-¿Como se vivió esta fecha del 20M tan particular en el Uruguay?
-Creo que los compañeros han demostrado mucho ingenio. Porque al plantearse una movilización en estas circunstancias, y conociendo los parámetros de Madres y Familiares de Detenidos de Desaparecidos, que es la organización convocante de todos los 20 de mayo, cómo hacés cuando la gente está tan amansada que no aceptaría que convocaras nuevamente a una marcha en la cual es muy difícil guardar las distancias, en la cual tendrías que andar con tapabocas, más todas las medidas de seguridad. Una marcha que sería muy dificil de organizar y a la cual posiblemente la gente no concurriría porque obedece y acata el #Quedateencasa. Entonces frente a esa realidad los convocantes encontraron una serie de medidas que han sido muy inteligentes. Este día como siempre ha estado en la memoria de los uruguayos. Representa la búsqueda de los desaparecidos, de la verdad, de la justicia. Madres y Familiares de Detenidos de Desaparecidos se han dado maña para que este tema esté en todos los medios de comunicación y en el pueblo uruguayo. Hubo movilizaciones parciales, locales, como en el barrio La Teja, y también en distintas ciudades del interior del país donde la gente se reunió en las plazas. La Avenida 18 de julio en Montevideo fue marcada con las huellas de los pies de quienes deberían estar movilizándose, como se hace por esa calle todos los años, para recordar la fecha. Hubo una marcha digital o a distancia, en la participaron miles de uruguay@s, aunque no nos podemos olvidar que los últimos dos años participaron alrededor de 100 mil personas en Montevideo, casi el 10% de la población de la ciudad.
Está claro que esto venía en ascenso y que ya muchos militantes se sumaron a las actividades previas a este 20 de mayo, realmente ha sido una semana dedicada a la memoria. Te quiero preguntar, después que volvió la derecha y después de tantos años en que tuvieron democracias rigurosamente controladas por los imperios, ¿en qué momento está la lucha contra la impunidad? y ¿qué se puede hacer para que los genocidas paguen con cárcel los crímenes de lesa humanidad que cometieron?
-En Argentina la vía judicial es muy endeble, y en Uruguay es particularmente muy limitada. Creo que todos los caminos institucionales han sido muy mediocres, con los cuales no se ha logrado avanzar demasiado. Lo que sí creo es que la lucha y la tozudez de las organizaciones de Derechos Humanos han logrado la condena social. En Uruguay nadie sale a defender al genocida Gavazzo, ni al Goyo Álvarez que ya murió, ni los propios militares de derecha ni la multialianza reaccionaria sería capaz de abanderarse con el Golpe de Estado. Ese ha sido un logro de la lucha en los últimos 30 años y ha tenido un efecto mucho más grande que el haber perdido los plebiscitos cuando en realidad los DD.HH. no se pueden plebiscitar. Los logros han permitido que la gente acepte lo que antes negaba: que acá el Ejército torturó, asesinó, violó y desapareció a gente. Y esa conciencia que hoy no se puede medir se ve un poco en las manifestaciones actuales. ¿Porque qué otro camino quedaría? ¿La justicia por mano propia? Es una cosa que no sería comprendida por nadie. Sería un desahogo individual sin ningún tipo de consecuencias sociales en la conciencia de la gente. Además este gobierno “blanco» multireaccionario que hoy tenemos se da el lujo de continuar con la búsqueda de desaparecidos en los cuarteles. Fue tan poco lo que hicieron los gobiernos del Frente Amplio durante 15 años, que el presidente actual, Lacalle, se da el lujo de que la fiscalía especializada en DD.HH. siga actuando como actuaban en los gobierno frenteamplistas. Eran tan pobres la políticas de estos últimos que hoy las pueden continuar la coalición multireaccionaria que está en el gobierno. Hay que recordar que Lacalle es un ejemplo de la oligarquía que además tiene en su coalición a un sostenedor de la dictadura militar como Guido Manini Ríos, que dice que hay que “olvidar a los desaparecidos”.
-A propósito de eso me quiero meter en las leyes del presente gobierno. Acá repercutió informativamente la Ley de Urgente Consideración, la LUC, que por lo que sabemos amplía más represión y el accionar policial, incluso abre la puerta al gatillo fácil. ¿Cómo se puede caracterizar esta iniciativa?
