viernes, 11 de diciembre de 2020

Semblanza de Ricardo Zabalza


 


ANTESALA

30 de noviembre del 2020.
Jorge Zabalza


El día que murió la abuela Joaquina, los mayores fueron a velarla y los nietos quedamos en casa. Con el Mono, mi primo mayor, subimos a Ricardo a un carro de cuatro ruedas a cuya baranda atamos un ventilador de mesa a modo de hélice y empujamos al “avión” cuesta debajo por la calle Treinta y Tres. Cuando quisimos acordar, mi hermanito iba a toda velocidad, rumbo al Mercado Municipal, hasta que, en la estación de nafta del Negro Scuarcia, el rodado desbarrancó y el niño cayó al suelo. Alarmados el corte en la frente llamaron a mi padre. Cumplimos una condena de más de un mes sin salir. Fue su cicatriz de iniciación, adquirida con poco más de un año de vida.

A los diez años, más o menos, ya se enojaba al menor vientito y por eso le decíamos Gallo de Lata. Jugábamos al fútbol en la calle José Enrique Rodó, frente a la casa de mis tías. Sin querer, la pelota terminó en el patio de las veteranas señoritas Castro. El Gallo subió a mis hombros, se encaramó en el muro de dos metros y saltó adentro. Agarró la pelota y la devolvió a la calle. El perrazo salió de la nada, Ricardo corrió como quién vio al diablo, trepó el muro y saltó encima mío, pero, el bicho alcanzó a arrancarle un pedazo de pantorrilla. Con un susto de película, lo llevé a “cacunda” hasta lo del tío Beto, que no era médico, pero tenía una farmacia. Le dieron los primeros auxilios. Esta vez la condena duró un par de meses.

La tercera vez ya estaba en el liceo y yo en primero de preparatorios. Queríamos entrenar para cazar cotorras en el Parque Rodó. La Intendencia pagaba un vintén por cada una, para que la orquesta municipal pudiera tocar sin que el bicherío armara escándalo. Ricardo se paró en el patio del fondo con el brazo estirado y empuñando una pistola de plástico. Yo apuntaba con la chumbera desde la azotea. Después cambiaríamos de roles. El chumbo se lo extrajo de la mano el tío Beto. Entre pulgar e índice llevó para siempre un bulto que recordaba su valor y mi buena puntería. Papá partió la chumbera contra la escalera y yo cumplí una condena de tres meses.

Ricardo llevaba sus cicatrices con orgullo de vasco. Las sentía como condecoraciones por lindos recuerdos de aquella infancia sin hambre, preocupaciones o dolores, transcurrida bajo una protección invisible e intangible, como en un ensueño, inocentes de realidad.

Allá por el 2013, con Veronika y un grupo de compañeres creamos la “Fundación Ricardo Zabalza”. Nos proponíamos un centro dedicado al trabajo social que abarcara, principalmente los temas de la adolescencia barrial, maternidad y drogadicción. Empezaríamos en Santa Catalina y el Oeste montevideano, territorio que conocía bastante a fondo y, después de esa primera experiencia, ver hasta donde podíamos llegar. Fueron largos los trámites para obtener la necesaria personería jurídica. En el interín salió la idea de escribir una biografía de Ricardo y, grabador en mano, con Veronika nos fuimos a Minas, buscando testimonios. Las entrevistas abarcaron el espectro social minuano, porque la realidad de nuestros primeros años de vida oscilaba entre ambos polos sociales. Zelmar Riccetto (hijo) lo definió con certeza: “Ricardo era un andariego, andaba por los barrios, jugaba al fútbol en todos lados, allá en la Cañada y en el Barrio Olímpico, ahí lo conocí. Iba todas las tardes a jugar, ¡y jugaba muy bien!”. El fútbol era nuestro centro de interés. Si no estábamos jugando (en el recreo de la escuela, al salir de ella, en la cancha de lo “Bomberos” o en el campito de la ANCAP), nuestras conversaciones adolescentes giraban en torno a Maracaná, el mundial del 54, la selección de Lavalleja de los 60, el Peñarol del 49 y el del 66. Vivíamos coleccionando figuritas.

El “Adelita” Vázquez y el “Gallo” eran amigos del alma. Nacieron para jugar al fútbol, dotados de esa plasticidad de artistas, que les permitía dormir en el empeine la pelota que caía desde las nubes como llovida del cielo o amagar para desconcertar al rival antes de gambetearlo. Ricardo jugó en el “Zamora”, el cuadro de la cañada, a la que escribió Carlitos Porrini y cantó Daniel Viglietti, zona de familias laburantes y humildes, con una identidad barrial muy fuerte. El fútbol nos hizo abandonar la sobreprotección social y política del apellido y aventurarnos en mares abiertos y procelosos donde no era sencillo navegar. La escuela pública, la plaza de deportes y el campito (en mi caso, jugando al básquetbol) educaron nuestra sensibilidad social hasta convertirla en solidaridad con el oprimido. La antesala del suicidio de clase.

Los técnicos del “Zamora” fueron los dos Mariano Vázquez, padre y hermano mayor del “Adela”; se puede afirmar que influyeron en la formación del carácter de Ricardo bastante más que muchos de sus maestros y profesores. Entre los testimonios grabados, escojo el del “Adela”: “…vengo a hablar de Ricardo, por eso, porque fue una excelente persona, un muchacho muy humilde, el no tenía prioridad, porque nosotros no podíamos vincularnos con las personas pudientes del centro, del Club Minas. Había dos clubes acá, el Minas y el Democrático y la mamá lo mandaba al Club Minas, a los bailes infantiles, pero Ricardo optaba por sacarse la corbata y irse con nosotros al bar del famoso Carlos “el Chila” Porrini. Ahí estaba la famosa Cañada Zamora. Ahí nos criamos los once hermanos de la familia Vázquez Ayusto”.

(…) “nosotros andábamos todo el día en la vuelta del deporte, en la plaza se hacía atletismo, se hacía boxeo y el profesor [Radamés] Ventura inauguró el campeonato de los barrios. No teníamos camisetas y ahí hicimos la rifa y el “Loco”Augusto nos compró todas las rifas. Ahí mismo, en la esquina de Sarandí y Batlle nos compramos las medias y las camisetas en lo del “Turco” Elías. Mi cuñada nos cosió los números a las camisetas y ganamos el campeonato de punta a punta.” (…) “Ricardo vino cuando se formó el Zamora de baby, que lo trajo mi hermano Mariano que le decían “Galarza”. Y ahí empezó la amistad conmigo… ¡bah! Yo lo conocía de la Escuela N° 2, pero ahí nos hicimos amigos, bien amigos, pues.”
(…) “No fui al sepelio de él, ni nada, pero siempre lo voy a recordar, fue mi gran amigo, una gran persona. Un muchacho excepcional, humilde, aunque fuera de buena posición. Yo tenía doce años y la persona del centro era del centro y los del barrio éramos del barrio, pero Ricardo siempre se venía para el barrio. Andaba en una bicicleta, como dice Zelmar, la bicicleta azul, andábamos dos o tres arriba. Voy a decir una cosa que tenía él, todo positivo era, porque era estudioso y cuando llegaba la hora de tenerse que ir a estudiar, él se iba, aunque tuviera que ir a jugar al futbolito. Ricardo era ese hombre, el tío que yo tuve era Ricardo, porque si tenía frío se sacaba el buzo y me lo daba”. (..) “Ricardo venía a la casa de nosotros, papá arreglaba cocinas en esa época. Después Ricardo empezó a traer al Chucho y lo trajo a jugar al Zamora, después empezaron a venir varios del centro a Zamora”.

(…) “Entonces, fuimos a jugar al Platense en Montevideo a un campeonato que organizaba Nobel Valentini. Nos llevaban en Corporación de Ómnibus, televisaban en directo los partidos, eran las primeras televisaciones en directo de baby fútbol, jugábamos de tarde y nos ayudaba el Veco Laferranderie, que era de Minas y estuvo en “El Gráfico” de Buenos Aires. Nosotros fuimos a jugar ese campeonato, Ventura no acompañaba y mi hermano dirigía, iban Badiola, García, Alfredo Tellechea, que eran directivos. Tomábamos el ómnibus en la Plaza Libertad, a las doce del mediodía nos íbamos. El famoso Lungo Cubas, un hombre muy pobre, que vendía números de lotería y hacía letras de murga, venía con nosotros. Cuando llegábamos al Platense, (se pueden imaginar que mi padre no nos podía dar dinero) yo iba con los zapatitos a jugar. Llegamos al Platense y era de parqué el piso y nosotros llevábamos zapatos de fútbol, entonces el Veco nos consiguió que nos prestaran calzado para poder jugar en esa cancha”. [El problema del calzado era grave para aquellos gurises. Siempre que cuadra, el Indio Armanetti me cuenta cómo el Gallo se sacó sus championes nuevitos y se los regaló en los baños del Platense para que pudiera entrar a jugar].

(…) “Era un campeonato nacional de la liga uruguaya” (…) “Y empezamos a ganar y a ganar y empezaron a alentar ¡Lavalleja, Lavalleja”! El Platense estaba lleno, era un bochinche bárbaro y jugábamos con orejeras, era otro mundo para nosotros, acostumbrados a jugar en el pastito de la plaza deportes”. (..) “Volvimos al pueblo y todo el mundo nos esperaba, nos aplaudía y gritaban”.

(…) “Yo quisiera volver a tener la convivencia que tenía con Ricardo, porque no la pago con nada, no hay dinero que valga eso. Volví a jugar en cuarta y en tercera con Ricardo, fue cuando comenzó a andar en la famosa Vespa. Íbamos al Teatro Lavalleja a jugar al casín, que Ricardo era el uno. Fuimos de esos niños que nunca tuvimos maldad con nadie, simplemente queríamos divertirnos, jugar al fútbol, jugar al futbolito, jugar al casín. Le gustaba el casín pero nunca dejó el estudio, por eso digo Ricardo fue un muchacho qué... ¿cómo decirles? Lo veo siempre con la sonrisa y un agujerito acá en el costado, esa sonrisa que no dejaba nunca, y el día que se enojaba, ¡era bien bravo! Por eso le pusieron Gallo de Lata”. (…) “toda crianza de buena cepa, no era de hacer picardías, no había esa maldad, esa era la crianza que teníamos. Jamás tuve un lío con Ricardo, una sola vez lo vi llorando, pero fue cuando perdimos el invicto de 49 partidos sin perder. Creo que fue con el Molino Viejo o los Buzones. Y me echaron a mí, entonces. Estábamos en la plaza de deportes, en las jaulitas de los vestuarios, entonces me dijo “por culpa tuya perdimos”, me acuerdo que se estaba sacando las championes, como yo era que hacía los goles, “pero Ricardo no seas malo, si me el juez me echó, que culpa tengo yo”. Teníamos trece años, pero llegábamos a los catorce y ya no podíamos jugar más, después pasamos a cuadros de la liga, él jugo en Central y yo en Sportivo”.

