domingo, 26 de julio de 2020

Infamia

Conocí desde muy pequeña a Daniel Viglietti, después vino la dictadura y con ella las distancias, pero tuve la enorme suerte de contarlo entre nuestros amigos hasta el día de su muerte. El Daniel que conocí era un hombre tremendamente solidario, un luchador por los Derechos Humanos, amigo de sus amigos, inteligente, desinteresado y talentoso. Jorge y yo compartimos muchos momentos con él, con Lourdes, con mi padre, Inger y otras/os amigos. En el acuerdo o la discrepancia siempre existió respeto y su proceder honesto amerita que se abra un espacio de duda frente a lo que hoy sucede. Lo respetamos, admiramos y queremos, por eso me duele tanto la rapidez de mucha gente en apoyar acusaciones que hasta el momento no tiene fundamentos sólidos.

Si Daniel Viglietti estuviera vivo habría cumplido 81 años el pasado 24 de julio. A raíz de la acusación del periodista Nelson Díaz, posteriormente reafirmada en un posteo por Lucía Viglietti Forner, se responsabiliza a Daniel de violar a una niña de 10 años cuando él tenía 27, o sea en 1966. 54 años más tarde y sin que él pueda defenderse, la sobrina tira una piedra y esconde la mano. No sé qué edad tenía ella en ese entonces, ni tampoco entiendo por qué casi tres años después de la muerte de su tío publica ese post y luego desaparece. Es una acusación muy seria que realizada de esta manera no le hace ningún favor a la supuesta víctima, le quita seriedad, la convierte en circo. Además pone en evidencia la responsabilidad de toda una familia por haber callado en lugar de hacer la denuncia. Intenté entrar a la página de Facebook de la denunciante, pero no lo logré, parece que la cerró. Les pido que, si no les importa la memoria de Daniel, respeten a Trilce y a Lourdes cuando suelten juicios de valor basados en lo que hasta ahora parece ser una campaña de desacreditación.

Leo con asombro que mucha gente postea afirmando: “Yo le creo a la víctima”. Les recuerdo que hasta ahora la supuesta víctima no se manifestó ni sabemos quién es, lo que resta credibilidad a todo esto. Lo que creen es lo que dice un periodista y los post de Lucía Viglietti.

Me apena reconocer entre la gente que insulta y replica la “noticia” a quienes otrora levantaron a Daniel como digno representante de la integridad y los valores morales. Resulta que ahora, en macabra fiesta de impunidad de las redes, varias personas manifiestan que lo sabían. Hipócritas y cómplices, ¿si lo sabían, por qué no hicieron nada?

El periodista no deja en ningún momento claro en que pruebas se basa para acusarlo y la sobrina tira la bomba y luego se retira. Comencemos con Nelson Diaz, que escribe en su muro de Facebook: “Sabían que este miserable, abyecto, que cantaba para el pueblo violó menores? La muerte no redime. VIglietti violador. Hablen con la familia y lo sabrán.” Al decir que “violó menores”, ¿lo acusa de más casos? No me queda claro. También publica en su muro: “Fin de la discusión. Daniel Viglietti violó una menor. En mi ética, más allá de su obra, es un miserable. Un hijo de puta. Este pedófilo podría haber violado a tu hija. Cantá a desalambrar.” Claramente induce al odio y a la violencia verbal, intenta (y en muchos casos lo logra), manejar la opinión de quien lo lee, lo hace personal: “Este pedófilo podría haber violado a tu hija.”, lo coloca en tu casa, junto a tus hijas. para despertar alarma ¿No se dan cuenta de lo tendencioso que es y cómo intenta que tomemos partido por una víctima que es hasta ahora inexistente? La ética profesional del señor Nelson Díaz ofrece serias dudas, como periodista tiene la obligación moral de investigar los hechos antes de hacerlos públicos y de presentar algo más que insultos categóricos, deslindandose de la responsabilidad con la frase: “iHablen con la familia y lo sabrán.”

Por otro lado, la sobrina escribe: “Hay mucha gente que lo sabe, de hecho quien era su esposa en ese momento lo supo por boca de él y se separó de inmediato”. Evidentemente el “periodista” no se contactó con la ex esposa para confirmarlo, pero hoy lo hizo una persona de mi total confianza y comprobó de boca de la ex esposa de Viglietti que no era cierto. Entonces, la señora Lucía miente en eso, lo que a mi entender pone en tela de juicio toda la afirmación. Lucía involucra a una persona que ni siquiera estaba enterada de lo que sucedía y que quedó muy asombrada en el momento de saber sobre la acusación.

