domingo, 26 de mayo de 2013

Las patas de la sota

Salerno, Cultelli y Zabalza caídos en Pando, una toma que comandó Amodio

 Por Jorge Zabalza

Desde 1968 a 1972  Alicia Rey Morales y Héctor Amodio Pérez integraron diferentes organismos de dirección del movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros). Fueron de los cuadros más importantes del movimiento guerrillero, organizaron la columna 15 que fue la que demostró mayor eficiencia  y capacidad operativa,  comandaron y participaron en muchas de las operaciones de mayor trascendencia, tomaron decisiones que afectaron  la vida y la muerte de muchas personas. Hoy se muestran como inocentes de toda responsabilidad, como si nunca tuvieron  nada que ver con el “accionismo”, el “sancionismo” y el “militarismo”, los males que determinaron la debacle del MLN (T) y en los cuales esta parejita tuvo muchísmo que ver. 
El 16 de marzo de 1972 luego que se comproboran una serie de maniobras que realizó para impedir que Raúl Sendic y Eleuterio Fernández Huidobro integraran la dirección del  Movimiento, Héctor Amodio pidió ser enviado a Chile y hacerse cargo de la columna organizada en ese país por quienes allí estaban refugiados. Se resolvió “sacarlo” a Chile pero sin ningún tipo de responsabilidad. Implícitamente se lo estaba dando de “baja” de la organización y alejándolo del teatro de operaciones por tener dudas sobre cual podría se su reacción en caso de ser apresado. No fueron diferencias políticas el motivo de su separación del MLN(T), fue él susto.
El 25 de mayo  de 1972 Amodio fue detenido por tropas del Batallón Florida y, según relata, se tragó todas las pastillas de “Vallium” que usaba diariamente para calmar sus nervios. Al despertar en la camilla de la enfermería, se encontró con el teniente segundo Armando Méndez, que por ser hijo del general homónimo tenía mucho peso en la cadena de mando de la unidad. Rápidamente llegaron a un acuerdo: a cambio de organizar el caos de información amontonada en el despacho de la recién nacida OCOA, serían dejado en libertad el matrimonio. Es de remarcar que en ninguna de sus extensas cartas dice haber sido interrogado bajo tortura, no pasó por las barbaridades que sufrieron todas y todos, no se quebró en la tortura.  Amodio dice que lo hizo por amor a Alicia Rey Morales, que  traicionó para salvarla de la tortura. Al parecer no tenïa ningún sentimiento hacia quienes mandó a la tortura y la muerte. Desde que fundaron el movimiento guerrillero, Alicia y Amodio sabían a qué peligros se exponían, no eran una parejita de ingenuos quinceañeros. Si algún día llego a traicionar a los demás para salvar a Veronika, estoy seguro que ella me deja de amar. 
Armando  Méndez consultó al general Cristi, comandante de la Región No. 1, la más poderosa del Uruguay, quién autorizó lo solicitado por  el subalterno. Evidentemente el mando adjudicaba al trabajo realizado por la pareja la importancia suficiente  para correr el riesgo de otorgar esa mini-amnistía clandestina e ilegal.  Alicia y Amodio sistematizaron la información para que pudiera ser utilizada en perseguir, detener y torturar a miles de personas. Sin Amodio la OCOA no habría sido tan efectiva o, por lo menos, habría demorado bastante más en disponer del archivo que necesitaba para cometer sus crímenes contra la humanidad y, tal vez, mucha gente estaría viva todavía.  En sus cartas Amodio resta importancia al accionar de OCOA, pasa por alto la historia de los desaparecidos y asesinados en la Cuenca del Plata, le hace un servicio ideológico a sus  compinches del terrorismo de estado
La primer tarea que realizó Amodio para la OCOA fue de espionaje a sus propios compañeros. Lo metieron en la celda donde estaban Adolfo Wassen y Rodolfo Wolf. Un drama digno de la pluma de Shakespeare: dos prisioneros, torturados hasta el cansancio por los verdugos, confían ciegamente en un tercer prisionero, sin saber que éste último está asociado con los torturadores. Cuenta Samuel Blixen en su libro “Sendic”:   “Amodio no sabe dónde está el local de la cárcel del pueblo, sí sabe que Rodolfo Wolf conoce el lugar. Héctor (nombre de guerra de Wolf) aguanta la tortura hasta el límite de sus fuerzas y los torturadores temen un ataque al corazón o un intento de suicidio, con lo que perderían preciosa información. Entonces Amodio, que lleva años militando junto con Wolf, lo convence de que es necesario aportar la información, que hay una negociación y que todo depende de que se rescate a los prisioneros con vida. Wolf no sospecha. Mantiene por su jefe el respeto y la admiración surgidos en la intensa militancia en la que ambos se han jugado la vida muchas veces. Y le revela el secreto. El 27 de mayo el ejército rodea la casa de la calle Juan Paullier; la ama de casa que da cobertura avisa desesperadamente a los cuatro tupamaros que están de custodia en la pieza subterránea ubicada debajo del garaje, que el ejército sabe que allí están los prisioneros y que Amodio quiere hablar con ellos antes de que se cumpla la orden prevista de ejecución en caso de allanamiento".  A dos días de ser detenido, Héctor Amodio Pérez cosechó su primer éxito en su carrera de traidor.