(…) “Yo terminé sexto y fui a trabajar con mi padre, fuimos juntos a la selección y salimos campeones del Este…después se fue para la facultad. Y un día me dijo en el Café Oriental, había música, yo andaba con la barrita del Sportivo, y él venía saliendo, con un chaleco y siempre con la sonrisa. ¿Cómo andás? Yo bien, pero me metí en una cosa que no te puedo decir qué es y yo no se lo dije nunca a nadie. Estaba con Marianela, fui y lo abracé y le pregunté y me dijo eso. Vino con esa sonrisa. En la puerta del Oriental, un domingo, él se iba el domingo de noche para Montevideo.”

(…) “Y un día vino mi hermano y me dijo “me lo mataron al Ricardo”, el día que lo mataron en Pando fue el peor día de mi vida. Después me encontré con el padre de Ricardo. Me hablaba para ver si yo le hablaba de Ricardo, pero nunca le hablé. Don Pedro era un buen tipo. Siempre me quería dar trabajo, pero nunca me gustó la política, ni quiero saber de nada. Éramos sanos con Ricardo, nos dedicábamos a compartir. Ricardo, si fuera ahora, no sé lo que sería acá en Minas, porque era bueno, bueno mismo”.






viernes, 27 de noviembre de 2020

Sodomía

 



“Acá llegamos nosotros, los dueños del Uruguay, a gobernar según nuestras necesidades y perspectivas”, es el mensaje de la coalición multi reaccionaria. No hemos necesitado de los viejos golpes de Estado para hacernos cargo de la política económica, el control policial de la población y las relaciones internacionales. Desde siempre hemos sido dueños del poder, ahora pudimos recuperar el gobierno sin salirnos de la Constitución y las leyes.

Parece ocioso debatir sobre el articulado de la “ley de urgente consideración”, cuando lo esencial no fue el debate parlamentario, sino el acto de poder y de soberbia que significó. La LUC es mucho más que la hoja de ruta para los próximos cinco años de gobierno. Ante nuestra pasividad, nos sodomizaron una vez más, sin piedad y sin escrúpulos. El medioeval derecho de pernada.

Frente al hecho inevitable, hubo parlamentarios que inicialmente pusieron el grito en el cielo, desplegaron toda la parafernalia verbal de que disponían y condenaron la LUC de Lacalle Pou. Sin embargo, luego de discutirlo entrecasa, predominó la mesura y terminaron aprobando casi el 50% de la LUC. Flagrante incoherencia entre el discurso y los hechos. Sin consultar al movimiento social para nada, se auto convencieron de que solamente la mitad del engendro era antipopular y anticonstitucional. Consideraron que la otra mitad era urgente, estaba en el “camino correcto” y merecía pues ser aprobada para reducir los daños, según sostuvieron. Podrían haber convertido el parlamento en el primer escalón de la defensa del movimiento popular, pero no se los permitió su particular visión de un quehacer responsable: transar y transar, retroceder y retroceder. En definitiva, consintieron la sodomización.

“Hay que escapar a la lógica de ganar y perder”, redondeó el Pelado Gómez la tarde del jueves, pues no se trata solamente de si las firmas alcanzarán o no: se trata de dar una señal clara, un gesto que indique la disposición a lucha contra el proyecto multi reaccionario que la coalición viene ejecutando. Exclamar ¡no nos dejaremos sodomizar! ¡no pasarán! Dejar claro que, para hacerlo, deberán vencer la resistencia popular. Es el momento del grito de dignidad, de trasladar a las calles la democracia, sacarla del recinto parlamentario y mudarla al territorio de la participación política directa. Como ha hecho el pueblo chileno durante el último año como vienen haciendo en Colombia, Perú, Guatemala y Honduras. Hasta en Brasil el pueblo corcovea indignado. El movimiento popular debería anticiparse a las luchas sociales que se le vienen encima, aprontar los corazones y preparar brochas y pinceles, pero, sobre todo, recuperar aquel horizonte transformador que convocó a empujar la dictadura militar y a los gobiernos de derecha que la siguieron.

Lo fundamental es dar una señal bien clara: con las calles llenas de pueblo no les será tan fácil como en el parlamento cumplir con sus propósitos de sodomización. Es el momento de abandonar las lógicas que todo lo analizan en cantidades de votos para el 2024 y comenzar a acumular en consciencia, recuperar aquel viejo horizonte que se extravió en el salón de los pasos perdidos.

Desde el pacto del Club Naval, las fuerzas armadas sostuvieron que era todo mentira que, convocados por el poder ejecutivo, el parlamento y la partidocracia, habían actuado en defensa de la “nación agredida” por el comunismo internacional y la subversión. Esa pétrea historia oficial era el basamento ideológico de la disciplina ciega, la obediencia refleja, sin pensar. Durante 35 años los gobiernos no cuestionaron la falsificación que se enseñaba en liceo y escuela militar.

Ante sendos tribunales de honor un par de notorios verdugos confirmaron que la institución armada fue la responsable orgánica de los crímenes de lesa humanidad. Las torturas, violaciones, asesinatos y desapariciones forzosas se realizaron siguiendo las órdenes del comando superior, no fueron errores ni excesos cometidos por algunos degenerados. Era una política de Estado.

Ahora, al parecer, la oficialidad más joven se siente afectada por los “sentimientos negativos” que despierta esa verdad archisabida en la sociedad. Salvo uno cuantos “políticos”, la gente no los abraza ni adula. Se les desarticuló el entramado ideológico que sostiene la obediencia debida. Los inocentes querubines quedaron desconcertados, la mirada perdida en lontananza. En una institución piramidal, no democrática, cuando se debilita la confianza religiosa y política que une a sus miembros, comienza a fallar la disciplina de los robots.

Antes de que el desconcierto se les transformara en duda existencial, los mandos superiores salieron a salvarlos de la confusión. Verticales como es su deber ser, decidieron revisar los programas de historia que se enseñan en el liceo y la escuela militar. En especial el período comprendido entre los años 1968 y 1985. Su propósito no es escribir la otra historia sino revisarla para encontrar nuevas justificaciones a los viejos crímenes.

¿Con qué perspectiva revisarán la historia oficial sobre el asesinato de “Nucho” Batalla en 1972 torturado en el cuartel de Treinta y Tres en plena democracia? ¿Seguirán sin reconocer la responsabilidad de los mandos en el asesinato de Roberto Gomensoro, muerto bajo tortura en el cuartel de La Paloma, cuando todavía no había dado el golpe de Estado?

Todavía no han dicho una sola palabra sobre la orientación de la revisión, pero, sin esperar algo más concreto, imbuidos por el espíritu liberal que domina la coyuntura, todo el progresismo (el partidario y el social) se sumó a la algarabía que despertó esta iniciativa de los generales. Se hicieron eco de la derecha liberal y de sus medios masivos. ¡Llegó la democratización esperada! Sin embargo, nada indica que esa ilusión se haga realidad: el mismo comandante que decretó el “estado de revisión de la historia”, fue el presidente del tribunal que no encontró que José Gavazzo hubiera faltado al honor militar por torturar y desaparecer a Tito Gomensoro.

De puro desconfiado y suspicaz, uno se inclina a pensar que es otra operación de inteligencia, otra de esas maniobras dirigidas a neutralizar cúpulas partidarias y de las organizaciones sociales. Algo así como fueron los documentos dados a conocer en febrero de 1973. Aquellos que, medio siglo atrás, se quemaron con leche, debieran asustarse al ver la misma vaca con otra caravana.

La estrategia de oposición responsable toma forma de responsabilidad hacia lo anunciado por un ejército que aún no ha respondido por sus crímenes. Es el sainete que remeda la tragedia de 1972/73, cuando tantos y tantas buscaron “oficiales nacionalistas” en el pajar de la Doctrina de Seguridad Nacional. Huele a nueva sodomización del movimiento popular. Tal vez, como hace medio siglo, logren su objetivo, pero, esta vez, por lo menos, intentemos no consentir la sodomía.

Jorge Zabalza
Publicado en Voces





martes, 17 de noviembre de 2020

Historias propias

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 21 de octubre de 2020

viernes, 4 de septiembre de 2020

Punto de encuentro con Zabalza

 


Jorge Zabalza: “Bonomi cambió la policía y la convirtió en un organismo mucho más represivo que antes”
Autor: Publicador Radio Universal | 3 septiembre, 2020
 

“Larrañaga está llevando adelante su política con los instrumentos que le dejó afinados Bonomi” argumentó.


 

En entrevista en Punto de Encuentro el exintegrante del Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaros (MLN), Jorge Zabalza, se refirió a la administración de Eduardo Bonomi frente al Ministerio del Interior.

El exguerrillero expresó: “Yo creo que Bonomi cambió la policía y la convirtió en un organismo mucho más represivo que antes”. “Hicieron cursos en Estados Unidos, Israel, preparó la policía, trajo vehículos, armas, trajo ese helicóptero que permanente anda por ahí y creó el Programa de Alta Dedicación Operativa (Pado)”, argumentó.

Zabalza aseguró que a su entender Bonomi “le dejó un legado al ministro Jorge Larrañaga y hoy él lo está mejorando . Larrañaga está llevando adelante su política con los instrumentos que le dejó afinados Bonomi”, concluyó.

 https://970universal.com/wp-content/uploads/2020/09/zabalza-sobre-Bonomi.mp3

 Zabalza y la culpa al Frente Amplio de perder las elecciones.


El exguerrillero explicó a su entender porque el Frente Amplio no ganó las elecciones nacionales: “No creo que Daniel Martínez sea el responsable de la derrota electoral del Frente Amplio, lo es el propio frente”, dijo Zabalza.
“Por eso evitan la autocrítica y la autocrítica te tiene que hacer repensar. No puede ser que no haya vivienda y acá a seis cuadras de casa (barrio Santa Catalina, Montevideo) hayan 700 familias que están pasando el invierno en unos ranchitos de madera al descampado”, argumentó.
En esa linea apuntó: “No hubo una política de vivienda a resolver el tema de los más humildes, que son los que realmente tiene problema de techo. No hubo una política dirigida a educar a las personas más humildes, más marginadas, se los quiso convertir en consumidores, se les inyectó algunas ayudas del Mides para convertirlos en consumidores de quinta categoría”.
En la misma línea señaló: “el destino de la izquierda que se convierte en progresismo y que a la larga renuncia a su mensaje de cambiar la sociedad. y se incorpora a ese capitalismo que hoy en día es un 0,001% dueño de todo el capital”, argumentó.
Escucha la crítica al Frente Amplio realizada por Jorge Zabalza:

 https://970universal.com/wp-content/uploads/2020/09/zabalza-sobre-Frente-Amplio.mp3?_=2


 
Zabalza: “El mismo día que mataron al padre de Burgueño murió mi hermano”

“Va a ser un tema de eterna lucha”, dijo en Punto de Encuentro sobre las versiones del pasado reciente.