También escribe: "Tampoco voy a aclarar y explicar más nada. Entiendo que fue una figura pública y un referente importante para muchos, pero eso no quita que, así como tuvo sus luces, tuvo sus sombras. El que quiera creerlo bien y el que no, en su derecho está". Como verán se lava las manos, tiro eso y hasta luego…

Asusta pensar que podemos escribir y acusar a cualquier persona de lo que queramos y que la opinión pública, lejos de pedir que se demuestren los hechos y analizarlos, nos va a incinerar como en tiempos de caza de brujas. Hoy somos los verdugos de las redes sociales, me tocó vivirlo con personas muy cercanas, los vi ser admirados hasta el furor y condenados tras un audio o algún disparate en redes con mentiras muy burdas y fácilmente desechables. Por eso me debo y les debo respeto antes de actuar como la inquisidora que lleva la antorcha.

Un tema tan serio no se puede manejar con supuestos. A pesar de la poca claridad de las acusaciones, arremetieron sin abrir el más mínimo paréntesis de duda. Un tema muy mal manejado y con mucha falta de respeto. No me queda duda de que quien comete una violación, en el año y en el momento que sea, debe ser repudiado y si está vivo castigado, pero no nos hagamos eco de todas las campañas de enchastre que escuchamos, hay que investigar y corroborar antes de sentenciar.











jueves, 23 de julio de 2020

Alejandra y Adrian



Por Jorge Zabalza
salió en Semanario Voces
23 julio 2020



Adrián y Alejandra, mis vecinos del Bajo Valencia, son un joven matrimonio sin techo. Vivían de agregados en casa de familiares. Junto a centenas de familias necesitaban una la vivienda digna, derecho con garantía constitucional que el Estado negaba. Un buen día, espontáneamente, ocuparon el estéril baldío al norte de Santa Catalina. Se proponían poblar donde reinaba la chirca, tradición transmitida por sus padres y abuelos, fundadores de los barrios que se extienden al oeste de Camino Cibils. Una anónima obra de civilización que colonizó el espacio vacío con miles de casas.

Alejandra y Adrián se sumaron a la ocupación y levantaron su propio refugio con una pocas tablas y chapas. Podían haberse dedicado a resolver estrictamente lo suyo, pero, inspirados en los relatos que circulan en la zona, se propusieron levantar un merendero aprovechando los restos de un tanque australiano. Seis meses después, con el auxilio solidario de sindicatos y militantes, el merendero es una realidad. El matrimonio, además, está embarcado en la formación de una cooperativa por ayuda mutua afiliada a FUCVAM. Son luchadores, quieren salir organizadamente de la agobiante situación de marginación a que han sido empujados. Sin embargo, pronto les caería encima el Estado, con una furia inaudita e injustificada.

El miércoles 15 citaron a los ocupantes para una instancia de diálogo y negociación en el Sistema de Mediación de Montevideo. Participaban la Coordinadora de Asentamientos, la Cámara de Representantes, la Junta Departamental, la Intendencia de Montevideo y el fiscal Diego Pérez, que ya llevaba “formalizados” por asociación para delinquir una quincena de ocupantes. Toda una ceremonia institucional que, se presumía, tenía la laudable intención de resolver un conflicto social. El “país de los amortiguadores” en pleno funcionamiento. Adrián concurrió como referente de una importante movilización social y fue “atendido” como si hubiera cometido un delito al luchar por viviendas dignas para todas y todos los vecinos.  

El fiscal Diego Pérez, representante del gobierno nacional en la instancia, se despojó de su disfraz de amortiguador y mandó detener a Adrián Alanís. La instancia de “diálogo y negociación” se transformó en una trampa policíaco-judicial: el referente barrial resultó procesado por asociación para delinquir y usurpación, delitos que se le podrían imputar a cualquier ocupante de tierras, mujer u hombre, que angélicamente concurriera a la instancia de mediación convocada por las autoridades. Diego Pérez optó por declarar la guerra a los ocupantes y echar a andar la maquinaria represiva que reproduce sepultureros del régimen.

Sin decir diciendo, fundamentó su acto represivo en el antecedente judicial de Adrián quién, desde que fue dejado en libertad, ha trabajado en la construcción, conformado un hogar (Alejandra perdió su embarazo la noche del temporal) y, además, es conocido su largo esfuerzo en aras del bienestar colectivo. En realidad, su delito es haber nacido en la marginación y la exclusión.  