 
Entregada la cárcel del pueblo y prontos los archivos de la OCOA, Amodio había ganado su libertad pero, para disfrutar de ella necesitaba las treinta monedas. Debía vender algo más. Conspirando con Armando Méndez y otros de los oficiales del “Florida”, en setiembre de 1972 logró entrevistarse nueve horas con el periodista Federico Fassano. Le entregó un manuscrito para editar un libro con la “verdadera historia del MLN (T)”, presumiendo que los derechos de autor serían suficientes para cubrir sus gastos en el exterior.  En su historia acusaba a Wilson Ferreira Aldunate, Enrique Erro, Zelmar Michelini, Liber Seregni y Héctor Gutiérrez Ruiz de estar vinculados al MLN(T).  Falsedad total. Además de traidor, mentiroso. Las acusaciones vinieron como anillo al dedo a los generales Cristi y Gregorio Álvarez para desprestigiar los parlamentarios y servir de excusa al golpe de Estado en desarrollo.  Esta conspiración entre los capitanes, Amodio y los generales golpistas se hizo a espaldas del comandante del ejército general César Martínez y del jefe de inteligencia Ramón Trabal. Orgulloso de estar sumergido en toda esa mierda, Amodio confió a Fassano que estaba participando en los actos preparatorios del golpe militar.  Fassano informó de inmediato a Seregni y a Wilson de la amenaza y éste lo denunció al presidente Juan María Bordaberry. La ejecución del plan golpista quedó postergada por unas semanas.  