Jorge Zabalza, controversial exguerrillero del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, se refirió a los reclamos de Familiares Víctimas de la Sedición por incluir su versión en la enseñanza pública. “El mismo día que mataron al padre de [Diego] Burgueño en la Toma de Pando murió mi hermano. Cada cual tiene sus sentimientos”, destacó.

“En la historia de los libros de las Fuerzas Armadas aparecen todas esas cosas, ¿no? Eso fundamentó la dictadura y el terrorismo de Estado. No sé, creo que va a ser una eterna lucha”, reflexionó.

Leé también: Lacalle Pou evalúa planteos de Familiares víctimas de la Sedición para “cambiar la historia”

https://970universal.com/wp-content/uploads/2020/09/ZABALZA-HERMANO.mp3?_=1 

 

Zabalza: “Mujica y Huidobro tienen muchísima responsabilidad en lo que pasó con las actas”

“Manini está haciendo una operación muy inteligente, como la hizo Mario Aguerrondo [exmilitar]”, dijo en Punto de Encuentro.

El extupamaro del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), Jorge Zabalza, se refirió al tema de las actas del Tribunal de Honor militar en Punto de Encuentro y dijo que el expresidente José Mujica y el exministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro tuvieron “muchísima responsabilidad en lo que pasó”.

“Para esa parte [que votó a Mujica y a Huidobro] representaban gente que había dado todo por esos cambios. ¿Qué pueden pensar los que fueron desalojados en Santa Catalina, bajo un decreto firmado durante su gobierno? ¿Qué pueden pensar sobre Mujica y Huidobro, que facilitaron la impunidad?”, cuestionó.

Escuchá lo que dijo Zabalza:

https://970universal.com/wp-content/uploads/2020/09/ZABALZA-MUJICA-Y-HUIDOBRO-1.mp3?_=1 

https://www.elpais.com.uy/informacion/politica/zabalza-actas-vazquez-mujica-huidobro-facilitaron-impunidad-ultimos-anos.html
 "Energúmenos": explicación de Zabalza sobre caso Vázquez
 

A través del blogspot "Zurdatupa", Zabalza indicó en referencia al coronel (r) Gilberto Vázquez que "el acta con las declaraciones del energúmenoreconfirma que los crímenes aberrantes obedecieron a una política sistemática de las fuerzas armadas, cuyos mandos ocultaron y ocultan toda la información al respecto. ¿Cómo hacer para que revelen la verdad y se haga Justicia?".

Sobre el conocimiento en este momento de las actas, señaló en la publicación realizada este jueves: "¿Fue una especie de frenazo, un anticipo de la voltereta que dio Fernández Huidobro como ministro? Es inexplicable que un gobierno progresista haya mantenido en carácter de reservados documentos tan esclarecedores de la Verdad. Los periodistas debieron reemplazar a los gobernantes omisos en el deber de informar a la población".

"Tampoco convencen esas explicaciones de “no tengo conocimiento, porque los militares debían informarme y no lo hicieron”. Denota mucha pasividad", dijo en referencia a las declaraciones del exministro de Defensa, José Bayardi.

"El hecho evidente es que los militares, hipotéticamente subordinados del poder civil, les pasaron por el moño las actas con las confesiones de Gilberto. ¿Dónde está la responsabilidad individual del militante? ¿No se debería haber estado mucho más alerta cuando se trataba de tamaño energúmeno? ¿No debían haber leído y releído hasta descifrar el significado de cada punto y coma? ¿O, simplemente, se conformaron con homologar los expedientes que los coroneles pusieron para la firma?", indicó.

Zabalza también apuntó contra Luis Rosadilla (ministro de Defensa durante parte del gobierno de Mujica) y nuevamente contra Fernández Huidobro porque "rindieron sin condiciones el imperativo ético. Culminación bizarra de la derrota de la verdad, se convirtieron en un engranaje más de la maquinaria burocrática de impunidad, abogados honorarios y voceros de los criminales con los que bebían whisky. Se pasaron los principios por allá abajo", apuntó.

Para el extupamaro, "si se elude la reflexión sobre las condiciones en que la impunidad se va imponiendo, se seguirán alimentando aves de rapiña y, el día menos pensado, los cuervos nos comerán los ojos", remató su escrito.

 

 

jueves, 3 de septiembre de 2020

Energúmenos


 

Al declarar ante sus cómplices, Gilberto Vázquez aprovechó la oportunidad y les recordó que estaba encarcelado por crímenes cometidos por todos. Mientras los generales disfrutaban su buen pasar, el asesino la pasaba mal en Domingo Arena: “deben protegerme o los mando en cana”. Quisieron que se callara la boca, pero el muy energúmeno continuó con la lista de las aberraciones, recordándoles a los del tribunal de honor que la política de exterminio y el plan cóndor no eran inspiración de unos pocos. “Todos somos asesinos”, parecía sentenciar, parafraseando el título de la inolvidable película de André Cayatte.

No le busquen más vueltas, a Gilberto no le interesaba que se supiera la Verdad, lanzaba sus dardos contra los mandos porque los quería chantajear. Alguna tajada habrá sacado, pero, para saber su monto, habrá que esperar que se descubran nuevas verdades ocultas. Parece mentira, pero la Verdad quedó comprobada gracias a una vulgar rencilla carcelaria entre delincuentes.

Escribir sobre este escándalo no es nada fácil. Revuelve las entrañas, pero, no de horror, sino de bronca e impotencia. El acta con las declaraciones del energúmeno reconfirma que los crímenes aberrantes obedecieron a una política sistemática de las fuerzas armadas, cuyos mandos ocultaron y ocultan toda la información al respecto. ¿Cómo hacer para que revelen la Verdad y se haga Justicia?

Nadie ignora la responsabilidad de la institución armada, pero, hay genios de las maniobras “políticamente correctas” que apostaron a que el pasaje del tiempo trajera el olvido de unos y el perdón de los otros. Querían convencer a sus fieles de que la cuestión se resolvería por sí sola al morir los verdugos y las víctimas. Sin embargo, aunque de coronel para arriba ya murieron casi todos los culpables, estas actas confirman que la paz solamente llegará cuando se sepa toda la Verdad. El asunto no se resuelve sólo entre verdugos y verdugueados, porque la barbarie intentó esclavizar el pueblo entero. Los efectos del terrorismo no están solo en los costurones que uno lleva en la piel y en el corazón.

Asumir el ministerio de defensa el 1° de marzo de 2005 no era sencillo, más aun, siendo civiles, frenteamplistas y comprometidos con la Verdad y la Justicia. Cayeron, como peludo de regalo, a una institución en manos del terrorismo de Estado, donde predominaba su modo de interpretar la realidad y la historia reciente. El universo dividido en amigos y enemigos, los militares eran más leales a la doctrina de seguridad nacional que a las autoridades civiles. Fue el legado que dejó el general Medina, desacatos y amenazas al por mayor.

Un imperativo ético obligaba a los intrusos civiles, debían horadar muralla de impunidad que protegía a los criminales. Afectase a quien afectare. Provocase la reacción que fuera. Con ese impulso moral, la compañera Azucena logró descubrir, en el año 2007 los más de 14.000 documentos del titulado “archivo Berruti”, que estaban escondidos en el ex CGIOR, ex Escuela de Inteligencia del Ejército. Abrirlos al conocimiento público era el modo más directo de quebrar la cultura de la impunidad dentro y fuera del ministerio, de demostrar que la Verdad no era un mito sino realidad oculta. Sin embargo, después que Azucena renunció al ministerio debieron pasar más de 10 años para que el contenido de los archivos quedara librado al conocimiento del público. ¿Fue una especie de frenazo, un anticipo de la voltereta que dio Fernández Huidobro como ministro? Es inexplicable que un gobierno progresista haya mantenido en carácter de reservados documentos tan esclarecedores de la Verdad. Los periodistas debieron reemplazar a los gobernantes omisos en el deber de informar a la población.

Tampoco convencen esas explicaciones de “no tengo conocimiento, porque los militares debían informarme y no lo hicieron”. Denota mucha pasividad. El hecho evidente es que los militares, hipotéticamente subordinados del poder civil, les pasaron por el moño las actas con las confesiones de Gilberto. ¿Dónde está la responsabilidad individual del militante? ¿no se debería haber estado mucho más alerta cuando se trataba de tamaño energúmeno? ¿no debían haber leído y releído hasta descifrar el significado de cada punto y coma? ¿o, simplemente, se conformaron con homologar los expedientes que los coroneles pusieron para la firma? En el segundo gobierno del Frente, Luis Rosadilla y Eleuterio Fernández rindieron sin condiciones el imperativo ético. Culminación bizarra de la derrota de la Verdad, se convirtieron en un engranaje más de la maquinaria burocrática de impunidad, abogados honorarios y voceros de los criminales con los que bebían whisky. Se pasaron los principios por allá abajo. Para que esta historia Nunca Más se repita debe ser la madre de todas autocríticas: ¿qué apoyos fueron necesarios para defraudar la confianza de los que marchan cada 20 de mayo?

Por cierto, si se elude la reflexión sobre las condiciones en que la impunidad se va imponiendo, se seguirán alimentando aves de rapiña y, el día menos pensado, los cuervos nos comerán los ojos. Las cosas deben quedar en blanco y negro, como la tropilla de la muerte. Jorge Zabalza

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 13 de agosto de 2020

Cría cuervos

 

Salió en Semanario Voces 13 agosto 2020

Guido Manini Ríos se afilia a la versión más retrógrada de la historia reciente: el golpe de 1973 fue a pedido del parlamento y consentido por la mayoría electoral, la que había votado a Bordaberry (apadrinado por Pacheco Areco) y al general Aguerrondo, cuya logia “tenientes de Artigas” ya había copado el mando superior del ejército. Manini estima que dicha mayoría se mantuvo con el correr de los años, indiferente a la barbarie del terrorismo de Estado y que, en noviembre de 1980, se expresó en el plebiscito: más del 40% del electorado apoyó la propuesta de la dictadura cívico-militar. Tampoco disminuyó, piensa él, con la restauración de la república liberal: en el plebiscito de 1989 se respaldó por mayoría la impunidad de los criminales uniformados. Por supuesto, ese no es el análisis visto desde la izquierda, pero, es el relato donde se afirma la acción política de Manini Ríos.

