"Las élites pudieron consumar el golpe en su reducto político de la legalidad y las instituciones burguesas. ¡En los ‘70 el ‘golpe a la uruguaya’ también comenzó en el parlamento con la declaración del estado de guerra interna!... ¿Habría sido posible la canallada con un millón de manifestantes acampando en el Planalto? Si otro millón más tomaba la avenida paulista ¿se habrían atrevido a reprimirlo? Se creó un ejército de millones de consumidores desvinculados de la política y de los partidos y dicha creación debilitó al movimiento popular, facilitando a los conspiradores. Es como serruchar la rama donde uno está apoyado… ¡pero ojo! Que los pueblos no dejan arrebatar sus conquistas aunque los revuelquen contra el suelo."
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viernes, 2 de septiembre de 2016
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