Pese a todo el discurso electoral sobre la necesidad de transformar las cárceles en centros de rehabilitación, cuando un liberado demuestra fehacientemente su voluntad de salir del delito, el colérico fiscal Diego Pérez se atribuye el derecho de condenarlo a vivir en la calle. ¡Cuánta saña gratuita e injustificada! Es un nuevo disparate del sistema de “justicia”. Con sus niñas y niños, algunos de brazos todavía, las familias ocupantes continúan soportando temporales y olas de frío bajo sus techos de cartón. En el aislamiento: gobierno y parlamento los ignoran. No es que los hayan olvidado, no saben que existen. Solamente les resta la esperanza de salir adelante con su cooperativa, que les adjudiquen un terreno y un préstamo para construir por ayuda mutua las viviendas de bajo costo. Esperan que fiscalía y el gobierno no opten por empujarlos al abismo. Hay soluciones, como siempre las hubo. Basta con que haya voluntad política.

Con el relato de lo sucedido a los creadores del “Nuevo Comienzo” (así bautizaron su barrio), se pretende poner de relieve las ideas que corren por detrás del escenario de los “allanamientos nocturnos”. La cosa va mucho más allá de una simple reforma constitucional o del debate jurídico, es una tentativa de instalar la ideología de la mano dura. En realidad, hay fuertes indicios de que ya es hegemónica y cuenta con la aquiescencia de los partidos y el electorado suficientes. La violencia de la actitud del fiscal Diego Pérez frente a la marginación social, es apenas una expresión individual de esa la filosofía de la mano dura que se propaga desde el poder político. En definitiva, es el mismo espíritu conque un energúmeno intentó quemar vivo al pobre Andrés que dormía en la calle. Se promueven las ideas y luego se sufren las consecuencias prácticas. Si las cosas continúan por el mismo derrotero, tendremos que llorar muchos Guillermo Machado más.

Jorge Zabalza














domingo, 19 de julio de 2020

viernes, 17 de julio de 2020

Usurpando el derecho a la vivienda



El miércoles 15 de julio fue detenido un referente de la ocupación del barrio Nuevo Comienzo de Santa Catalina. El compañero asistió de buena fe a una convocatoria realizada por el Sistema de Mediación de Montevideo en el edificio oficial del IMPO. La convocatoria fue realizada para iniciar un: “Proceso de Diálogo Colaborativo entre todos los actores involucrados” que sería “dirigido por terceros imparciales expertos en manejo de conflictos que facilitarán el diálogo”. Entre esos expertos se destaca la figura de Leonel Groisman, quien comandó la instancia de “negociación” a la que estaban convocados, además del compañero detenido, abogados de familias asentadas, la Coordinadora de Asentamientos, la Comisión de Vivienda Territorial y Medio Ambiente de la Cámara de Representantes, la Comisión de Asentamientos de la Junta Departamental, la Intendencia de Montevideo y el fiscal que lleva la causa de la ocupación, entre otros.
Mientras Groisman exponía las características del “proceso de diálogo”, el fiscal se comunicaba con la policía para que llegara a la sede del IMPO y se llevara detenido al compañero. En ese contexto, y enterados de la situación, un grupo de militantes del Nuevo Comienzo y de diversas organizaciones sociales que han apoyado la ocupación se acercaron a la sede del IMPO para solidarizarse. Ante la concentración de militantes el proceso de detención pasó por una instancia de negociación que de todas formas derivó en que Adrián quedara detenido en zona 4 y el jueves fuera trasladado a jefatura. Ante todo eso, quienes convocaron a la “negociación” que terminó siendo una “cama” al compañero, no aportaron nada concreto para evitar la detención.
El jueves a la mañana Adrián fue trasladado a fiscalía, en donde nuevamente recibió la solidaridad y el apoyo de decenas de vecinos, vecinas y militantes, aunque ningún “negociador” se hizo presente. El delito de Adrián: “asociarse” para “usurpar” terrenos baldíos y construir en ellos su vivienda. Nuevamente quedaban enfrentados propiedad privada y derecho a la vivienda, nuevamente prima el derecho a ser dueño de un terreno abandonado que el de tener un lugar en donde vivir. La fiscalía este jueves pidió una nueva prórroga, y recién mañana sabremos qué pasará con el compañero. Lo cierto es que la justicia “legal” desprotege cada día más a los más débiles, cada día defiende más la propiedad privada, y las leyes, para los pobres, se transforman en un cerco que los encierra en un espacio cada vez más miserable.

Ante esa situación no hay resignación.
Además de denunciar falsas negociaciones y manejos legales habrá que dar la pelea para que el derecho a vida digna esté antes que el el derecho al terreno baldío.