Antes de librarse de los límites propios del cargo de comandante del ejército, ya venía creando hechos que, indirectamente, lo iban aproximando al poder político. Su propósito parece ser desarticular el modo pacífico de dominación, para reemplazarlo con una pirámide de ordeno y mando a lo Pacheco Areco o a lo Mourao-Bolsonaro en Brasil, pero, aunque no lo desee, la actual correlación de fuerzas le impone transitar el laberinto electoral y parlamentario. Su problema es cómo avanzar por esos recovecos hacia un régimen autoritario, cómo respetar las reglas del juego liberal mientras va acumulando y centralizando su base electoral entorno a Cabildo Abierto.

Manini calcula que, dispersa y atomizada, sobrevive la opinión pública favorable a la dictadura, una masa siempre predispuesta a alinearse tras un caudillo militar. Simplemente busca marcar las líneas de acción política para aglutinar lo disperso. No le interesa que se despida al fiscal de corte ni que se derogue la ley de interpretación obligatoria, solo se propone enarbolar banderas ideológicas para despejar confusiones y ganar la confianza del electorado más conservador.

Nacionalismo de cuartel.

Año 1998. El 16 de octubre fue arrestado Augusto Pinochet por la policía de Londres. Acusado por genocidio, torturas, violaciones, homicidios y desapariciones forzadas, estaba requerido por el juez Baltasar Garzón de la Audiencia Nacional de España. Los testimonios de sus crímenes no sólo vinieron de Chile, sino también de España, Suiza y Francia. Dos semanas después Pinochet fue internado en un hospital siquiátrico de lujo. Allí disfrutó de la vida mientras esperaba que se dilucidara su caso y le permitieran regresar a Chile. La única forma de condenar judicialmente sus crímenes era en el plano internacional, lo otro era la impunidad, porque, ¿qué juez chileno se atrevería a meterlo preso? Sorpresivamente Eleuterio Fernández Huidobro dirigió sus dardos contra el juez Garzón. Según el dirigente histórico del MLN-T, la iniciativa del magistrado español entrañaba una intromisión en los asuntos internos y amenazaba la soberanía y la independencia de las patrias latinoamericanas.

Año 2006. En el mes de abril, Eduardo Radaelli, Wellington Sarli y Tomás Casella fueron extraditados a Chile, acusados por asociación ilícita y el secuestro de Eugenio Berríos. En defensa de los tres oficiales, Eleuterio Fernández arremetió agresivamente contra el poder judicial uruguayo, lo acusó de cortar el hilo por lo más delgado, sostuvo que los tres oficiales eran “presos políticos”. Para él, se trataba del acto inaugural de una nueva etapa para el Uruguay, pautada por la pérdida de la soberanía nacional, “una especie de Plan Cóndor al revés”, decía Fernández, embanderado con un “nacionalismo” ramplón y de baja estofa, a lo “carapintada” en una palabra.

Fernández replicaba sus antiguos devaneos con el “peruanismo” de los torturadores y asesinos del Batallón Florida, un verso que utilizaron para debilitar las defensas de los interrogados: “si ambos somos enemigos de la oligarquía y del capital extranjero… ¿para qué luchar entre nosotros? ¡Dale, no resistas!”. El artilugio atrapó a un Fernández Huidobro propenso a aceptarlo desde hacía tiempo. Fueron las mismas redes que tendieron los comunicados 4 y 7 y que, en febrero de 1973, enredaron al movimiento sindical y el Partido Comunista.

Apenas fallecido Raúl Sendic y derrotado el Voto Verde en 1989, Fernández Huidobro se sintió libre para reemprender, con renovadas energías, sus relaciones carnales con los militares de la logia “tenientes de Artigas”. Hizo sonar nuevamente las campanas del “nacionalismo” de baja estofa e inició el largo recorrido de infidelidades que lo condujeron al ministerio de defensa. Lo designó el presidente Mujica, uno de sus discípulos favoritos. Entre ambos, el 2 de febrero designaron a Guido Manini como comandante en jefe del ejército. Fue el regalo que dejaron a Tabaré Vázquez que, al mes siguiente, cuando asumió la presidencia, mantuvo a Huidobro y Manini en la cumbre verde. Los hechos posteriores al fallecimiento del ministro dejaron en evidencia los vínculos entre sus ideas y las que expone el comandante hoy transformado en líder partidario.

Olvido y perdón.

En diciembre del 2003, durante el Congreso “Héctor Rodríguez”, el compañero Hugo Cores propuso que el Frente Amplio impulsara la anulación de las leyes que se contraponían con los tratados internacionales sobre derechos humanos. Adecuar la legislación uruguaya a la internacional suponía, de hecho, anular la ley de caducidad. En la comisión del congreso donde se discutió la propuesta, se opusieron el Movimiento de Participación Popular, la Vertiente Artiguista, el Partido Socialista y Asamblea Uruguay. En el plenario final, Hugo Cores y Eleuterio Fernández argumentaron a favor y en contra del proyecto.

Fernández sostuvo que el Frente debía respetar la voluntad ciudadana expresada en el plebiscito de 1989 y dejar congelada la impunidad, como si el resultado del plebiscito fuera eternamente válido. En realidad, era un argumento falaz: la opinión de los electores es cambiante y se deben respetar esos cambios, por eso hay elecciones cada cinco años y los partidos se alternan en el gobierno. Además, sostenía Fernández, la propuesta de Cores comprometía el triunfo del Frente Amplio y, decía él, se podía renunciar a todo menos a obtener a la victoria electoral. Fernández estaba mostrando su hilacha, pero no sólo él, sino también los 746 congresales que acompañaron sus fundamentos, una mayoría que lo acompañó camino al olvido y perdón. Por el contrario, 569 delegados levantaron su mano para continuar la lucha para anular la ley de caducidad. La línea quedó que bien dibujada: Verdad y

Justicia, pero, no tanta, sin extralimitarse. Aun así, durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez se realizaron las primeras excavaciones y, antes de finalizar ese año, ya se habían descubierto los cuerpos de Ubagesner Chaves Sosa y Fernando Miranda. Lástima que el implso inicial se detuvo. En el 2009, junto a las elecciones presidenciales se plebiscitó nuevamente la anulación de la ley de caducidad. Recién al finalizar la campaña, a regañadientes, el candidato progresista José Mujica adhirió a la lucha por Verdad y Justicia. Tal vez sus reticencias determinaron que no todos los votantes del Frente Amplio apoyaran la papeleta rosada. Tal vez esa fue la razón de que no se alcanzara el 50% necesario, pese a que el Frente Amplio ganó con más de la mitad de los votos emitidos. El sector acaudillado por Fernández Huidobro directamente no ensobró la papeleta que anulaba la ley de impunidad.

Las ambigüedades continuaron luego de saboteado el voto rosado. Una notable lentitud del Estado para resolver los crímenes de lesa humanidad. En el “caso Gelman”, año 2011, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado uruguayo por el incumplimiento en “adecuar su derecho interno a la Convención Americana sobre Derechos Humanos”. El país debía garantizar que la ley de caducidad no volviera a ser un obstáculo para la investigación de las desapariciones forzadas y el procesamiento y condena de los culpables.

Tal vez con cola de paja y en respuesta a la condena internacional (¡vergüenza!), el gobierno de Mujica impulsó la ley que restableció “el pleno ejercicio de la pretensión punitiva del Estado para los delitos cometido en aplicación del terrorismo de Estado”. Sin embargo, otros apóstatas la rechazaron acaloradamente. Argumentaban nuevamente que el resultado del plebiscito de 1989, reafirmado en 2009, desvirtuaba para siempre cualquier tentativa de juzgar y castigar a los criminales. En primera instancia el diputado Víctor Semproni, ex tupamaro de sinuosa trayectoria, impidió que se aprobara la ley al retirarse de sala y dejar sin mayoría al Frente Amplio. Luego, Fernández Huidobro, ya senador, al quedar en minoría y por disciplina partidaria, renunció a su banca.

Pocas semanas más tarde, sabiendo de su defensa de la impunidad y de sus afinidades con sectores de los mandos militares, el presidente Mujica lo nombró ministro de defensa. Mujica apostaba a Fernández porque entendía la cabeza de los militares, entendimiento que lo llevó a pelearse con los frenteamplistas y los que luchaban por Verdad y Justicia, mientras fortalecía su excelente relación con los militares 1 . …que te arrancarán los ojos.

El comandante Manini Ríos no tuvo una presencia destacada en los medios de Manini Ríos, comandante en jefe, prácticamente no salía en los medios de comunicación hasta la muerte del ministro de defensa. No le era necesario hacerlo: Fernández lo interpretaba al dedillo. Una vez desaparecido el ministro, el comandante Manini debió llenar el vacío e interpretarse a sí mismo. Comenzó su carrera pública.

Cabildo Abierto y Guido Manini Ríos surcan el mar de ambigüedades y desigualdades que caracterizan la república liberal. Aprovechan, además, la pérdida de perspectiva transformadora del progresismo, la que conduce al desánimo y la disidencia. La institucionalización del Frente Amplio, su incorporación al capitalismo financiero transnacional, lo llevaron a abandonar la tarea de educar conciencias, de profundizar la comprensión y la organización política de los más desprotegidos. Es en esos espacios vacíos que crece el huevo de la serpiente. Criaron el cuervo y hoy caminan ciegos. Sólo se lamentan. No saben cómo detener la clara ofensiva del monstruo que ayudaron a nacer. El golpe de Estado podrá o no sobrevenir, todo depende de la resistencia que encuentre, de que el movimiento popular uruguayo tome el ejemplo del pueblo chileno y luche para defenderse del autoritarismo que vendrá luego de la pandemia.

Jorge Zabalza

  1 Emisora M24, 28 de marzo del 2019, vocera oficiosa del MPP.

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 6 de agosto de 2020

Hay un derecho a tomar tierras


Programa de Resumen Latinoamericano TV donde hablamos con el Tambero Zabalza sobre la necesidad de la autodefensa de los pueblos y el derecho de tomar tierras. Entrevista con Eduardo Gurucharri, escritor y militante del libro: La Patria Socialista.