Reenganche

Cuarenta años después, Amodio reengancha en la vida política con otra “historia verdadera”, una serie de anécdotas inconexas destinadas a justificar su cobardía.  Sin embargo en ella confiesa que militó en la OCOA y que salía uniformado de patrullaje. Hasta ahora las pruebas de la traición, eran los testimonios de sus víctimas, pero su confesión descarada releva de toda prueba. Es un traidor confeso. Miente cuando dice que se ponían uniformes a todos los que eran conducidos al Hospital Militar o el Juzgado Militar. Miente cuando dice que nadie lo acusa de haberlo “marcado”: Julio Marenales lo reconoció cuando lo detuvieron y le lanzó una granada que no explotó.  Héctor Amodio Pérez debe presentarse en un juzgado penal para hacerse cargo de su complicidad en los crímenes cometidos por la OCOA.Tal vez debiera incluso declarar en la causa del Plan Cóndor en Buenos Aires pues la OCOA fue el instrumento uruguayo del terrorismo regional.
Traición y mentira es el contexto ético y moral de su reaparición en el escenario político. La historia que Amodio cuenta es la historia contada por un traidor mentiroso.  Amodio relata varios episodios inconexos para justificar su cobardía y enlodar al movimiento revolucionario. Por supuesto, la historia del MLN(T) tuvo sus claros y oscuros, como todas las historias de las revoluciones en el Uruguay y en América Latina. La historia la hace las mujeres y los hombres con sus pequeñeces y miserias. El Partido Nacional fue fundado por alguien apodado el “degollador” y tuvo entre sus héroes a Antonio Floricio Saravia, el “Chiquito”, que con la mejor de las intenciones cometió una atrcidad en casa de la familia Muniz y para reivindicar su condción humana cargó a pecho descubierto hasta que lo mataron. Del Partido Colorado mejor ni hablar, toda su historia está tachonada de intrigas, golpes militares, asesinatos y genocidio.
La historia de los tupamaros está iluminada por el heroísmo de las compañeras y los compañeros. La falsficación que hace Amodio es perversa, en particular con la memoria de Raúl Sendic y Adolfo Wassen,  que no pueden defenderse y que durante once años fueron sometidos a condiciones de aislamiento y a un hostigamiento permanente. Mientras el traidor disfrutaba de su mal habida libertad, los médicos militares dejaron morir a Wassen aquejado por un cáncer que podía haber sido controlado. Las cartas de Amodio tienen la mira puesta en desprestigiar la memoria de Raúl Sendic y de todos los revolucionarios, presentándolos como seres despreciables, capaces de las peores aberraciones. Las cartas de Amodio son la continuación de aquellos enormes libracos infames dirigidos a “la Nación”,  que publicaron las fuerzas armadas en los setenta. Están claramente dirigidas a desalentar los jóvenes que hoy día mantienen aspiraciones y esperanzas revolucionarias. 

 "Soy el Rufo y no me entrego"

Es un operativo para espantar el fantasma que siempre acosa a los sectores más reaccionarios, la idea de una revolución socialista. No parece que Amodio acometa esta empresa sin compañía... quiénes serán sus socios en esta nueva “operación enchastre” tan parecida a la 1972?. Cuántas serán las monedas que le redituará su reaparición?
Hay periodistas que saludan con alborozo que “ahora sí se sabrá la verdad sobre la sórdida historia de los tupamaros”. Tal vez a muchos de ellos les pase desapercibido que la traición y la mentira son la materia prima de la versión Amodio y acompañan su jueguito de mosqueta. Por supuesto habrá otros periodistas que comparten con  Amodio el odio a la revolución y a los tupamaros y se ubican en la misma trinchera que Héctor Amodio Pérez. Para ellos su traición no fue traición sino simplemente treparse al carro de los “buenos”, del terrorismo de estado necesario para impedir que la patria cayera en manos de la subversión y el comunismo.  En ese marco ideológico  comienzan a agitar nuevamente los casos de Pascasio Baez y Roque Arteche, como otros los agitaron en las radios, la tele y las tapas de los diarios durante toda la dictadura, como lo hicieron en 1987 todos los medios de comunicación para hacer campaña por la Impunidad de los criminales. El de Baez y el de Arteche fueron homicidios injustificables y por ellos pagaron en tortura y verdugueo varios hermanos y hermanas míos, bastante los persiguieron, algunos enloquecieron, otros murieron en prisión. No son de “lesa humanidad” como dije cuando Gabriel Pereira me puso en la mira de Amodio. Para ser tales debe cometerlos el Estado, pero están sirviendo de punto de apoyo para quienes quieren transformar las luchas heroicas del pueblo en una sórdida historia de crímenes y resentimientos. No se hace la historia de los 700 torturados que pasaron por Artillería No. 1, entre las cuales abundaron las actitudes heroicas,  sino que se escribe una novela  sobre el coronel Agosto y los cinco compañeros que colaboraron con los milicos. Es la ideología del sistema que apunta la mira del que escribe, que no rescata el marco entero sino la parte más miserable de los hechos.      
Lamentablemente el siglo XXI ha parido un montón de ex-guerrilleros que no tienen el más mínimo interés en rescatar la historia de la revolución, más bien desean fervorosamente enterrarla y que la gente que los vota olvide que alguna vez fueron revolucionarios. Calculan en votos perdidos o ganados, tiemblan cuando ocurren imprevistos de este tipo. Frente a la “operación enchastre” que inician las cartas de Amodio, ignorarlas no parece la respuesta más conveniente; el que calla otorga y tal vez tenga miedo que salgan otras verdades a luz. Hay que mostrar las patas de la sota para que no prosperen la mentira, las dudas y la confusión;  es, además, una oportunidad concreta para divulgar elementos de la historia reciente, en especial el proceso que condujo al golpe de Estado. Hay que confiar en la capacidad e inteligencia de la opinión pública para hacerse un juicio de valor. Además, los votos se pierden por otros motivos, no por la historia infame que hace este traidor.

