Queridas y queridos compañeros, hoy despedimos el cuerpo maltratado y cansado de Jorge. Les aseguro que peleó por la vida hasta el final, pero no pudo con esta batalla. Nos quedan los recuerdos, el inmenso amor, el ejemplo de fuerza y tenacidad frente a cualquier lucha que emprendiera, su ternura y solidaridad, la capacidad de estar siempre creciendo, siempre peleando con una valentía digna de admiración, su integridad, dignidad y coherencia. Jorge se fue, pero nos deja mucho en que pensar, nos deja mucho para decir.
Fue difícil encontrar un lugar que aceptara velarlo por las restricciones sanitarias, pero creemos que es importante que quienes quieran hacerlo puedan despedirse. Les pedimos que entiendan que van a poder entrar a la sala un instante y volver a salir de forma ordenada para que otras y otros compañeros puedan hacerlo. Si quieren quedarse deberán hacerlo fuera del local. Además del personal de la empresa habrá compañeros organizando este sistema de rotación, pido que colaboren para que la familia pueda tener tranquilidad en un momento tan difícil.
He recibido cientos de mensajes de distintas partes del mundo que contestaré en otro momento, pido disculpas, pero el enorme dolor y el agotamiento provocados por lo que nos tocó vivir hace que sea necesario poner en orden las idea y sanar. Tengo muchas cosas para decir, pero sé que habrá tiempo y oídos receptivos.
Un abrazo apretado a Laura, Juan e Ivan. Todo el amor a nuestra familia que es la mía, la de él y también a esas/os amigos invalorables que siempre están, todas/os ellos han sido nuestro apoyo en momentos difíciles y nuestra alegría en la felicidad. Gracias a quienes de lejos nos dan fuerzas y gracias Jorge por tanto amor.
Verónica Engler