Apuntes acerca de la entrevista a Jorge Zabalza
realizada por Carlos Aznàrez director de “Resumen Latinoamericano”


Carlos Aznàrez:
Para hablar de insurgencias de luchas y también de solidaridad entrevistamos a Jorge Zabalza, un tupamaro histórico del Uruguay, un hombre crítico, que no tiene nada que ver ya con esa línea de Mujica, Huidobro, quienes compartieron con él también la fundación de Tupamaros y que se expresa siempre a favor de los que luchan. Y nos vamos a meter con el tema de lo que está ocurriendo en EEUU, con la rebelión que ha surgido del pueblo norteamericano después del asesinato de George Floyd. Y también èl, que maneja bastante bien el tema de las insurgencias en el continente y en el mundo, preguntarle cómo ve estas milicias negras que han surgido en varios estados de los EEUU.
Jorge Zabalza: Lo que quiero dejar claro es que tiene que aparecer con vida Facundo Castro, eso que tiene que quedar claro.
Me informè a través de Resumen Latinoamericano sobre las milicias negras que surgieron y que están exigiendo medidas en EEUU. Y decía que las armas que hasta ahora esa libertad de comprar armas en el supermercado -que hasta ahora era la base de la existencia de los grupos supremacistas- ahora se utilizan para el autodefensa del pueblo negro, del pueblo afroamericano.
La verdad que esa necesidad de autodefensa popular surgió también en Chile y no ha tomado todavía la forma que tomò en EEUU, pero está pendiente, porque una cosa que no ha podido evitar este virus, que es por un lado producto de las formas capitalistas de explotación, porque se habla mucho de que nos lo contagiaron los animales; pero nos contagiaron porque la cría de de aves, la cría de cerdos, la cría incluso de bovinos está estabulada y entonces en ese hacinamiento es donde se reproduce como en un caldero los virus y de alguna manera se contagian a los seres humanos. Entonces esto que es consecuencia de la nueva forma capitalista de producción, hoy en día ha terminado por ser una fábrica de sepultureros del capitalismo, porque produce miseria. Es impresionante: 50 millones de desocupados en EEUU.
En el Uruguay se cayó todo lo que había sido esa falsedad de sacar de la pobreza inyectando ingreso mediante el
asistencialismo social, se cayó todo y hoy en día los que se vanagloriaban de haber salido de la pobreza están
nuevamente en una situación de miseria, con hambre, viviendo de la solidaridad popular, porque no hay solidaridad del estado en el Uruguay. Es insuficiente la solidaridad del estado, muy insuficiente. Acá hay gente que come -y mucha- gracias a las ollas populares. Entonces ha crecido ese ejército de reserva. Son asalariados, no son lumpenproletariado, la gente que vive en la villas miserias, la gente que vive en las callampas, la gente de las favelas, la gente de los asentamientos irregulares, son asalariados expulsados de la protección del movimiento sindical, asalariados expulsados de la protección del estado.
No tienen. Trabajan en negro, trabajan en changas, viven de ferias, viven vendiendo lo que consiguen para vender, entonces no es la figura del lumpen proletariado, sino que es una figura nueva y una división en la clase proletaria. Aparecen trabajadores sin protección atrás, la marginación es a los asalariados. La marginación no es al lumpen proletario, no es a la delincuencia, es a los asalariados que no tienen protección del estado, que sí son marginados del estado, marginados de la vida política, marginados de la vida sindical.
Y bueno esa gente exige, van a crecer, ya están creciendo y exigen una respuesta política. Y no hay respuesta política, no hay respuesta partidaria, no hay respuesta parlamentaria, no hay respuesta por la vía electoral; entonces no les queda otra solución que la defensa.
Defenderse que es la solución que encontraron los afro-americanos en EEUU, que encontrò la juventud chilena, esa es la única solución que les queda.
Que van a hacer los mapuches?! Se defienden, no tienen otra solución.
Què van a ser los bolivianos ahora frente a la última arremetida de Añez? Se defienden. Van a hacer una Huelga general y van a tener que enfrentarse con el aparato de estado. Van a tener que defenderse.
Que van a ser los luchadores sociales, los militantes, los referentes, los que creyeron en entregar las armas? Van a ser exterminados? Se van a tener que defender, no hay otra solución. No hay otra solución, es la hora de la autodefensa.
Carlos Aznàrez: Se ha puesto en marcha en algunos países, e incluso acá en la Argentina también, la idea de trabajar fuerte sobre la toma de tierras y por otro lado la soberanía alimentaria, porque si hay algo que va a quedar claro en esto que ellos llaman la nueva normalidad -que en realidad es la vieja anormalidad maquillada- es que la gente va a tener que buscar la forma de autogestionarse los alimentos, porque el estado no les va a dar los alimentos.Como ves ese tema de la toma de tierra y la soberanía alimentaria?
Jorge Zabalza: Yo creo que que hay un derecho a tomar las tierras, es decir hay una situación de emergencia de tal gravedad qué la gente tiene que solucionar por sí misma. Tiene que tomar la decisión, que se ve obligada a tomar. No es que se junten tres mil personas, como ocurrió acá en Santa Catalina, 600, 700 familias -no se sabe cuántas, porque no hay censo. El estado no interviene-, entonces vayan y tomen por capricho o para especular con las tierras. No, las toman porque están obligados, no tienen otra solución.
La no intervención del estado en los problemas sociales lleva a la lucha y la toma de tierra es una de las formas más clara y más populares porque es una necesidad. El techo es una necesidad evidente. Podès tratar de paliar otros problemas, pero si no tenés techo como hacès? Además con estos inviernos, por favor!
Y qué ocurre acá en Uruguay -esto que voy a decir es una forma de desenmascarar el doble discurso de los progresismos-, qué ocurrió: en el año 2006, es decir anteriormente en el Uruguay la toma de tierras se trataba en la justicia civil, era un problema civil; el propietario denunciaba y los ocupantes se defendían frente a la justicia civil. Si habremos tomado tierra con Helios Sartou en aquellos tiempos. Helios era el defensor de casi todos los que hoy en día están asentados, que formaron barrios, son una forma de colonización (*).
Hoy en día todos acá donde nosotros vivimos son más de 10.000 familias y en Uruguay son muchos que viven en terrenos ocupados.
Que se hizo en el año 2006? Se aprobó una ley que sacaba de la esfera civil a la esfera penal, la cuestión de la usurpación. Se creó el delito de usurpación y por lo tanto a partir de ahora un problema de fiscales penales y de la justicia penal, estás cometiendo un delito y si no llevaron presas a estas
600, 700 familias porque no tienen donde ponerlas, es sencillo. Entonces quien gobernaba en el 2006 cuando se aprobó esa ley? Quien era mayoría en el parlamento y votaron todos a favor de esa ley: el Frente Amplio. Y ahí se desnuda, se muestra en carne viva lo que es la conceción al liberalismo, el regreso al viejo liberalismo burgués de quienes se decían de izquierda, compañeros del MPP, compañeros del Partido Comunista, compañeros del PVP, votaron todos en el año 2006 la ley que vuelve un delito penal la usurpación de terrenos. Y con esto le dieron a los propietarios, a los latifundistas, a lo latifundistas urbanos también, dieron un instrumento legal para atacar la necesidad más urgente del pueblo.
Yo lo que digo es que deja al desnudo el doble discurso del progresismo que por un lado dice “sacamos de la pobreza tantos puntos de la población, porcentajes, reducimos la
pobreza acá en el Uruguay a 10 por ciento” y sin embargo apenas hay una pandemia, apenas aparece un problema resulta que no habían sacado nada, que simplemente le habían inyectado asistencia social, unos pesos y con eso los habían transformado en consumidores de sexta o séptima categoría y apenas hubo un problemita reaparece la miseria.
Siendo que además en el mundo -hace poco lo veía en los artículos de Naomi Klein y de Chomsky- los capitalistas más ricos, el 0,01%, los dueños del mundo han aumentado su riqueza, las grandes empresas; el Banco República en el Uruguay aumentó su recaudación en plena pandemia, es decir –por favor!– mientras unos tienen hambre, hay otros que no tienen hambre, que se benefician del corona virus.
(*) Alusiòn a la Ley de Colonizaciòn de Uruguay -ver https://www.impo.com.uy/bases/leyes/11029-1948

(*) Alusiòn a la Ley de Colonizaciòn de Uruguay  -ver https://www.impo.com.uy/bases/leyes/11029-1948









domingo, 26 de julio de 2020

Infamia

Conocí desde muy pequeña a Daniel Viglietti, después vino la dictadura y con ella las distancias, pero tuve la enorme suerte de contarlo entre nuestros amigos hasta el día de su muerte. El Daniel que conocí era un hombre tremendamente solidario, un luchador por los Derechos Humanos, amigo de sus amigos, inteligente, desinteresado y talentoso. Jorge y yo compartimos muchos momentos con él, con Lourdes, con mi padre, Inger y otras/os amigos. En el acuerdo o la discrepancia siempre existió respeto y su proceder honesto amerita que se abra un espacio de duda frente a lo que hoy sucede. Lo respetamos, admiramos y queremos, por eso me duele tanto la rapidez de mucha gente en apoyar acusaciones que hasta el momento no tiene fundamentos sólidos.

Si Daniel Viglietti estuviera vivo habría cumplido 81 años el pasado 24 de julio. A raíz de la acusación del periodista Nelson Díaz, posteriormente reafirmada en un posteo por Lucía Viglietti Forner, se responsabiliza a Daniel de violar a una niña de 10 años cuando él tenía 27, o sea en 1966. 54 años más tarde y sin que él pueda defenderse, la sobrina tira una piedra y esconde la mano. No sé qué edad tenía ella en ese entonces, ni tampoco entiendo por qué casi tres años después de la muerte de su tío publica ese post y luego desaparece. Es una acusación muy seria que realizada de esta manera no le hace ningún favor a la supuesta víctima, le quita seriedad, la convierte en circo. Además pone en evidencia la responsabilidad de toda una familia por haber callado en lugar de hacer la denuncia. Intenté entrar a la página de Facebook de la denunciante, pero no lo logré, parece que la cerró. Les pido que, si no les importa la memoria de Daniel, respeten a Trilce y a Lourdes cuando suelten juicios de valor basados en lo que hasta ahora parece ser una campaña de desacreditación.

Leo con asombro que mucha gente postea afirmando: “Yo le creo a la víctima”. Les recuerdo que hasta ahora la supuesta víctima no se manifestó ni sabemos quién es, lo que resta credibilidad a todo esto. Lo que creen es lo que dice un periodista y los post de Lucía Viglietti.

Me apena reconocer entre la gente que insulta y replica la “noticia” a quienes otrora levantaron a Daniel como digno representante de la integridad y los valores morales. Resulta que ahora, en macabra fiesta de impunidad de las redes, varias personas manifiestan que lo sabían. Hipócritas y cómplices, ¿si lo sabían, por qué no hicieron nada?

El periodista no deja en ningún momento claro en que pruebas se basa para acusarlo y la sobrina tira la bomba y luego se retira. Comencemos con Nelson Diaz, que escribe en su muro de Facebook: “Sabían que este miserable, abyecto, que cantaba para el pueblo violó menores? La muerte no redime. VIglietti violador. Hablen con la familia y lo sabrán.” Al decir que “violó menores”, ¿lo acusa de más casos? No me queda claro. También publica en su muro: “Fin de la discusión. Daniel Viglietti violó una menor. En mi ética, más allá de su obra, es un miserable. Un hijo de puta. Este pedófilo podría haber violado a tu hija. Cantá a desalambrar.” Claramente induce al odio y a la violencia verbal, intenta (y en muchos casos lo logra), manejar la opinión de quien lo lee, lo hace personal: “Este pedófilo podría haber violado a tu hija.”, lo coloca en tu casa, junto a tus hijas. para despertar alarma ¿No se dan cuenta de lo tendencioso que es y cómo intenta que tomemos partido por una víctima que es hasta ahora inexistente? La ética profesional del señor Nelson Díaz ofrece serias dudas, como periodista tiene la obligación moral de investigar los hechos antes de hacerlos públicos y de presentar algo más que insultos categóricos, deslindandose de la responsabilidad con la frase: “iHablen con la familia y lo sabrán.”

