Roberto Ochoa
/Diario “La República”, SERPAL,
01.07.2020
“Cualquiera que
sea el presidente de turno serán las
grandes empresas transnacionales
y
sus instituciones financieras las que ganen. Por ello es
necesario cuestionar
todo el sistema”. Hugo Blanco
En este envío
les adjuntamos la entrevista realizada
por Roberto Ochoa al líder campesino peruano Hugo Blanco
publicada en el diario
“La República”. Pese a su extensión, hemos preferido incluir
el texto completo,
ya que a raíz de la difusión del documental “Hugo Blanco, Río
Profundo”, se ha
generado una serie de ataques y difamaciones a quien
representa una referencia
histórica del movimiento campesino, indígena y ecologista no
solo de Perú, sino
de toda América Latina.
Los autores de
esos ataques son militares que
colaboraron con el golpista Fujimori, dirigentes de la derecha
peruana, y
varios medios de comunicación. Su encarnizamiento, solo ha
servido para realzar
la trayectoria de Hugo Blanco, que tiene hoy 86 años, y para
provocar miles de
adhesiones en un Manifiesto que firman líderes campesinos,
indígenas y
políticos de diversos países, periodistas, sindicalistas, etc.
NdeR: Redacción
de SERPAL Servicio Prensa
Alternativa
Hugo Blanco:
“No fui ‘guerrillero castrista’ ni
terrorista”
Por Roberto
Ochoa /Diario “La República”, Perú *
RO - Radica en
México pero viajó a Europa para
conocer a su nuevo nieto nacido en Alemania. Poco antes
decidió visitar a su
hija Carmen en Suecia y fue ahí donde lo agarró la pandemia.
Farid Matuk nos
hizo el contacto con Carmen Blanco, quien amablemente nos
pidió enviar las
preguntas por escrito porque Hugo Blanco “ya no puede
responder
telefónicamente”. Aquí sus respuestas ante la controversia
desatada por el
documental Hugo Blanco, Río Profundo”
RO - ¿Está al
tanto del revuelo provocado por la
exhibición del documental “Hugo Blanco, Río Profundo”?
HB - Sí, estoy
al tanto del revuelo causado en el
Perú y a nivel internacional. Y estoy también conmovido por
las múltiples
expresiones de solidaridad que me llegan desde diversos
rincones del Perú y del
mundo. Tanto por parte de aquellos que llevan a cabo luchas
afines a las que yo
he llevado pero también de gente joven que hasta ahora ni
sabía de mi
existencia pero que ahora se ha interesado por mi trayectoria
de luchas.
A diario nos
llegan a mí y a mi hija Carmen decenas
de mensajes solidarios por correo electrónico y otros medios
sociales;
agradezco todas esas expresiones de solidaridad, incluyendo
aquellas de
personalidades, gremios y organizaciones que se han
pronunciado. Una vez más,
la solidaridad nacional e internacional, me reconforta tal
como lo hicieron
cuando se pedía para mí la pena de muerte -en los -60, durante
todo el juicio,
cuando estaba preso en Arequipa y El Frontón y ante otros
intentos por
eliminarme o estigmatizarme que han habido también
posteriormente por ejemplo
durante los años 80.
RO - ¿Le gustó
el documental?
HB - El
documental está motivado desde la perspectiva
de una joven cuya vida fue influida tanto por las luchas por
la tierra
indirectamente a través de relatos de su padre, así como por
los procesos
históricos sangrientos de la década de los 80 y los 90.
De esa manera
el documental parte de las percepciones
de la cineasta pero a su vez contribuye a recuperar fragmentos
de la historia
de las luchas colectivas en el Perú y ayuda a que las nuevas
generaciones
conozcan la historia de luchas colectivas que no es la que
normalmente enseñan
en las escuelas. Es por lo tanto de mucha importancia que el
documental se esté
mostrando en provincias y municipios del país como se ha
estado haciendo los
últimos meses, de manera que los jóvenes entiendan que son las
luchas
colectivas de sus antepasados quienes abrieron brechas para
sus derechos.
Esto en
contraposición a sectores que aun teniendo
como intención combatir las injusticias, se crean dueños de
"la
verdad" y la intenten imponer por la fuerza.
Personalmente
lo que yo considero más importante de
mi trayectoria de vida es la lucha porque la tierra sea de
quien la trabaja, la
organización de esa lucha en forma democrática y decisiones en
asambleas y la
reivindicación y dignificación de la población indígena y
campesina. Y es
importante también que se recuerden las consecuencias que esas
luchas traían
para los luchadores sociales, en mi caso personal la larga
prisión en la isla
penal El Frontón.