Adrián no está solo. El Nuevo Comienzo sigue pariendo rebeldía.
Los únicos usurpadores son quienes defienden la tierra baldía antes que la vivienda digna.

La Senda

miércoles, 15 de julio de 2020

Adios al compañero Daniel Astapenco

Se esparcieron las cenizas de Daniel Astapenco " Pedrito" en Santa Lucia del Este .


Conocí de su vida militante solamente de oídas. Ejemplo de tantas y tantos anónimos que dedicaron su vida a revolucionar el mundo. Vaya al compañero el abrazo fraterno que nunca le dí.

 Tambero




Un grupo de compañeros escribió: 

Daniel Astapenco “Pedrito”. Internacionalista.

Pudo haber sido uno de los tantos desaparecidos por la dictadura, pudo haber sido uno de los fusilados de Soca, uno de los asesinados por la dictadura chilena ó uno de los combatientes caídos en la lucha por derrocar la tiranía somocista en 1979.
Pero sobrevivió y murió ahora, el pasado 5 de julio
Fue de los que nunca se habla. Pero hizo. Por eso es necesario escribir estas líneas. Quizás algún joven que ande buscando rumbos para cambiar el mundo, encuentre algunos rasgos inspiradores en su singular e intransferible aventura vital.
En mayo de 1973, cuando tenía 18 años es requerida su captura por el ejército como integrante del  MLN y pasa a continuar la lucha en la clandestinidad, pero poco después la dirección del Movimiento le ordena salir del país. La organización estaba muy golpeada y no tenía infraestructura para soportar muchos militantes clandestinos. Contra su voluntad, viaja a Argentina y luego a Chile, junto a su compañera Elena, también requerida.  
Llegaron a Chile a finales de junio de 1973 cuando ya se avizoraba el golpe de estado contra el gobierno de la Unidad Popular. ( ya habia ocurrido el golpe en Uruguay) La salida del país que le habían prometido sería transitoria para prepararse y volver a la lucha contra la dictadura se alargaba angustiosamente. 
Esperando órdenes trabajó como obrero en Santiago. El ambiente político era tenso y se suponía que en caso de golpe de estado se incorporaría a luchar con las organizaciones populares para defender la democracia. Llegó el 11 de setiembre y no llegaron las prometidas armas, solo una visita de algunos dirigentes quienes los exhortaron a morir con dignidad.  
Nunca pensó en la posibilidad de asilarse, aunque su compañera estaba ya embarazada. Se incorporaron a las redes de la resistencia en la población de Barrancas en la periferia de Santiago. Allí sobrevivió de milagro a las razias durante el toque de queda, a la frenética búsqueda de extranjeros por parte de los militares golpistas, que si podían, fusilaban en el acto. A solicitud de las propias organizaciones populares chilenas, muy golpeadas, aceptó pedir refugio a Naciones Unidas para no comprometer la vida de quienes les daban cobijo.     
Así esta pareja de jóvenes estudiantes llega a la Cuba solidaria. "Pedrito" abraza a ese pueblo y forja una lealtad con sus trabajadores que marcaría el resto de su vida. Allí crían a sus hijos, trabaja en la construcción,  es obrero artesano de una fábrica de instrumentos musicales, estudiante brillante de Medicina y de Ciencias Políticas.
En Nicaragua el FSLN luchaba contra la tiranía de Somoza. Junto a otros uruguayos residentes en Cuba envía una carta a los revolucionarios nicaragüenses ofreciéndose para luchar voluntariamente junto a su pueblo. Pudo cumplir con ese anhelo, y llegó para ofrecer su vida en los combates en el Frente Sur. Fué un destacado combatiente, querido por sus compañeros por su valor y por su solidaridad. Se destacó como artillero con su cañon de 75 mm y en innumerables ocasiones estuvo bajo la mira de los aviones y los francotiradores somocistas.
Pudo festejar la victoria popular del 19 de julio de 1979, cuando aquella gesta alentaba también la lucha en Uruguay y en toda América Latina.  
 En otras etapas de su vida, ya en Uruguay, fue obrero gráfico, poeta, artesano, pintor, chofer.
Sus convicciones lo llevaron en cierta etapa a no integrar formalmente ninguna organización revolucionaria. Nunca abandonó su vocación internacionalista. Donde había una causa justa de un pueblo hermano, donde había un revolucionario enfrentando situaciones difíciles, allí sentía que debía estar.  Procuró ayudar a todo el que pudo y en forma destacada a la resistencia chilena.
Cuando en 1999 el pueblo uruguayo luchaba por una sociedad más justa, junto a su pareja y a otro compañero, Hernán Castro, fundaron  un semanario para colaborar con la lucha popular. 
Nunca firmó un artículo, nunca publicó su foto, nunca entendió la militancia como un mérito. Era su oxígeno, la necesitaba para sentirse humano. Acciones que otros calificarían de audaces para él eran solamente lo que exigía la propia dignidad.
Intransigente con la cobardía, con la delación a los compañeros de lucha, con el acomodamiento y con la flaqueza ante ofensivas de las oligarquías y el imperialismo.
Lector insaciable, pensador profundo y poseedor de una habilidad manual destacada.
Un día escribió: 