Por otro lado, la sobrina escribe: “Hay mucha gente que lo sabe, de hecho quien era su esposa en ese momento lo supo por boca de él y se separó de inmediato”. Evidentemente el “periodista” no se contactó con la ex esposa para confirmarlo, pero hoy lo hizo una persona de mi total confianza y comprobó de boca de la ex esposa de Viglietti que no era cierto. Entonces, la señora Lucía miente en eso, lo que a mi entender pone en tela de juicio toda la afirmación. Lucía involucra a una persona que ni siquiera estaba enterada de lo que sucedía y que quedó muy asombrada en el momento de saber sobre la acusación.

También escribe: "Tampoco voy a aclarar y explicar más nada. Entiendo que fue una figura pública y un referente importante para muchos, pero eso no quita que, así como tuvo sus luces, tuvo sus sombras. El que quiera creerlo bien y el que no, en su derecho está". Como verán se lava las manos, tiro eso y hasta luego…

Asusta pensar que podemos escribir y acusar a cualquier persona de lo que queramos y que la opinión pública, lejos de pedir que se demuestren los hechos y analizarlos, nos va a incinerar como en tiempos de caza de brujas. Hoy somos los verdugos de las redes sociales, me tocó vivirlo con personas muy cercanas, los vi ser admirados hasta el furor y condenados tras un audio o algún disparate en redes con mentiras muy burdas y fácilmente desechables. Por eso me debo y les debo respeto antes de actuar como la inquisidora que lleva la antorcha.

Un tema tan serio no se puede manejar con supuestos. A pesar de la poca claridad de las acusaciones, arremetieron sin abrir el más mínimo paréntesis de duda. Un tema muy mal manejado y con mucha falta de respeto. No me queda duda de que quien comete una violación, en el año y en el momento que sea, debe ser repudiado y si está vivo castigado, pero no nos hagamos eco de todas las campañas de enchastre que escuchamos, hay que investigar y corroborar antes de sentenciar.











jueves, 23 de julio de 2020

Alejandra y Adrian



Por Jorge Zabalza
salió en Semanario Voces
23 julio 2020



Adrián y Alejandra, mis vecinos del Bajo Valencia, son un joven matrimonio sin techo. Vivían de agregados en casa de familiares. Junto a centenas de familias necesitaban una la vivienda digna, derecho con garantía constitucional que el Estado negaba. Un buen día, espontáneamente, ocuparon el estéril baldío al norte de Santa Catalina. Se proponían poblar donde reinaba la chirca, tradición transmitida por sus padres y abuelos, fundadores de los barrios que se extienden al oeste de Camino Cibils. Una anónima obra de civilización que colonizó el espacio vacío con miles de casas.

Alejandra y Adrián se sumaron a la ocupación y levantaron su propio refugio con una pocas tablas y chapas. Podían haberse dedicado a resolver estrictamente lo suyo, pero, inspirados en los relatos que circulan en la zona, se propusieron levantar un merendero aprovechando los restos de un tanque australiano. Seis meses después, con el auxilio solidario de sindicatos y militantes, el merendero es una realidad. El matrimonio, además, está embarcado en la formación de una cooperativa por ayuda mutua afiliada a FUCVAM. Son luchadores, quieren salir organizadamente de la agobiante situación de marginación a que han sido empujados. Sin embargo, pronto les caería encima el Estado, con una furia inaudita e injustificada.

El miércoles 15 citaron a los ocupantes para una instancia de diálogo y negociación en el Sistema de Mediación de Montevideo. Participaban la Coordinadora de Asentamientos, la Cámara de Representantes, la Junta Departamental, la Intendencia de Montevideo y el fiscal Diego Pérez, que ya llevaba “formalizados” por asociación para delinquir una quincena de ocupantes. Toda una ceremonia institucional que, se presumía, tenía la laudable intención de resolver un conflicto social. El “país de los amortiguadores” en pleno funcionamiento. Adrián concurrió como referente de una importante movilización social y fue “atendido” como si hubiera cometido un delito al luchar por viviendas dignas para todas y todos los vecinos.  

El fiscal Diego Pérez, representante del gobierno nacional en la instancia, se despojó de su disfraz de amortiguador y mandó detener a Adrián Alanís. La instancia de “diálogo y negociación” se transformó en una trampa policíaco-judicial: el referente barrial resultó procesado por asociación para delinquir y usurpación, delitos que se le podrían imputar a cualquier ocupante de tierras, mujer u hombre, que angélicamente concurriera a la instancia de mediación convocada por las autoridades. Diego Pérez optó por declarar la guerra a los ocupantes y echar a andar la maquinaria represiva que reproduce sepultureros del régimen.

Sin decir diciendo, fundamentó su acto represivo en el antecedente judicial de Adrián quién, desde que fue dejado en libertad, ha trabajado en la construcción, conformado un hogar (Alejandra perdió su embarazo la noche del temporal) y, además, es conocido su largo esfuerzo en aras del bienestar colectivo. En realidad, su delito es haber nacido en la marginación y la exclusión.  

Pese a todo el discurso electoral sobre la necesidad de transformar las cárceles en centros de rehabilitación, cuando un liberado demuestra fehacientemente su voluntad de salir del delito, el colérico fiscal Diego Pérez se atribuye el derecho de condenarlo a vivir en la calle. ¡Cuánta saña gratuita e injustificada! Es un nuevo disparate del sistema de “justicia”. Con sus niñas y niños, algunos de brazos todavía, las familias ocupantes continúan soportando temporales y olas de frío bajo sus techos de cartón. En el aislamiento: gobierno y parlamento los ignoran. No es que los hayan olvidado, no saben que existen. Solamente les resta la esperanza de salir adelante con su cooperativa, que les adjudiquen un terreno y un préstamo para construir por ayuda mutua las viviendas de bajo costo. Esperan que fiscalía y el gobierno no opten por empujarlos al abismo. Hay soluciones, como siempre las hubo. Basta con que haya voluntad política.

Con el relato de lo sucedido a los creadores del “Nuevo Comienzo” (así bautizaron su barrio), se pretende poner de relieve las ideas que corren por detrás del escenario de los “allanamientos nocturnos”. La cosa va mucho más allá de una simple reforma constitucional o del debate jurídico, es una tentativa de instalar la ideología de la mano dura. En realidad, hay fuertes indicios de que ya es hegemónica y cuenta con la aquiescencia de los partidos y el electorado suficientes. La violencia de la actitud del fiscal Diego Pérez frente a la marginación social, es apenas una expresión individual de esa la filosofía de la mano dura que se propaga desde el poder político. En definitiva, es el mismo espíritu conque un energúmeno intentó quemar vivo al pobre Andrés que dormía en la calle. Se promueven las ideas y luego se sufren las consecuencias prácticas. Si las cosas continúan por el mismo derrotero, tendremos que llorar muchos Guillermo Machado más.

Jorge Zabalza














domingo, 19 de julio de 2020

viernes, 17 de julio de 2020

Usurpando el derecho a la vivienda



El miércoles 15 de julio fue detenido un referente de la ocupación del barrio Nuevo Comienzo de Santa Catalina. El compañero asistió de buena fe a una convocatoria realizada por el Sistema de Mediación de Montevideo en el edificio oficial del IMPO. La convocatoria fue realizada para iniciar un: “Proceso de Diálogo Colaborativo entre todos los actores involucrados” que sería “dirigido por terceros imparciales expertos en manejo de conflictos que facilitarán el diálogo”. Entre esos expertos se destaca la figura de Leonel Groisman, quien comandó la instancia de “negociación” a la que estaban convocados, además del compañero detenido, abogados de familias asentadas, la Coordinadora de Asentamientos, la Comisión de Vivienda Territorial y Medio Ambiente de la Cámara de Representantes, la Comisión de Asentamientos de la Junta Departamental, la Intendencia de Montevideo y el fiscal que lleva la causa de la ocupación, entre otros.
Mientras Groisman exponía las características del “proceso de diálogo”, el fiscal se comunicaba con la policía para que llegara a la sede del IMPO y se llevara detenido al compañero. En ese contexto, y enterados de la situación, un grupo de militantes del Nuevo Comienzo y de diversas organizaciones sociales que han apoyado la ocupación se acercaron a la sede del IMPO para solidarizarse. Ante la concentración de militantes el proceso de detención pasó por una instancia de negociación que de todas formas derivó en que Adrián quedara detenido en zona 4 y el jueves fuera trasladado a jefatura. Ante todo eso, quienes convocaron a la “negociación” que terminó siendo una “cama” al compañero, no aportaron nada concreto para evitar la detención.
El jueves a la mañana Adrián fue trasladado a fiscalía, en donde nuevamente recibió la solidaridad y el apoyo de decenas de vecinos, vecinas y militantes, aunque ningún “negociador” se hizo presente. El delito de Adrián: “asociarse” para “usurpar” terrenos baldíos y construir en ellos su vivienda. Nuevamente quedaban enfrentados propiedad privada y derecho a la vivienda, nuevamente prima el derecho a ser dueño de un terreno abandonado que el de tener un lugar en donde vivir. La fiscalía este jueves pidió una nueva prórroga, y recién mañana sabremos qué pasará con el compañero. Lo cierto es que la justicia “legal” desprotege cada día más a los más débiles, cada día defiende más la propiedad privada, y las leyes, para los pobres, se transforman en un cerco que los encierra en un espacio cada vez más miserable.

Ante esa situación no hay resignación.
Además de denunciar falsas negociaciones y manejos legales habrá que dar la pelea para que el derecho a vida digna esté antes que el el derecho al terreno baldío.

Adrián no está solo. El Nuevo Comienzo sigue pariendo rebeldía.
Los únicos usurpadores son quienes defienden la tierra baldía antes que la vivienda digna.

La Senda

miércoles, 15 de julio de 2020

Adios al compañero Daniel Astapenco

Se esparcieron las cenizas de Daniel Astapenco " Pedrito" en Santa Lucia del Este .


Conocí de su vida militante solamente de oídas. Ejemplo de tantas y tantos anónimos que dedicaron su vida a revolucionar el mundo. Vaya al compañero el abrazo fraterno que nunca le dí.

 Tambero




Un grupo de compañeros escribió: 

Daniel Astapenco “Pedrito”. Internacionalista.