Pero aclaro, no
soy cineasta ni documentalista,
Malena Martínez sí lo es, así que ella sabrá por qué tocó
determinados aspectos
en la película y no otros. Y ahora valoro que el documental
haya también
abierto paso a reflexiones y discusiones sobre esos procesos
así como
entrevistas como ésta, las cuales me permiten decir lo que yo
considero
importante.
RO - Militares
retirados cuestionan la exhibición
del documental y lo califican como “apología del terrorismo” y
lo tildan de
“guerrillero castrista”. ¿Qué les respondería?
HB - Quisiera
aclararles que no fui “guerrillero
castrista” ni “terrorista”. El proceso colectivo del cual fui
parte, fue una
reacción frente a los abusos y explotación al campesinado de
La Convención y el
servilismo policial ante los latifundistas de tipo feudal,
quienes hacían abuso
de poder y violentaban a los campesinos. Entonces, fue la
asamblea de delegados
del campesinado indígena de la provincia de La Convención,
departamento del
Cusco, la que decidió organizar la autodefensa armada, y fue
en esa asamblea
donde se me designó en forma democrática para dirigir dicha
autodefensa.
RO - Hace un
año se celebraron los 50 años de la
Reforma Agraria “velasquista”. Si usted precisamente luchó por
esa reforma ¿por
qué fue deportado por el general Velasco?
HB - La Reforma
Agraria, liquidación de latifundio
semifeudal, la inició el campesinado quechua de la “Federación
Provincial de
Campesinos de La Convención y Lares” (FEPCACYL), donde la
tierra pasó a manos
de quienes la trabajaban. Viendo eso, los indígenas y otros
campesinos de la
sierra peruana iniciaron o continuaron también sus respectivas
luchas por el
derecho a la tierra y contra el sistema de haciendas.
Ante estos
procesos que amenazaban por remecer al
sistema y desbordar, el general Velasco intentó buscar una
salida que no
amenazase la raíz del problema de la tierra, histórico
problema en el
continente americano desde la invasión y conquista. Es así que
él dio inicio a
un proceso de reforma agraria o sea de redistribución de la
tierra pero
conciliando con los hacendados.
Por tanto
Velasco defendía los intereses del sistema
capitalista que deseaba deshacerse de los vestigios feudales
para dar paso a un
sistema de explotación de la tierra más acorde con el
capitalismo. Mientras que
yo obedecía órdenes de las organizaciones campesinas quienes
deseaban que la
tierra fuese no solo trabajada sino además organizada de
acuerdo a los
criterios propios, probablemente inspirados en formas
históricas de organización
de la agricultura.
Yo fui
perseguido y apresado estando como presidente
Belaunde Terry, luego por medio de un golpe de estado entró de
presidente el
general Velasco, quien después de un tiempo nos amnistió a mí
y a otros
compañeros que habían luchado por el derecho a la tierra. Sin
embargo ante mi
negativa a cooperar con su gobierno, dispuso que yo viviera en
Lima, y que no
fuese a la sierra, castigo para alguien cuya base de luchas es
el campo,
probablemente temía que me reintegrara a la lucha campesina.
No conforme con
eso, luego optó por deportarme, lo
cual es anticonstitucional puesto que no se puede deportar a
ciudadanos de su
propio país.
RO - ¿Cree
usted que esa reforma funcionó?
HB - La Reforma
agraria de Velasco funcionó solo
parcialmente. Esto no solo porque la redistribución y nueva
organización se
hizo en forma verticalista desde el criterio de funcionarios
agrarios del
estado, sino además porque el campesinado tuvo que pagar a los
usurpadores
descendientes de los conquistadores por sus propia tierra. Es
decir aquellos
campesinos que habían sido siervos no pagados, debían pagar
por su tierra,
quedando así sin dinero para herramientas, semillas,
fertilizantes y otros y
sin dinero para dedicarlo a la educación de los hijos,
medicinas, etc.
Posteriormente
vemos además que hubo una
contrarreforma agraria neoliberal, la cual implica que si bien
ya no existen los
hacendados como tales, hoy son las empresas agroexportadoras,
las cuales en
especial en la costa controlan hoy inmensas extensiones de
tierra. En éstas no
se cultiva para satisfacer las necesidades alimentarias de los
peruanos sino
para proveer de alimentos a otros países. Es así que en el
Perú, situado en la
región central andina que es históricamente uno de los centros
agrarios del
mundo puesto que allí se domesticaron alimentos como la papa,
la quinua, el
maíz, etc. nuestra población padece aún de desnutrición. Y
esto sucede de una
manera escandalosa primordialmente en las zonas rurales.