Amamos tanto la vida!!!
pero no estamos dispuestos 
a vivirla a cualquier precio
Odiamos tanto la muerte!!! 
pero no estamos dispuestos 
a evitarla
a cualquier precio
Porque existen cosas
que amamos más que la vida
porque existen cosas 
que odiamos más que la muerte
                                 
Era un radical. Nada que no fuera de raíz lo colmaba. Su horizonte de un mundo solidario no necesitaba expresarlo en sus diálogos, se manifestaba en cada pequeño detalle de su cotidianeidad, en su persistente rechazo a toda trampa adormecedora del entorno.
Todos los que lo conocimos bien, extrañaremos por siempre sus acciones y sus (pocas) palabras.











sábado, 4 de julio de 2020

Entrevista a Hugo Blanco líder campesino peruano




Aquí sus respuestas ante la controversia desatada por el documental Hugo Blanco, Río Profundo: https://vimeo.com/319345132

Roberto Ochoa /Diario “La República”, SERPAL, 01.07.2020

“Cualquiera que sea el presidente de turno serán las grandes empresas transnacionales y sus instituciones financieras las que ganen. Por ello es necesario cuestionar todo el sistema”. Hugo Blanco

En este envío les adjuntamos la entrevista realizada por Roberto Ochoa al líder campesino peruano Hugo Blanco publicada en el diario “La República”. Pese a su extensión, hemos preferido incluir el texto completo, ya que a raíz de la difusión del documental “Hugo Blanco, Río Profundo”, se ha generado una serie de ataques y difamaciones a quien representa una referencia histórica del movimiento campesino, indígena y ecologista no solo de Perú, sino de toda América Latina.

Los autores de esos ataques son militares que colaboraron con el golpista Fujimori, dirigentes de la derecha peruana, y varios medios de comunicación. Su encarnizamiento, solo ha servido para realzar la trayectoria de Hugo Blanco, que tiene hoy 86 años, y para provocar miles de adhesiones en un Manifiesto que firman líderes campesinos, indígenas y políticos de diversos países, periodistas, sindicalistas, etc.  

NdeR: Redacción de SERPAL Servicio Prensa Alternativa

Hugo Blanco: “No fui ‘guerrillero castrista’ ni terrorista”

Por Roberto Ochoa /Diario “La República”, Perú *

RO - Radica en México pero viajó a Europa para conocer a su nuevo nieto nacido en Alemania. Poco antes decidió visitar a su hija Carmen en Suecia y fue ahí donde lo agarró la pandemia. Farid Matuk nos hizo el contacto con Carmen Blanco, quien amablemente nos pidió enviar las preguntas por escrito porque Hugo Blanco “ya no puede responder telefónicamente”. Aquí sus respuestas ante la controversia desatada por el documental Hugo Blanco, Río Profundo”

RO - ¿Está al tanto del revuelo provocado por la exhibición del documental “Hugo Blanco, Río Profundo”?

HB - Sí, estoy al tanto del revuelo causado en el Perú y a nivel internacional. Y estoy también conmovido por las múltiples expresiones de solidaridad que me llegan desde diversos rincones del Perú y del mundo. Tanto por parte de aquellos que llevan a cabo luchas afines a las que yo he llevado pero también de gente joven que hasta ahora ni sabía de mi existencia pero que ahora se ha interesado por mi trayectoria de luchas.

A diario nos llegan a mí y a mi hija Carmen decenas de mensajes solidarios por correo electrónico y otros medios sociales; agradezco todas esas expresiones de solidaridad, incluyendo aquellas de personalidades, gremios y organizaciones que se han pronunciado. Una vez más, la solidaridad nacional e internacional, me reconforta tal como lo hicieron cuando se pedía para mí la pena de muerte -en los -60, durante todo el juicio, cuando estaba preso en Arequipa y El Frontón y ante otros intentos por eliminarme o estigmatizarme que han habido también posteriormente por ejemplo durante los años 80.