26 de mayo del 2013

9 comentarios:

  1. ya era hora que alguien le contestase al Sr Amodio Peréz! Gracias!!!

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  2. No entiendo el siguiente argumento: El de Baez y el de Arteche fueron homicidios injustificables y por ellos pagaron en tortura y verdugueo varios hermanos y hermanas míos, bastante los persiguieron, algunos enloquecieron, otros murieron en prisión. No son de “lesa humanidad” como dije cuando Gabriel Pereira me puso en la mira de Amodio. Para ser tales debe cometerlos el Estado.

    Como no soy especialista me pregunto si un grupo no estatal entra a una aldea y mata indiscriminadamente a sus habitantes, como ha pasado en Argelia por parte de grupos islámicos, no es de lesa humanidad? no está en la naturaleza del crimen la categorización? O sea que quien no sea el Estado puede hacer lo que quiera y nunca es de lesa humanidad?
    Saludos

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  3. mi humilde opinion es que éste señor, AMODIO PEREZ, deberia pagar ante la justicia del mismo modo que ya lo hicieron sus ex compañeros a los que traiciono. Y contestandole a la pregunta del ultra derechista periodista de EN LA MIRA, hizo muy mal en traicionar a sus compañeros y al movimiento por salvar a su novia, ya que los dos sabian en lo que se metian, puso en riesgo muchas vidas.

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  4. Estimado Zabalza,

    yo soy una joven uruguaya de 25 años. Hija de padres que no fueron tupamaros pero que militaron activamente durante toda la dictadura (uruguaya y argentina) para que se terminara con el terrorismo de estado.

    Entiendo parte de su bronca al ver que un compañero que fue un delator, aparezca 40 años después, tratando de alguna manera, limpiar un poco su nombre. Pero rescato que alguien se anime a hablar. Que alguien se anime a dar testimonios. La historia se construye con testimonios, y si no hemos podido reconstruir prácticamente nada del pasado reciente, es porque las personas que vivieron ese período tan duro se niegan a hablar.

    Con "hablar" me refiero a aportar datos que ayuden a la ciudadanía a comprender las causas y consecuencias del atrocinio; y no a "mitologizar", o "volver leyenda" a personalidades relevantes de ese momento; que es lo único que se hace desde el MPP.

    Hablar de que fulano fue un "traidor", o de que otro fue un "héroe", son solo palabras vacías para los jóvenes que nos interesa conocer los procesos que dieron lugar a la dictadura mas sangrienta que vivió nuestro país, y las consecuencias que dejó en nuestra sociedad.

    Yo le pregunto a Ud.: ¿de qué ha servido la versión de los ex-tupamaros para comprender el pasado reciente? Solo han enaltecido su accionar, autoproclamándose héroes por las torturas soportadas, convenciendo (junto a la derecha) a la poblacion de la tan llamada "teoría de lo dos demonios"; lectura falsa de los acontecimientos acaecidos entre los años 60 y 85. Si dialoga con cualquier joven que no tiene la suerte de pertenecer a una familia comprometida con la verdad y la justicia; y le pregunta qué sabe de la dictadura, le va a contestar que hubo una guerra, tupamaros versus militares, desencadenada por los actos de terrorismo de los tupamaros; y que los tupamaros perdieron. Y como fue una guerra hubo castigos, sí, qué se le va a hacer, a eso se expone uno al desencadenar actos terroristas...