RO - El
historiador y arqueólogo Luis Guillermo
Lumbreras nos dijo en una reciente entrevista que “Velasco
responde a una
estrategia internacional para impedir procesos como el que se
dio en el Perú
con Sendero Luminoso. No fue una iniciativa exclusivamente
peruana. En
realidad, se construyó una plataforma de acción estatal que
tratase en lo
posible de impedir que las grandes demandas populares tuvieran
éxito. Una de esas
demandas era el tema del petróleo, de la reforma agraria...”,
¿comparte esta
opinión?
HB - Comparto
ese análisis. Fueron momentos en los
cuales el sistema capitalista al ver que la injusta y desigual
distribución de
la tierra a lo largo de toda América Latina podía llevar a una
múltiple y
sincronizada explosión social que era necesario evitar. Vieron
que la lucha por
la tierra tomaba fuerza en varios lugares de la región
latinoamericana, esta
vez ya no solo en base al injusto acceso a la tierra sino
además inspirada en
la revolución cubana la cual a pocos meses de iniciada dio
paso a una reforma
agraria.
Por tanto o
realizaban ellos mismos reformas
agrarias bajo control del poder o corrían el riesgo de
reformas agrarias que no
quedasen en eso, sino pudiesen desarrollarse en revoluciones
que cuestionen no
solo las inequidades en relación a la tenencia de la tierra
sino que pudiesen
pasar a cuestionar las inequidades a todo nivel.
Es por ello que
país tras país durante la década de
los 60 e inicios de los 70 se apuraron o "fueron apurados" a
hacer
reformas agrarias que en parte mitigasen las injusticias en el
campo y frenasen
así las luchas campesinas.
RO - Una
pregunta personal ¿por qué está en Suecia y
no en México?
HB - Mi hijo
Marco David y su compañera, que viven
en Alemania iban a tener un bebé, por tanto mi compañera, Ana
y yo quisimos
estar cerca. Yo aproveché antes del nacimiento de mi nieta
para visitar a mi
hija Carmen que vive en Suecia, pero a pocos días de mi
llegada a Suecia se
declaró la pandemia y aquí me tienes aún hasta que se
normalice la situación
sanitaria mundial y pueda volver a México donde mi compañera.
Yo por mi edad
pertenezco a los grupos de mayor riesgo y el viajar en estos
momentos no sería
nada sensato.
RO - ¿Cuándo
fue la última vez que estuvo en Cusco?
HB - Estuve en
una visita corta el año pasado, y
hasta hace tres años vivía en Lima así que podía ir allá a
menudo. Extraño
mucho al Cusco que es como mi madre y recuerdo una canción en
quechua que aprendí
de niño:
“Qosqo llaqta
(Pueblo de Cusco)
Qhapaq mamay (Poderosa
madre)
Inka yawarniq samisqan
(Impregnada de sangre Inca)”
RO - ¿Mantiene
contacto con los campesinos que lo
acompañaron en La Convención?
HB - Hace
aproximadamente seis años celebré mis 80
años recorriendo lugares emblemáticos para esas luchas y
visitando a mis
compañeros en La Convención. Eso fue muy importante para mí.
Desgraciadamente
muchos de los campesinos de mi generación con los cuales
luché, no manejan el
internet, pero de vez en cuando sus hijos o nietos se
comunican conmigo y me
transmiten sus mensajes. Hace poco me dolió mucho enterarme a
través de la
nieta de Gerardo Carpio de su fallecimiento, él fue uno de los
que luchó
conmigo en la autodefensa.