RO - ¿Le gustó el documental?

HB - El documental está motivado desde la perspectiva de una joven cuya vida fue influida tanto por las luchas por la tierra indirectamente a través de relatos de su padre, así como por los procesos históricos sangrientos de la década de los 80 y los 90.

De esa manera el documental parte de las percepciones de la cineasta pero a su vez contribuye a recuperar fragmentos de la historia de las luchas colectivas en el Perú y ayuda a que las nuevas generaciones conozcan la historia de luchas colectivas que no es la que normalmente enseñan en las escuelas. Es por lo tanto de mucha importancia que el documental se esté mostrando en provincias y municipios del país como se ha estado haciendo los últimos meses, de manera que los jóvenes entiendan que son las luchas colectivas de sus antepasados quienes abrieron brechas para sus derechos.

Esto en contraposición a sectores que aun teniendo como intención combatir las injusticias, se crean dueños de "la verdad" y la intenten imponer por la fuerza.

Personalmente lo que yo considero más importante de mi trayectoria de vida es la lucha porque la tierra sea de quien la trabaja, la organización de esa lucha en forma democrática y decisiones en asambleas y la reivindicación y dignificación de la población indígena y campesina. Y es importante también que se recuerden las consecuencias que esas luchas traían para los luchadores sociales, en mi caso personal la larga prisión en la isla penal El Frontón.

Pero aclaro, no soy cineasta ni documentalista, Malena Martínez sí lo es, así que ella sabrá por qué tocó determinados aspectos en la película y no otros. Y ahora valoro que el documental haya también abierto paso a reflexiones y discusiones sobre esos procesos así como entrevistas como ésta, las cuales me permiten decir lo que yo considero importante.

RO - Militares retirados cuestionan la exhibición del documental y lo califican como “apología del terrorismo” y lo tildan de “guerrillero castrista”. ¿Qué les respondería?

HB - Quisiera aclararles que no fui “guerrillero castrista” ni “terrorista”. El proceso colectivo del cual fui parte, fue una reacción frente a los abusos y explotación al campesinado de La Convención y el servilismo policial ante los latifundistas de tipo feudal, quienes hacían abuso de poder y violentaban a los campesinos. Entonces, fue la asamblea de delegados del campesinado indígena de la provincia de La Convención, departamento del Cusco, la que decidió organizar la autodefensa armada, y fue en esa asamblea donde se me designó en forma democrática para dirigir dicha autodefensa.

RO - Hace un año se celebraron los 50 años de la Reforma Agraria “velasquista”. Si usted precisamente luchó por esa reforma ¿por qué fue deportado por el general Velasco?

HB - La Reforma Agraria, liquidación de latifundio semifeudal, la inició el campesinado quechua de la “Federación Provincial de Campesinos de La Convención y Lares” (FEPCACYL), donde la tierra pasó a manos de quienes la trabajaban. Viendo eso, los indígenas y otros campesinos de la sierra peruana iniciaron o continuaron también sus respectivas luchas por el derecho a la tierra y contra el sistema de haciendas.

Ante estos procesos que amenazaban por remecer al sistema y desbordar, el general Velasco intentó buscar una salida que no amenazase la raíz del problema de la tierra, histórico problema en el continente americano desde la invasión y conquista. Es así que él dio inicio a un proceso de reforma agraria o sea de redistribución de la tierra pero conciliando con los hacendados.

Por tanto Velasco defendía los intereses del sistema capitalista que deseaba deshacerse de los vestigios feudales para dar paso a un sistema de explotación de la tierra más acorde con el capitalismo. Mientras que yo obedecía órdenes de las organizaciones campesinas quienes deseaban que la tierra fuese no solo trabajada sino además organizada de acuerdo a los criterios propios, probablemente inspirados en formas históricas de organización de la agricultura.

Yo fui perseguido y apresado estando como presidente Belaunde Terry, luego por medio de un golpe de estado entró de presidente el general Velasco, quien después de un tiempo nos amnistió a mí y a otros compañeros que habían luchado por el derecho a la tierra. Sin embargo ante mi negativa a cooperar con su gobierno, dispuso que yo viviera en Lima, y que no fuese a la sierra, castigo para alguien cuya base de luchas es el campo, probablemente temía que me reintegrara a la lucha campesina.

No conforme con eso, luego optó por deportarme, lo cual es anticonstitucional puesto que no se puede deportar a ciudadanos de su propio país.

RO - ¿Cree usted que esa reforma funcionó?

