A los compañeros que tomaron el cuartel de La Tablada
por Jorge Zabalza
(adhiriendo al acto organizado por el ENCUENTRO PARA LA UNIDAD LATINOAMERICANA en Boedo, Buenos Aires)
En dos ediciones de “Mate Amargo”, del 1º y del 15 de
febrero de 1989, Raúl Sendic adelantó que intentaría “abrirse paso hacia los hechos en medio de una tupida trama de mentiras”.
Inicia el camino recordando que la democracia argentina estaba muy recortada y
que Alfonsín gobernaba bajo tutela de la facción golpista bautizada “carapintadas” : ”Después de los levantamientos de Rico y Seineldin no hay un régimen constitucional
pleno como ahora se pretende, sino una ‘dualidad de poderes’. Ya se vio con qué
pereza y desidia las supuestas tropas que supuestamente respondían al
presidente cumplían sus categóricas órdenes de aplastar la rebelión [de los
´carapintadas´]….Y ahora, “al parecer
ha escapado a los analistas que la adhesión descarada del jefe de La Tablada no
es al presidente Alfonsín sino a Seineldín, cuando manifestó algo así como
‘sabía que no era gente de Seineldin, porque yo soy hombre de Seineldín y me hubiera
avisado´(….)”. En esas condiciones, a fines de 1988 el Movimiento Todos por la
Patria denunció la existencia de una nueva conspiración golpista y que el
cuartel La Tablada era la sede del apoyo al nuevo levantamiento
“carapintada”. Raúl Sendic explicaba que:
”los hechos que hemos podido rescatar en
medio de tantos infundios son: un grupo de combatientes, algunos de conocida
trayectoria anterior y que militarían en el Movimiento Todos por la Patria
aunque no involucran a todo ese movimiento, hicieron una valoración de las
amenazas de golpe militar que mencionamos anteriormente. Como la información
que tenían e hicieron pública a través de Jorge Baños, incluía un exterminio
físico de la izquierda, entre otras cosas, resolvieron adelantarse a los acontecimientos.
Aunque aquí también la historia nos puede desmentir, es muy probable que se
hayan equivocado en la valoración política de la acción. Pero este no es el
centro de nuestro análisis…..”
Alfonsín observa el cadáver de una militante asesinada durante el copamiento. Cedoc
El centro estaba en la flagrante violación de los
derechos humanos que el sistema omitía denunciar: “En estos días –tanto por la televisión como por la prensa escritas- se
han publicado imágenes mostrando como después que los guerrilleros que ocuparon
la tablada se entregaron, y eran conducidos con las manos en alto, fueron
ametrallados cobardemente por los uniformados. Estos crímenes de guerra se
habían cometido por millares en la Argentina, pero esta vez se hizo a la vista
del pueblo (con la ayuda de los que manejan los medios de prensa que crearon la
histeria necesaria para que los asimilaran), a la vista de los políticos y a la
vista de la prensa. Y ¿cuántos de éstos insinuaron una crítica o un discurso condenatorio?” (…) “Que
los que vieron y ocultaron el asesinato de prisioneros en La Tablada no nos
vengan a decir que nunca participaron de la violencia. Ellos tendieron la
cortina de humo de su terrorismo verbal sobre los prisioneros para justificar ante
el pueblo esos asesinatos. Ellos colaboraron y encubrieron la violencia en su
forma más cobarde”.
Veinticinco
años después
Aquel 23 de enero, apenas los informativos empezaron a
echar espuma por la boca, nos encontramos varios miembros de la dirección del
MLN (T) para una reunión citada anteriormente… dos ex guerrilleros, de esos que
nunca empuñaron un arma, traían garabateado el borrador de una declaración con tono claudicante,
acusaban al Movimiento Todos por la Patria de haberse dejado manipular por los
“servicios” y proponían separar las aguas para no contaminarse. Intentaban dar garantías “a quién correspondiera” de que los
tupamaros respetaríamos la legalidad que
nos permitían disfrutar. Los dos proponentes venían con el respaldo del actual
ministro de defensa del gobierno del Frente Amplio en Uruguay. No tuvieron
suerte, pues varios viejos sobrevivientes nos negamos a un renuncie tan
tremendo (recuerdo a Andrés Cultelli, entre ellos) y, para decidir el diferendo, se convocó a un
Comité Central para esa misma tarde.
Apenas nos sentamos, tomó la palabra Raúl Sendic y, con su
acostumbrada actitud guerrillera, indicó el camino por dónde se puede transitar
hacia la Revolución aún en plena democracia
burguesa. Están asesinando a los compañeros, torturan a todas y todos y tal vez
hayan desaparecido a varios, hay que denunciar e intentar protegerlos de alguna
manera. Que nadie se ponga a discutir coyunturas, ya podremos aclarar las cosas
directamente con los compañeros. No hay necesidad de más reuniones ¡A organizar
la solidaridad sin dejarse amilanar por el malón reaccionario! Después hizo un
par de comentarios elogiosos sobre la audacia y la técnica demostradas al tomar
uno de los más poderosos cuarteles de Buenos Aires: en sus expresiones había
mucha admiración y respeto al coraje con que se combatió durante treinta horas
en condiciones de mucha desigualdad. La dignidad de Raúl Sendic, el
revolucionario, llamó a silencio a los claudicantes y, en consecuencia, el MLN
(T) no se sumó al coro y se negó a señalar compañeros con el índice.
No sólo fueron declaraciones y artículos. Conocida la
postura del MLN (T) comenzaron a llegar las y los perseguidos desde la vecina
orilla, golpeaban la puerta de Ejido 888 donde vivía Raúl Sendic, llegaban al
local central del MLN (T) y a CX 44 Radio Panamericana, la “radio de los
tupas”. Ninguno quedó a pie, a nadie le faltó una cama y un plato a compartir. Al
amparo de la firmeza de Raúl Sendic, una
estaca de principios, se organizó una red de solidaridad, aunque fue preciso
eludir el espionaje de los de afuera y la vigilancia de los de adentro. Todas y
todos los “emetepé” pudieron refugiarse en tierras menos tuteladas por los aparatos policíaco militar.
La enfermedad ya
había herido de muerte a Raúl Sendic. La condena moral a los crímenes de las
fuerzas armadas y la solidaridad incondicional con los desaparecidos, asesinados
y torturados en la toma de La Tablada fueron los últimos remolinos de
revolución que armó. En Uruguay nos estamos preparando para recordar que
llevamos 25 años a la deriva, 25 años sin Raúl Sendic timoneando la chalana.
¡Cómo olvidar entonces la toma de La Tablada, tan ligada a su memoria!
¡Cuánto extrañamos aquella audaz locura de atravesar el
continente entero para ejecutar a Somoza, el peor de los asesinos!
¡Cuánto extrañamos aquella locura audaz de navegar el
Caribe en un yate enclenque, desembarcar en Alegría de Pío y colocar la piedra
fundamental de la Revolución que todavía ilumina a los pueblos de América
Latina!
¡Cuánta falta nos hacen los locos y los audaces en estos tiempos tan jodidamente cuerdos y
prudentes!
¡Patria para todos o para nadies!
¡Arriba los que luchan!
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