-Sí, y esa es la opinión general en Uruguay, de los organismos como SERPAJ, de las organizaciones de DD.HH., de algunos legisladores y también del PIT-CNT. Yo creo que lo más peligroso es lo ideológico de quienes tienen la presidencia en el Uruguay, el Poder Ejecutivo es un organismo decidido a reprimir. En ese sentido no hay negociación posible, es como cuando Macri asumió el gobierno en Argentina. Larrañaga, que es el ministro del Interior está jugando el mismo papel que Patricia Bullrich (la ex ministra de Seguridad de Macri). Es decir, se fundamentan en el respaldo político a la policía para que repriman, y la policía se siente respaldada. Así, cualquier uniformado en una situación de tensión actúa sintiéndose el brazo ejecutor de las decisiones políticas que toma el gobierno, reprimiendo de la forma más feroz, y ha ocurrido de la forma más diversa en ocasiones puntuales. Hay una presencia de la policía en los barrios y quizás esta sea ya la antesala de una situación que en los próximos años tendremos que lamentar, y que combatir por supuesto.
-¿Cómo ves a los jóvenes uruguayos de la actualidad, te lo pregunto partiendo del hecho que los de tu generación por ejemplo, eran muy peleones?
-El espíritu del 68 está muy lejos. Creo que lo que está pasando en
Chile puede ser un anticipo de lo que pueda ocurrir en los próximos años
en América Latina. Hay situaciones puntuales que anuncian que los
pueblos son capaces de resistir. El pueblo venezolano es uno de los
casos. Su presencia armada en las calles es capaz de detener cualquier
amenaza imperialista, incluso las aventuras militares gringas de las
cuales Trump después se desentiende.
Acá también pasan cosas. Hace
muy poco golpearon a mi puerta para decirme que a un par de cuadras de
dónde yo vivo en Santa Catalina, 700 familias habían ocupado terrenos,
porque el problema de la vivienda era tan profunda que la única
alternativa que encontraron fue la toma de tierras, pero además el
promedio de edad anda entre los 25 y 30 años. Esa es nuestra esperanza.
Hay una repuesta social, de abajo, a la barbarie de arriba que ha
demostrado indiferencia para constituir viviendas para los sectores más
empobrecidos. Durante todo el periodo de gobiernos del Frente Amplio no
se llevaron adelante planes de viviendas para los pobres, solo para la
clase media alta, para los que tenían ingreso mayores a 80 mil pesos
uruguayos. Yo creo que en la juventud empobrecida y marginada está
nuestra esperanza, es la que está llamada a ser la sepulturera de esta
sociedad capitalista. Es su destino. No tiene otra salida. ¿Qué va a
hacer, otra experiencia electoral para buscar una solución a sus
problemas vitales; de salud, vivienda, trabajo, alimentación, educación?
Ya aprendieron que aún teniendo el Frente Amplio una mayoría en el
Parlamento eso no obra en su beneficio general, no resuelve sus
problemas concretos, ya saben que el sistema sigue siendo el mismo
gobierne quien gobierne.
En ese marco, no puedo dejar de preguntarte ¿cómo ves el futuro próximo, eso que se ha dado en llamar la Pos-Pandemia, cómo nos va a agarrar este nuevo orden, que para nosotros es producto de una guerra bacteriológica, cómo la vez a nivel latinoamericano? Tanto las consecuencias sociales como a su vez el miedo y pánico que se ha inyectado a fondo.
-Todo parece indicar que los gobiernos latinoamericanos sean del cuño que sean están aprovechando el miedo que fue creado con el Coronavirus para imponer su modelo. En Uruguay se da una paradoja: no se puede salir a hacer una manifestación porque sería «mal visto», sería “ fender» la salud del pueblo uruguayo pero sí los trabajadores de la construcción pueden ir a trabajar, los de los frigoríficos, las empleadas domésticas, los supermercados han vendido más que nunca, como en 2019 cuando los bancos tuvieron las mayores ganancias de su historia, inclusive el Banco República del Uruguay. Entonces el capitalismo sigue marchando. Se ha utilizado la existencia real del coronovirus y la falta de capacidad de los servicios de salud para crear miedo que va a terminar en rebajas salariales, de puestos de trabajos, en el crecimiento de la pobreza. Una nueva forma de explotar y de someter a los pueblos, una vuelta de tornillo más, y eso inevitablemente que va a traer formas de represión, las ya conversadas formas de control digitalizado y también va a traer resistencias porque no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, la gente va a salir a la calle
-De hecho, ya están empezando a salir en varios países
-Sí, se ha visto en Perú, en Ecuador, en Chile. La gente no va a esperar que los que estamos en una organización política digamos “ahora hay que salir”, van a salir, la gente toma sus propias decisiones.
Transcripción: Valeria Fariña
Resumen
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