Pudo haber sido uno de los tantos desaparecidos por la dictadura, pudo haber sido uno de los fusilados de Soca, uno de los asesinados por la dictadura chilena ó uno de los combatientes caídos en la lucha por derrocar la tiranía somocista en 1979.
Pero sobrevivió y murió ahora, el pasado 5 de julio
Fue de los que nunca se habla. Pero hizo. Por eso es necesario escribir estas líneas. Quizás algún joven que ande buscando rumbos para cambiar el mundo, encuentre algunos rasgos inspiradores en su singular e intransferible aventura vital.
En mayo de 1973, cuando tenía 18 años es requerida su captura por el ejército como integrante del  MLN y pasa a continuar la lucha en la clandestinidad, pero poco después la dirección del Movimiento le ordena salir del país. La organización estaba muy golpeada y no tenía infraestructura para soportar muchos militantes clandestinos. Contra su voluntad, viaja a Argentina y luego a Chile, junto a su compañera Elena, también requerida.  
Llegaron a Chile a finales de junio de 1973 cuando ya se avizoraba el golpe de estado contra el gobierno de la Unidad Popular. ( ya habia ocurrido el golpe en Uruguay) La salida del país que le habían prometido sería transitoria para prepararse y volver a la lucha contra la dictadura se alargaba angustiosamente. 
Esperando órdenes trabajó como obrero en Santiago. El ambiente político era tenso y se suponía que en caso de golpe de estado se incorporaría a luchar con las organizaciones populares para defender la democracia. Llegó el 11 de setiembre y no llegaron las prometidas armas, solo una visita de algunos dirigentes quienes los exhortaron a morir con dignidad.  
Nunca pensó en la posibilidad de asilarse, aunque su compañera estaba ya embarazada. Se incorporaron a las redes de la resistencia en la población de Barrancas en la periferia de Santiago. Allí sobrevivió de milagro a las razias durante el toque de queda, a la frenética búsqueda de extranjeros por parte de los militares golpistas, que si podían, fusilaban en el acto. A solicitud de las propias organizaciones populares chilenas, muy golpeadas, aceptó pedir refugio a Naciones Unidas para no comprometer la vida de quienes les daban cobijo.     
Así esta pareja de jóvenes estudiantes llega a la Cuba solidaria. "Pedrito" abraza a ese pueblo y forja una lealtad con sus trabajadores que marcaría el resto de su vida. Allí crían a sus hijos, trabaja en la construcción,  es obrero artesano de una fábrica de instrumentos musicales, estudiante brillante de Medicina y de Ciencias Políticas.
En Nicaragua el FSLN luchaba contra la tiranía de Somoza. Junto a otros uruguayos residentes en Cuba envía una carta a los revolucionarios nicaragüenses ofreciéndose para luchar voluntariamente junto a su pueblo. Pudo cumplir con ese anhelo, y llegó para ofrecer su vida en los combates en el Frente Sur. Fué un destacado combatiente, querido por sus compañeros por su valor y por su solidaridad. Se destacó como artillero con su cañon de 75 mm y en innumerables ocasiones estuvo bajo la mira de los aviones y los francotiradores somocistas.
Pudo festejar la victoria popular del 19 de julio de 1979, cuando aquella gesta alentaba también la lucha en Uruguay y en toda América Latina.  
 En otras etapas de su vida, ya en Uruguay, fue obrero gráfico, poeta, artesano, pintor, chofer.
Sus convicciones lo llevaron en cierta etapa a no integrar formalmente ninguna organización revolucionaria. Nunca abandonó su vocación internacionalista. Donde había una causa justa de un pueblo hermano, donde había un revolucionario enfrentando situaciones difíciles, allí sentía que debía estar.  Procuró ayudar a todo el que pudo y en forma destacada a la resistencia chilena.
Cuando en 1999 el pueblo uruguayo luchaba por una sociedad más justa, junto a su pareja y a otro compañero, Hernán Castro, fundaron  un semanario para colaborar con la lucha popular. 
Nunca firmó un artículo, nunca publicó su foto, nunca entendió la militancia como un mérito. Era su oxígeno, la necesitaba para sentirse humano. Acciones que otros calificarían de audaces para él eran solamente lo que exigía la propia dignidad.
Intransigente con la cobardía, con la delación a los compañeros de lucha, con el acomodamiento y con la flaqueza ante ofensivas de las oligarquías y el imperialismo.
Lector insaciable, pensador profundo y poseedor de una habilidad manual destacada.
Un día escribió: 

Amamos tanto la vida!!!
pero no estamos dispuestos 
a vivirla a cualquier precio
Odiamos tanto la muerte!!! 
pero no estamos dispuestos 
a evitarla
a cualquier precio
Porque existen cosas
que amamos más que la vida
porque existen cosas 
que odiamos más que la muerte
                                 
Era un radical. Nada que no fuera de raíz lo colmaba. Su horizonte de un mundo solidario no necesitaba expresarlo en sus diálogos, se manifestaba en cada pequeño detalle de su cotidianeidad, en su persistente rechazo a toda trampa adormecedora del entorno.
Todos los que lo conocimos bien, extrañaremos por siempre sus acciones y sus (pocas) palabras.











sábado, 4 de julio de 2020

Entrevista a Hugo Blanco líder campesino peruano




Aquí sus respuestas ante la controversia desatada por el documental Hugo Blanco, Río Profundo: https://vimeo.com/319345132

Roberto Ochoa /Diario “La República”, SERPAL, 01.07.2020

“Cualquiera que sea el presidente de turno serán las grandes empresas transnacionales y sus instituciones financieras las que ganen. Por ello es necesario cuestionar todo el sistema”. Hugo Blanco

En este envío les adjuntamos la entrevista realizada por Roberto Ochoa al líder campesino peruano Hugo Blanco publicada en el diario “La República”. Pese a su extensión, hemos preferido incluir el texto completo, ya que a raíz de la difusión del documental “Hugo Blanco, Río Profundo”, se ha generado una serie de ataques y difamaciones a quien representa una referencia histórica del movimiento campesino, indígena y ecologista no solo de Perú, sino de toda América Latina.

Los autores de esos ataques son militares que colaboraron con el golpista Fujimori, dirigentes de la derecha peruana, y varios medios de comunicación. Su encarnizamiento, solo ha servido para realzar la trayectoria de Hugo Blanco, que tiene hoy 86 años, y para provocar miles de adhesiones en un Manifiesto que firman líderes campesinos, indígenas y políticos de diversos países, periodistas, sindicalistas, etc.  

NdeR: Redacción de SERPAL Servicio Prensa Alternativa

Hugo Blanco: “No fui ‘guerrillero castrista’ ni terrorista”

Por Roberto Ochoa /Diario “La República”, Perú *

RO - Radica en México pero viajó a Europa para conocer a su nuevo nieto nacido en Alemania. Poco antes decidió visitar a su hija Carmen en Suecia y fue ahí donde lo agarró la pandemia. Farid Matuk nos hizo el contacto con Carmen Blanco, quien amablemente nos pidió enviar las preguntas por escrito porque Hugo Blanco “ya no puede responder telefónicamente”. Aquí sus respuestas ante la controversia desatada por el documental Hugo Blanco, Río Profundo”

RO - ¿Está al tanto del revuelo provocado por la exhibición del documental “Hugo Blanco, Río Profundo”?

HB - Sí, estoy al tanto del revuelo causado en el Perú y a nivel internacional. Y estoy también conmovido por las múltiples expresiones de solidaridad que me llegan desde diversos rincones del Perú y del mundo. Tanto por parte de aquellos que llevan a cabo luchas afines a las que yo he llevado pero también de gente joven que hasta ahora ni sabía de mi existencia pero que ahora se ha interesado por mi trayectoria de luchas.

A diario nos llegan a mí y a mi hija Carmen decenas de mensajes solidarios por correo electrónico y otros medios sociales; agradezco todas esas expresiones de solidaridad, incluyendo aquellas de personalidades, gremios y organizaciones que se han pronunciado. Una vez más, la solidaridad nacional e internacional, me reconforta tal como lo hicieron cuando se pedía para mí la pena de muerte -en los -60, durante todo el juicio, cuando estaba preso en Arequipa y El Frontón y ante otros intentos por eliminarme o estigmatizarme que han habido también posteriormente por ejemplo durante los años 80.

RO - ¿Le gustó el documental?

HB - El documental está motivado desde la perspectiva de una joven cuya vida fue influida tanto por las luchas por la tierra indirectamente a través de relatos de su padre, así como por los procesos históricos sangrientos de la década de los 80 y los 90.

De esa manera el documental parte de las percepciones de la cineasta pero a su vez contribuye a recuperar fragmentos de la historia de las luchas colectivas en el Perú y ayuda a que las nuevas generaciones conozcan la historia de luchas colectivas que no es la que normalmente enseñan en las escuelas. Es por lo tanto de mucha importancia que el documental se esté mostrando en provincias y municipios del país como se ha estado haciendo los últimos meses, de manera que los jóvenes entiendan que son las luchas colectivas de sus antepasados quienes abrieron brechas para sus derechos.

Esto en contraposición a sectores que aun teniendo como intención combatir las injusticias, se crean dueños de "la verdad" y la intenten imponer por la fuerza.

Personalmente lo que yo considero más importante de mi trayectoria de vida es la lucha porque la tierra sea de quien la trabaja, la organización de esa lucha en forma democrática y decisiones en asambleas y la reivindicación y dignificación de la población indígena y campesina. Y es importante también que se recuerden las consecuencias que esas luchas traían para los luchadores sociales, en mi caso personal la larga prisión en la isla penal El Frontón.

Pero aclaro, no soy cineasta ni documentalista, Malena Martínez sí lo es, así que ella sabrá por qué tocó determinados aspectos en la película y no otros. Y ahora valoro que el documental haya también abierto paso a reflexiones y discusiones sobre esos procesos así como entrevistas como ésta, las cuales me permiten decir lo que yo considero importante.

RO - Militares retirados cuestionan la exhibición del documental y lo califican como “apología del terrorismo” y lo tildan de “guerrillero castrista”. ¿Qué les respondería?

HB - Quisiera aclararles que no fui “guerrillero castrista” ni “terrorista”. El proceso colectivo del cual fui parte, fue una reacción frente a los abusos y explotación al campesinado de La Convención y el servilismo policial ante los latifundistas de tipo feudal, quienes hacían abuso de poder y violentaban a los campesinos. Entonces, fue la asamblea de delegados del campesinado indígena de la provincia de La Convención, departamento del Cusco, la que decidió organizar la autodefensa armada, y fue en esa asamblea donde se me designó en forma democrática para dirigir dicha autodefensa.

RO - Hace un año se celebraron los 50 años de la Reforma Agraria “velasquista”. Si usted precisamente luchó por esa reforma ¿por qué fue deportado por el general Velasco?