HB - La Reforma agraria de Velasco funcionó solo parcialmente. Esto no solo porque la redistribución y nueva organización se hizo en forma verticalista desde el criterio de funcionarios agrarios del estado, sino además porque el campesinado tuvo que pagar a los usurpadores descendientes de los conquistadores por sus propia tierra. Es decir aquellos campesinos que habían sido siervos no pagados, debían pagar por su tierra, quedando así sin dinero para herramientas, semillas, fertilizantes y otros y sin dinero para dedicarlo a la educación de los hijos, medicinas, etc.

Posteriormente vemos además que hubo una contrarreforma agraria neoliberal, la cual implica que si bien ya no existen los hacendados como tales, hoy son las empresas agroexportadoras, las cuales en especial en la costa controlan hoy inmensas extensiones de tierra. En éstas no se cultiva para satisfacer las necesidades alimentarias de los peruanos sino para proveer de alimentos a otros países. Es así que en el Perú, situado en la región central andina que es históricamente uno de los centros agrarios del mundo puesto que allí se domesticaron alimentos como la papa, la quinua, el maíz, etc. nuestra población padece aún de desnutrición. Y esto sucede de una manera escandalosa primordialmente en las zonas rurales.

RO - El historiador y arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras nos dijo en una reciente entrevista que “Velasco responde a una estrategia internacional para impedir procesos como el que se dio en el Perú con Sendero Luminoso. No fue una iniciativa exclusivamente peruana. En realidad, se construyó una plataforma de acción estatal que tratase en lo posible de impedir que las grandes demandas populares tuvieran éxito. Una de esas demandas era el tema del petróleo, de la reforma agraria...”, ¿comparte esta opinión?

HB - Comparto ese análisis. Fueron momentos en los cuales el sistema capitalista al ver que la injusta y desigual distribución de la tierra a lo largo de toda América Latina podía llevar a una múltiple y sincronizada explosión social que era necesario evitar. Vieron que la lucha por la tierra tomaba fuerza en varios lugares de la región latinoamericana, esta vez ya no solo en base al injusto acceso a la tierra sino además inspirada en la revolución cubana la cual a pocos meses de iniciada dio paso a una reforma agraria.

Por tanto o realizaban ellos mismos reformas agrarias bajo control del poder o corrían el riesgo de reformas agrarias que no quedasen en eso, sino pudiesen desarrollarse en revoluciones que cuestionen no solo las inequidades en relación a la tenencia de la tierra sino que pudiesen pasar a cuestionar las inequidades a todo nivel.

Es por ello que país tras país durante la década de los 60 e inicios de los 70 se apuraron o "fueron apurados" a hacer reformas agrarias que en parte mitigasen las injusticias en el campo y frenasen así las luchas campesinas.

RO - Una pregunta personal ¿por qué está en Suecia y no en México?

HB - Mi hijo Marco David y su compañera, que viven en Alemania iban a tener un bebé, por tanto mi compañera, Ana y yo quisimos estar cerca. Yo aproveché antes del nacimiento de mi nieta para visitar a mi hija Carmen que vive en Suecia, pero a pocos días de mi llegada a Suecia se declaró la pandemia y aquí me tienes aún hasta que se normalice la situación sanitaria mundial y pueda volver a México donde mi compañera. Yo por mi edad pertenezco a los grupos de mayor riesgo y el viajar en estos momentos no sería nada sensato.

RO - ¿Cuándo fue la última vez que estuvo en Cusco?

HB - Estuve en una visita corta el año pasado, y hasta hace tres años vivía en Lima así que podía ir allá a menudo. Extraño mucho al Cusco que es como mi madre y recuerdo una canción en quechua que aprendí de niño:

“Qosqo llaqta (Pueblo de Cusco)                                                                 

Qhapaq mamay (Poderosa madre)

Inka yawarniq samisqan (Impregnada de sangre Inca)”

RO - ¿Mantiene contacto con los campesinos que lo acompañaron en La Convención?

HB - Hace aproximadamente seis años celebré mis 80 años recorriendo lugares emblemáticos para esas luchas y visitando a mis compañeros en La Convención. Eso fue muy importante para mí. Desgraciadamente muchos de los campesinos de mi generación con los cuales luché, no manejan el internet, pero de vez en cuando sus hijos o nietos se comunican conmigo y me transmiten sus mensajes. Hace poco me dolió mucho enterarme a través de la nieta de Gerardo Carpio de su fallecimiento, él fue uno de los que luchó conmigo en la autodefensa.