    ¡Si habré tenido que oír hasta el cansancio, en mi corta vida, semejantes disparates!

    El daño que le ha hecho el MPP a la sociedad uruguaya (especialmente una vez llegados al gobierno de la Republica) al tergiversar la historia, al no promever la busqueda de la verdad y la justicia, es inconmensurable.

    La imagen que nos han transmitido a los jóvenes, de que la historia no importa, de que hay que convivir con torturadores, violadores de mujeres, secuestradores de niños; es tan desesperanzadora y atroz como la sociedad que ustedes han dejado para nosotros.

    Le pido encarecidamente que si algo le queda de ese espíritu revolucionario que tanto añora, luche por la verdad y la justicia; lo que implica hablar, denunciar a los militares que lo torturaron a Ud. y a sus compañeros, pelear para que se hagan públicos los archivos de las FFAA, militar para que todos sepamos del paradero de nuestros desaparecidos.

    Es comunicando, enseñando sobre los errores cometidos, ayudando a que se haga justicia, que se construye una sociedad mejor. Así que por favor, nada de secretos a la tumba.



    Julia Venturini Corbellini

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  5. yo hago el siguiente razonamiento, Tambero: Amodio estaba tranquilito en Europa desde hace 40 años, jugaba a su favor la duda de si estaba vivo o muerto, mejor protegido ni hablar. Y ahora estan boludo que sale ha hacerse ver? Para que se va a complicar la vida tranquila que llevaba un hombre de 76 años?? Que quiero decir con esto?? De los "viejos" del MLN sos el único que ha salido a dar su opinion, todos los demas estan calladitos, especialmente los "tres mosqueteros", el señor Presidente, el señor Ministro de la Defensa y el "viejo" Julio. No será este blanqueo de Amodio, un primer paso hacia una proxima "reconciliacion nacional". O sea legalizar la teoria de los dos demonios? Y asi todos felices contaremos perdices?? Es eso lo que me sospecho, saludos

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  6. Con tu permiso, estimado Compañero Tambero; escribo esto porque estoy seguro que no le faltara, a Amodio, quien le de noticias de que estamos hablando de él.
    40 años es mucho tiempo para quien durante todos estos años se ha mantenido en el mas absoluto anonimato. Quiza estos 40 años que ha tenido que vivir en la "clande" y los que acumula a sus espaldas le esten pasando factura. Y cuando uno llega a determinada edad comienza a hacer retrospectiva, y aqui comienzan los problemas....la nostalgia nos juega malas pasadas y quiza Amodio este queriendo justificar lo injustificable...sin dudas.
    Pero la cosa no termina ahi.....y en honor al beneficio de la duda le pregunto: Si es inocente...¿Porque esconderse durante 40 años? ¿Porque no dar la cara?
    Es que quiza estas respuestas lleve implicito el hecho de tener que responder a otras preguntas incomodas que no este dispuesto a responder. La cosas se le complica porque ademas de tener que responder como colaborador necesario de los crimenes de lesa humanidad que produjo su "supuesta" traicion...en la que Usted insiste en negar. Ademas tendria que responder el "como", "quien y quienes" le han mantenido oculto.
    Esta claro que la cultura de la impunidad se perpetua....hasta que digamos basta!
    Un abrazo Tambe...J.R.

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  9. Zabalza tus entrevistas son claras, tus explicaciones son claras y concretas, das evidencias en lo que hablas.
    No te atoras, no te apasionas, decis todo tranquilo. Sabes escuchar al periodista muy bien.
    Ojala que Irma Leites aprendas a como dominar las entrevistas. Educar la pasion, saber escuhar, decir las cosas con evidencias y tranquilas. Es una critica constructiva. Zabalza adelante, compa.

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