HB - La Reforma Agraria, liquidación de latifundio semifeudal, la inició el campesinado quechua de la “Federación Provincial de Campesinos de La Convención y Lares” (FEPCACYL), donde la tierra pasó a manos de quienes la trabajaban. Viendo eso, los indígenas y otros campesinos de la sierra peruana iniciaron o continuaron también sus respectivas luchas por el derecho a la tierra y contra el sistema de haciendas.

Ante estos procesos que amenazaban por remecer al sistema y desbordar, el general Velasco intentó buscar una salida que no amenazase la raíz del problema de la tierra, histórico problema en el continente americano desde la invasión y conquista. Es así que él dio inicio a un proceso de reforma agraria o sea de redistribución de la tierra pero conciliando con los hacendados.

Por tanto Velasco defendía los intereses del sistema capitalista que deseaba deshacerse de los vestigios feudales para dar paso a un sistema de explotación de la tierra más acorde con el capitalismo. Mientras que yo obedecía órdenes de las organizaciones campesinas quienes deseaban que la tierra fuese no solo trabajada sino además organizada de acuerdo a los criterios propios, probablemente inspirados en formas históricas de organización de la agricultura.

Yo fui perseguido y apresado estando como presidente Belaunde Terry, luego por medio de un golpe de estado entró de presidente el general Velasco, quien después de un tiempo nos amnistió a mí y a otros compañeros que habían luchado por el derecho a la tierra. Sin embargo ante mi negativa a cooperar con su gobierno, dispuso que yo viviera en Lima, y que no fuese a la sierra, castigo para alguien cuya base de luchas es el campo, probablemente temía que me reintegrara a la lucha campesina.

No conforme con eso, luego optó por deportarme, lo cual es anticonstitucional puesto que no se puede deportar a ciudadanos de su propio país.

RO - ¿Cree usted que esa reforma funcionó?

HB - La Reforma agraria de Velasco funcionó solo parcialmente. Esto no solo porque la redistribución y nueva organización se hizo en forma verticalista desde el criterio de funcionarios agrarios del estado, sino además porque el campesinado tuvo que pagar a los usurpadores descendientes de los conquistadores por sus propia tierra. Es decir aquellos campesinos que habían sido siervos no pagados, debían pagar por su tierra, quedando así sin dinero para herramientas, semillas, fertilizantes y otros y sin dinero para dedicarlo a la educación de los hijos, medicinas, etc.

Posteriormente vemos además que hubo una contrarreforma agraria neoliberal, la cual implica que si bien ya no existen los hacendados como tales, hoy son las empresas agroexportadoras, las cuales en especial en la costa controlan hoy inmensas extensiones de tierra. En éstas no se cultiva para satisfacer las necesidades alimentarias de los peruanos sino para proveer de alimentos a otros países. Es así que en el Perú, situado en la región central andina que es históricamente uno de los centros agrarios del mundo puesto que allí se domesticaron alimentos como la papa, la quinua, el maíz, etc. nuestra población padece aún de desnutrición. Y esto sucede de una manera escandalosa primordialmente en las zonas rurales.

RO - El historiador y arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras nos dijo en una reciente entrevista que “Velasco responde a una estrategia internacional para impedir procesos como el que se dio en el Perú con Sendero Luminoso. No fue una iniciativa exclusivamente peruana. En realidad, se construyó una plataforma de acción estatal que tratase en lo posible de impedir que las grandes demandas populares tuvieran éxito. Una de esas demandas era el tema del petróleo, de la reforma agraria...”, ¿comparte esta opinión?

HB - Comparto ese análisis. Fueron momentos en los cuales el sistema capitalista al ver que la injusta y desigual distribución de la tierra a lo largo de toda América Latina podía llevar a una múltiple y sincronizada explosión social que era necesario evitar. Vieron que la lucha por la tierra tomaba fuerza en varios lugares de la región latinoamericana, esta vez ya no solo en base al injusto acceso a la tierra sino además inspirada en la revolución cubana la cual a pocos meses de iniciada dio paso a una reforma agraria.

Por tanto o realizaban ellos mismos reformas agrarias bajo control del poder o corrían el riesgo de reformas agrarias que no quedasen en eso, sino pudiesen desarrollarse en revoluciones que cuestionen no solo las inequidades en relación a la tenencia de la tierra sino que pudiesen pasar a cuestionar las inequidades a todo nivel.

Es por ello que país tras país durante la década de los 60 e inicios de los 70 se apuraron o "fueron apurados" a hacer reformas agrarias que en parte mitigasen las injusticias en el campo y frenasen así las luchas campesinas.

RO - Una pregunta personal ¿por qué está en Suecia y no en México?

HB - Mi hijo Marco David y su compañera, que viven en Alemania iban a tener un bebé, por tanto mi compañera, Ana y yo quisimos estar cerca. Yo aproveché antes del nacimiento de mi nieta para visitar a mi hija Carmen que vive en Suecia, pero a pocos días de mi llegada a Suecia se declaró la pandemia y aquí me tienes aún hasta que se normalice la situación sanitaria mundial y pueda volver a México donde mi compañera. Yo por mi edad pertenezco a los grupos de mayor riesgo y el viajar en estos momentos no sería nada sensato.

RO - ¿Cuándo fue la última vez que estuvo en Cusco?

HB - Estuve en una visita corta el año pasado, y hasta hace tres años vivía en Lima así que podía ir allá a menudo. Extraño mucho al Cusco que es como mi madre y recuerdo una canción en quechua que aprendí de niño:

“Qosqo llaqta (Pueblo de Cusco)                                                                 

Qhapaq mamay (Poderosa madre)

Inka yawarniq samisqan (Impregnada de sangre Inca)”

RO - ¿Mantiene contacto con los campesinos que lo acompañaron en La Convención?

HB - Hace aproximadamente seis años celebré mis 80 años recorriendo lugares emblemáticos para esas luchas y visitando a mis compañeros en La Convención. Eso fue muy importante para mí. Desgraciadamente muchos de los campesinos de mi generación con los cuales luché, no manejan el internet, pero de vez en cuando sus hijos o nietos se comunican conmigo y me transmiten sus mensajes. Hace poco me dolió mucho enterarme a través de la nieta de Gerardo Carpio de su fallecimiento, él fue uno de los que luchó conmigo en la autodefensa.

Y ahora con el revuelo a raíz del documental son varios los jóvenes nietos de mis compañeros de lucha de La Convención que se han contactado conmigo pues ven estos ataques como agresiones también a las luchas de sus padres y abuelos. También me han contactado jóvenes de otros lugares, son hijos de gente a quienes he acompañado en sus luchas ya sea por el tema de la tierra como en Puno en los 80, así como en luchas contra el extractivismo en Ayabaca y Tambogrande en Piura, Celendín y Bambamarca en Cajamarca, diversos puntos del Cusco como por ej. Espinar, Valle del Tambo en Arequipa, etc. Ellos me contactan diciendo que se acuerdan de mí de cuando niños o que sus padres les han contado que me conocieron y a veces me cuentan que ellos mismos están también insertos en luchas actuales, mensajes que me hacen sentir esperanzas en el futuro. Por ejemplo, el Sindicato Único de trabajadores de Construcción Civil de La Convención se pronunciaron hace unos días en mi apoyo, lo cual me hace deducir que hay hijos o nietos de quienes lucharon conmigo por la tierra entre sus filas o que esos jóvenes llevan la memoria colectiva en sí.

RO - ¿Qué le recomendaría a la izquierda peruana?

Les recomendaría que entrelacen las luchas sociales tradicionales con las luchas en defensa de la Pachamama, estas luchas son en defensa de la vida misma y debieran involucrarnos a todos quienes somos afectados por el sistema. El capitalismo está perpetrando sistemáticamente ecocidios por doquier, estas agresiones a los ecosistemas amenazan la reproducción de la vida y su continuidad. Tanto los incendios forestales, la escasez de agua y su envenenamiento, las catástrofes naturales y probablemente incluso esta pandemia son consecuencia del desprecio por la vida que tiene el sistema.

Por ellos les recomendaría a las izquierdas si es que no lo hacen ya que unan las luchas sociales que la izquierda siempre ha llevado adelante con las luchas en defensa de la Pachamama. Para eso les recomiendo la realización de asambleas de los diversos sectores de oprimidos en las cuales se muestre cómo todo está conectado, entrelazado. La vida es un tejido vivo y es hora de que las izquierdas defiendan todo ese tejido vivo.

Y de paso les recomendaría que escuchen y aprendan de las diversas luchas y las respeten. Esto significa dejar de lado los dogmas y el verticalismo que caracteriza a la izquierda tradicional.

RO - ¿Es cierto que usted fue aprista antes de militar en un partido trotskista?

HB - Yo no fui nunca militante aprista, pero mis hermanos mayores Luisa y Oscar si eran apristas y fueron reprimidos por serlo, así que yo de muy joven simpatizaba también con el Apra en tiempos que éste era aún un partido antiimperialista y antes de su deformación y giro a la derecha, pero nunca entré al partido.

RO - La pandemia sacó a relucir las enormes desigualdades sociales y la precariedad del Estado peruano ¿Cómo ve al Perú a punto de celebrar el Bicentenario de la Independencia?

HB - Para empezar diría como ya han dicho sectores radicales en muchos lugares de América Latina donde ya se cumplieron los 200 años de inicio de la etapa republicana: “no hay nada nada que celebrar”.

Por un lado siguen las injusticias contra indígenas afrodescendientes y amplios sectores de las sociedades latinoamericanas siguen sumidas en la pobreza puesto que los despojos, saqueos y ecocidios iniciados hace 500 años continúan. Sigue también la desigual distribución de la tierra y el agua vitales para la subsistencia y continúan también el racismo, el machismo agrava, etc.

Por tanto nuestros países no son nada “independientes” sino son regidos hoy en día ya no por un país colonialista en específico pero sí por los mandatos del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y las transnacionales que saquean el planeta. La “Independencia” fue independencia política de España, de la que éramos una colonia, pero estamos aún insertos en un sistema global injusto de dominación que nos trata como colonia de las referidas empresas y los organismos internacionales que ya nombré. Además se mantiene en nuestras sociedades aún una forma colonizada y colonizante de ver no solo a la Pachamama y a los seres que viven en ella, incluyendo a la gente.

Esto hace que cualquiera que sea el presidente de turno serán las grandes empresas transnacionales y sus instituciones financieras las que ganen. Por ello es necesario cuestionar todo el sistema y no ser inducidos a celebrar una “independencia” que no es tal.

RO - Usted tuvo una vida de película ¿se arrepiente de algo en su trayectoria política?

HB - Probablemente cometí muchos errores, pero no me arrepiento por ellos, pues cuando actué lo hice sin saber que estaba equivocado.

 * Publicado en La República (Perú), 22/06/2020

Roberto Ochoa /Diario La República /Servicio de Prensa Alternativa