias..
Si la pareja llega agotada a su hogar, después viajar apretados como sardinas en lata en el transporte colectivo que dios nos ha dado, regresando de limpiar apartamentos en Pocitos y ocho horas de equilibrio en el andamio, a una casa húmeda, imposible de calefaccionar, a secar la ropa para mañana, preparar el deficiente ensopado que sustituye a los prometidos cuatro platos de guiso…¿cómo darse el lujo de una noche de amor?. Pareja e hijos se amontonan bajo las frazadas a mirar televisión (a Tinelli, el fútbol o Lalola) hasta que los ojos se cierren de puro agotados nomás. Por supuesto, se está hablando de hogares que, aún en situación desesperada, son un refugio para niños y mujeres, no de los acalambrados por la violencia familiar.
Habitar un vivienda no sólo bien construida sino cómoda, con espacios suficientes para cada uno; alimentarse con comidas no sólo nutritivas sino al gusto de uno; disponer de los medicamentos para la abuela y para los niños; que los gurises quieran ir a la escuela porque están estimulados para aprender y desarrollarse como personas; que los padres están en condiciones síquicas para su crecimiento cultural, hacer artesanías por puro gusto, ir al estadio o al cine o a escuchar la sinfónica o, si les gusta, tomarse un buen vino sin tintura.
La vida digna no se mide en ingresos, dólares o pesos, es cuestión de calidad. Se ha vuelto un privilegio. Muy pocos pueden disponer de tiempo libre y estado de ánimo como para disfrutar del amor pleno.
Alberto Couriel
En un reciente artículo, publicado por el economista y senador por el Espacio 609, Alberto Couriel, sereconoce que aumentó la ´"desigualdad" en el Uruguay. Y lo cuantifica con toda precisión: el índice de desigualdad creció de 0,411 en 1991 a 0,457 en el 2007. Es decir, durante el reinado de Astori la desigualdad ha crecido y es mayor que la habida en plena crisis del 2002.
También señala Couriel que, en los últimos cuatro años, el 20 % más rico de los uruguayos se ha enriquecido mucho más de lo que estaba y lo ha hecho a costillas del deterioro del otro 80%, cuya participación en la riqueza nacional es la más baja de los últimos 17 años. Por consiguiente, el modelo fondomonetarista a lo Astori redistribuye la riqueza pero al revés, cada día le da más torta a los más ricos:
Son casi 2 millones y medio de personas cuyas preocupaciones cotidianas han crecido en proporción inversa el decrecimiento de su parte en la torta. Viven corriendo detrás de la diaria, galgueando. Y sin embargo, esta mayoría tan mayoritaria no percibe que "su" gobierno progresista, gobierna para el 20% del privilegio, el de los shoppings y los autos 0K. El 20% que está en condiciones de enamorarse sin prisas ni angustias. Más vale no pensar…y seguir creyendo en la religión de los tres grandes caudillos.
A imagen y semejanza del batllismo del siglo pasado, el progresismo uruguayo ha encontrado una forma de dominación de clases que permite esconder grandes negocios capitalistas bajo una careta de libertades, derechos y expectativas políticas. El 80% está en la lona, pero sonríe contento cuando el Pepe dice sus banalidades o Danilo explica su política con aire doctoral. Admirable arte para juntar votos…
Más adelante, Alberto Couriel explica textualmente: " El crecimiento espectacular del PBI en los últimos cuatro años, no solo no mejora el incremento de la desigualdad provocada por la crisis productiva, social y financiera del año 2002 sino que dicha desigualdad sigue aumentando..El 5% de mayores ingresos aumentan con nitidez su participación en el ingreso total y constituye un factor relevante del aumento de la concentración del ingreso".
En ese 5% privilegiado, Couriel encuentra a los viejos conocidos de siempre: los latifundistas ( todos compraron sus 4X4, casa en pueblo, chalet en la playa y viaje a Miami o Disneyworld), los dueños de la industria frigorífica y molinera, los importadores y los dueños de los supermercados. Olvida los altos funcionarios del Estado, los ministros, las grandes jubilaciones y los especuladores de la plaza financiera que por ahora, aunque nadie hable de ellos, siguen defraudando el fisco y lavando dinero. Como Luis Batlle Berres y José Batlle y Ordóñez, el progresismo deja las manos libres a la oligarquía y a las multinacionales.
"…la masa salarial, que tuvo un descenso significativo durante la crisis de 2002, alcanza en el año 2007 una menor participación en el PBI con respecto al período previo a la crisis de 2002", dice Couriel o sea, que después de tres años de gobierno progresista, la parte de riqueza nacional que reciben los asalariados (riqueza que ellos produjeron) es menor que lo que recibían antes del 2002.
Sí, claro, hay consejos de salarios y hay ley de ocho horas para los trabajadores rurales…¿cuántos trabajadores abarcan las negociaciones en los consejos de salarios y cuántos quedan por fuera? Couriel entiende que es cada vez mayor la distancia entre los trabajadores formales -amparados por el lobby del PITCNT- y los trabajadores desocupados y en negro sin lobby que los ampare.
Otra pildorita de Couriel: "dos de las reformas más relevantes del actual gobierno, como la reforma tributaria y la de la salud, que tienen elementos positivos, pueden calificarse como muy amigables al capital. La reforma tributaria rebajó la tasa del impuesto a la renta de las empresas de 30% a 25% como estímulo a la inversión, medida nunca solicitada ni festejada por los sectores empresariales". Lean bien frentamplistasdos: dos de los grandes logros y vanagloria del gobierno progresista son amigables con el capital y todavía los dueños del Uruguay, los muy reaccionarios, no le agradecen el favor al gobierno. Lo dice Couriel, no Zabalza el eterno contra…
Democracia representativa
La subjetividad del 80% de los "uruguayas y uruguayos" está abrumada por la vida que llevan. No pueden disfrutar de una noche de amor, sentados en las piedras frente al mar. No estamos hablando de grandes lujos, simplemente de eso, disfrutar del amor, lo más digno y sencillo que existe. ¿A quién representa esta democracia que ni siquiera eso permite a los pobres?
La mitad más uno en el parlamento, el poder ejecutivo, los entes autónomos, más del 40% de apoyo popular. Si para instrumentar cambios que favorezcan al 80% de los uruguayos no alcanza con ser dueño del gobierno y del Estado…¿no estará agotándose la vía institucional para los cambios? Cuando gran parte de esos dos millones y medio impedidos de amor, deje de creer en la demagogia…¿se romperán las reglas de juego instaladas por el progresismo, como se rompieron en los '60 las del batllismo? Apenas se trata de pensar hacia dónde vamos con este modelo agroexportador y pagador de deuda externa... aunque te bauticen gil!
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