Y ahora con el
revuelo a raíz del documental son
varios los jóvenes nietos de mis compañeros de lucha de La
Convención que se
han contactado conmigo pues ven estos ataques como agresiones
también a las
luchas de sus padres y abuelos. También me han contactado
jóvenes de otros
lugares, son hijos de gente a quienes he acompañado en sus
luchas ya sea por el
tema de la tierra como en Puno en los 80, así como en luchas
contra el
extractivismo en Ayabaca y Tambogrande en Piura, Celendín y
Bambamarca en
Cajamarca, diversos puntos del Cusco como por ej. Espinar,
Valle del Tambo en
Arequipa, etc. Ellos me contactan diciendo que se acuerdan de
mí de cuando
niños o que sus padres les han contado que me conocieron y a
veces me cuentan
que ellos mismos están también insertos en luchas actuales,
mensajes que me
hacen sentir esperanzas en el futuro. Por ejemplo, el
Sindicato Único de
trabajadores de Construcción Civil de La Convención se
pronunciaron hace unos
días en mi apoyo, lo cual me hace deducir que hay hijos o
nietos de quienes
lucharon conmigo por la tierra entre sus filas o que esos
jóvenes llevan la
memoria colectiva en sí.
RO - ¿Qué le
recomendaría a la izquierda peruana?
Les
recomendaría que entrelacen las luchas sociales
tradicionales con las luchas en defensa de la Pachamama, estas
luchas son en
defensa de la vida misma y debieran involucrarnos a todos
quienes somos
afectados por el sistema. El capitalismo está perpetrando
sistemáticamente ecocidios
por doquier, estas agresiones a los ecosistemas amenazan la
reproducción de la
vida y su continuidad. Tanto los incendios forestales, la
escasez de agua y su
envenenamiento, las catástrofes naturales y probablemente
incluso esta pandemia
son consecuencia del desprecio por la vida que tiene el
sistema.
Por ellos les
recomendaría a las izquierdas si es
que no lo hacen ya que unan las luchas sociales que la
izquierda siempre ha
llevado adelante con las luchas en defensa de la Pachamama.
Para eso les recomiendo
la realización de asambleas de los diversos sectores de
oprimidos en las cuales
se muestre cómo todo está conectado, entrelazado. La vida es
un tejido vivo y
es hora de que las izquierdas defiendan todo ese tejido vivo.
Y de paso les
recomendaría que escuchen y aprendan
de las diversas luchas y las respeten. Esto significa dejar de
lado los dogmas
y el verticalismo que caracteriza a la izquierda tradicional.
RO - ¿Es cierto
que usted fue aprista antes de militar
en un partido trotskista?
HB - Yo no fui
nunca militante aprista, pero mis
hermanos mayores Luisa y Oscar si eran apristas y fueron
reprimidos por serlo,
así que yo de muy joven simpatizaba también con el Apra en
tiempos que éste era
aún un partido antiimperialista y antes de su deformación y
giro a la derecha,
pero nunca entré al partido.
RO - La
pandemia sacó a relucir las enormes
desigualdades sociales y la precariedad del Estado peruano
¿Cómo ve al Perú a
punto de celebrar el Bicentenario de la Independencia?
HB - Para
empezar diría como ya han dicho sectores
radicales en muchos lugares de América Latina donde ya se
cumplieron los 200
años de inicio de la etapa republicana: “no hay nada nada que
celebrar”.
Por un lado
siguen las injusticias contra indígenas
afrodescendientes y amplios sectores de las sociedades
latinoamericanas siguen
sumidas en la pobreza puesto que los despojos, saqueos y
ecocidios iniciados
hace 500 años continúan. Sigue también la desigual
distribución de la tierra y
el agua vitales para la subsistencia y continúan también el
racismo, el
machismo agrava, etc.
Por tanto
nuestros países no son nada
“independientes” sino son regidos hoy en día ya no por un país
colonialista en
específico pero sí por los mandatos del Banco Mundial, Fondo
Monetario
Internacional y las transnacionales que saquean el planeta. La
“Independencia”
fue independencia política de España, de la que éramos una
colonia, pero
estamos aún insertos en un sistema global injusto de
dominación que nos trata
como colonia de las referidas empresas y los organismos
internacionales que ya
nombré. Además se mantiene en nuestras sociedades aún una
forma colonizada y
colonizante de ver no solo a la Pachamama y a los seres que
viven en ella,
incluyendo a la gente.
Esto hace que
cualquiera que sea el presidente de turno
serán las grandes empresas transnacionales y sus instituciones
financieras las
que ganen. Por ello es necesario cuestionar todo el sistema y
no ser inducidos
a celebrar una “independencia” que no es tal.
RO - Usted tuvo
una vida de película ¿se arrepiente
de algo en su trayectoria política?
HB -
Probablemente cometí muchos errores, pero no me
arrepiento por ellos, pues cuando actué lo hice sin saber que
estaba
equivocado.
* Publicado
en La República (Perú), 22/06/2020
Roberto Ochoa
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Prensa Alternativa