Y ahora con el revuelo a raíz del documental son varios los jóvenes nietos de mis compañeros de lucha de La Convención que se han contactado conmigo pues ven estos ataques como agresiones también a las luchas de sus padres y abuelos. También me han contactado jóvenes de otros lugares, son hijos de gente a quienes he acompañado en sus luchas ya sea por el tema de la tierra como en Puno en los 80, así como en luchas contra el extractivismo en Ayabaca y Tambogrande en Piura, Celendín y Bambamarca en Cajamarca, diversos puntos del Cusco como por ej. Espinar, Valle del Tambo en Arequipa, etc. Ellos me contactan diciendo que se acuerdan de mí de cuando niños o que sus padres les han contado que me conocieron y a veces me cuentan que ellos mismos están también insertos en luchas actuales, mensajes que me hacen sentir esperanzas en el futuro. Por ejemplo, el Sindicato Único de trabajadores de Construcción Civil de La Convención se pronunciaron hace unos días en mi apoyo, lo cual me hace deducir que hay hijos o nietos de quienes lucharon conmigo por la tierra entre sus filas o que esos jóvenes llevan la memoria colectiva en sí.

RO - ¿Qué le recomendaría a la izquierda peruana?

Les recomendaría que entrelacen las luchas sociales tradicionales con las luchas en defensa de la Pachamama, estas luchas son en defensa de la vida misma y debieran involucrarnos a todos quienes somos afectados por el sistema. El capitalismo está perpetrando sistemáticamente ecocidios por doquier, estas agresiones a los ecosistemas amenazan la reproducción de la vida y su continuidad. Tanto los incendios forestales, la escasez de agua y su envenenamiento, las catástrofes naturales y probablemente incluso esta pandemia son consecuencia del desprecio por la vida que tiene el sistema.

Por ellos les recomendaría a las izquierdas si es que no lo hacen ya que unan las luchas sociales que la izquierda siempre ha llevado adelante con las luchas en defensa de la Pachamama. Para eso les recomiendo la realización de asambleas de los diversos sectores de oprimidos en las cuales se muestre cómo todo está conectado, entrelazado. La vida es un tejido vivo y es hora de que las izquierdas defiendan todo ese tejido vivo.

Y de paso les recomendaría que escuchen y aprendan de las diversas luchas y las respeten. Esto significa dejar de lado los dogmas y el verticalismo que caracteriza a la izquierda tradicional.

RO - ¿Es cierto que usted fue aprista antes de militar en un partido trotskista?

HB - Yo no fui nunca militante aprista, pero mis hermanos mayores Luisa y Oscar si eran apristas y fueron reprimidos por serlo, así que yo de muy joven simpatizaba también con el Apra en tiempos que éste era aún un partido antiimperialista y antes de su deformación y giro a la derecha, pero nunca entré al partido.

RO - La pandemia sacó a relucir las enormes desigualdades sociales y la precariedad del Estado peruano ¿Cómo ve al Perú a punto de celebrar el Bicentenario de la Independencia?

HB - Para empezar diría como ya han dicho sectores radicales en muchos lugares de América Latina donde ya se cumplieron los 200 años de inicio de la etapa republicana: “no hay nada nada que celebrar”.

Por un lado siguen las injusticias contra indígenas afrodescendientes y amplios sectores de las sociedades latinoamericanas siguen sumidas en la pobreza puesto que los despojos, saqueos y ecocidios iniciados hace 500 años continúan. Sigue también la desigual distribución de la tierra y el agua vitales para la subsistencia y continúan también el racismo, el machismo agrava, etc.

Por tanto nuestros países no son nada “independientes” sino son regidos hoy en día ya no por un país colonialista en específico pero sí por los mandatos del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y las transnacionales que saquean el planeta. La “Independencia” fue independencia política de España, de la que éramos una colonia, pero estamos aún insertos en un sistema global injusto de dominación que nos trata como colonia de las referidas empresas y los organismos internacionales que ya nombré. Además se mantiene en nuestras sociedades aún una forma colonizada y colonizante de ver no solo a la Pachamama y a los seres que viven en ella, incluyendo a la gente.

Esto hace que cualquiera que sea el presidente de turno serán las grandes empresas transnacionales y sus instituciones financieras las que ganen. Por ello es necesario cuestionar todo el sistema y no ser inducidos a celebrar una “independencia” que no es tal.

RO - Usted tuvo una vida de película ¿se arrepiente de algo en su trayectoria política?

HB - Probablemente cometí muchos errores, pero no me arrepiento por ellos, pues cuando actué lo hice sin saber que estaba equivocado.

 * Publicado en La República (Perú), 22/06/2020

Roberto Ochoa /Diario La República /Servicio de Prensa Alternativa